La Policía recupera el Códice Calixtino en un trastero y regresará a la Catedral el viernes
Compostela.- La Policía ha
recuperado el Códex Calixtinus un año después de que fuese sustraído por un
antiguo empleado de la Catedral, que ha sido detenido junto a otros tres
familiares. Estaba en una bolsa de plástico, escondido en un trastero y su
autenticidad ha sido confirmada por el Arzobispo, Julián Barrio, y el Deán,
José María Díaz.
El valioso libro, considerado la
más antigua guía de viajes del mundo, había desaparecido el 5 de julio de 2011,
sembrando la consternación en el Cabildo y en el mundo jacobeo, que ahora
prevén que será dotado de medidas de seguridad mucho más eficaces.
Fuentes de la
investigación han confirmado que el Códice Calixtino ha sido hallado durante un
registro efectuado este miércoles en un trastero en la localidad de Milladoiro,
en el municipio de Ames (La Coruña).
En concreto, el libro
desaparecido desde hace casi un año se encontraba en un garaje empleado como
trastero en el edificio número 5 de la calle Da Cruxa, en Milladoiro.
Sobre el operativo para
recuperarlo, Mauricio García, un hombre que junto a su mujer fue testigo del
hallazgo, ha explicado, en declaraciones a los medios, que la Policía les pidió
a él y su esposa que comparecieran como testigos para la apertura del trastero.
Este testigo ha comentado
que, al abrir la puerta, vieron "como un libro antiguo" metido en una
bolsa de plástico, al lado de bolsas de cemento y plaquetas.
Además, este testigo, que
se ha confesado "muy emocionado" de haber colaborado, ha destacado
que el juez cuando abrió la bolsa en la que estaba el Códice Calixtino dijo:
"Es éste".
Tras ser ratificada su
autenticidad, la Policía Nacional se ha llevado custodiado el Códice Calixtino
envuelto en una toalla blanca y hasta el viernes no regresará a la Catedral
compostelana.
Una vez identificado el
libro, el arzobispo y el deán se han mostrado "muy contentos" y
"satisfechos" por el hallazgo y han agradecido el trabajo policial
para recuperarlo.
Los cuatro detenidos
permanecen en la Comisaría de la Policía Nacional de Santiago de Compostela a
la espera de pasar a disposición judicial en las próximas horas,
previsiblemente el jueves, ya que los investigadores tienen que analizar
numerosa documentación encontrada.
Uno de los detenidos trabajó como electricista en la Catedral, pero fue despedido en una regularización de empleo, lo cual alimentaría la tesis del robo por venganza, aunque las investigaciones prosiguen por parte de la Brigada de Patrimonio de la Comisaría Central de la Policía Nacional. El ex trabajador era considerado sospechoso desde hacía tiempo y era sometido a vigilancia.
Uno de los detenidos trabajó como electricista en la Catedral, pero fue despedido en una regularización de empleo, lo cual alimentaría la tesis del robo por venganza, aunque las investigaciones prosiguen por parte de la Brigada de Patrimonio de la Comisaría Central de la Policía Nacional. El ex trabajador era considerado sospechoso desde hacía tiempo y era sometido a vigilancia.
La
aparición del Códice Calixtino
ha disipado la principal preocupación de los investigadores, que era que el
manuscrito hubiese sido vendido o destruido. Por ello, cuando lo han visto ante
sus ojos, entre los agentes de la Brigada de Patrimonio Histórico y del propio
juez instructor, José Antonio Vázquez Taín, se han producido escenas de auténtica euforia y alegría.
El Códice Calixtino ha sido sacado del
garaje de Milladoiro sobre las 16.45 horas, en medio de una enorme
expectación. Se encontraba en el primer trastero dentro del inmueble.
Además del manuscrito, en el garaje también apareció
una maleta con libros más pequeños y varias bandejas de plata
El
principal sospechoso del robo es José Manuel Fernández Castiñeiras, un técnico electricista residente en
Milladoiro que trabajó durante más de 25 años como autónomo en el templo
compostelano y llegó a falsificar un documento laboral para simular ser
un trabajador fijo contratado en la catedral. Poco antes del 2009, y ante una
regulación de empleo, desde el templo se rompió la relación laboral que
mantenían con él. Fuentes de la catedral avanzan, sin embargo, que, después de
que dejase de trabajar allí, el
detenido acudía todos los días al lugar sin ningún cometido específico.
El antiguo trabajador reclamó incluso 40.000 euros por despido improcedente.
Junto a
él también han sido
capturados, en el domicilio familiar de Milladoiro (Ames), su mujer, María Remedios Nieto Mayo, y su hijo, Jesús Fernández Nieto, y la supuesta
novia de este último, María Jesús
Quinteiro Seoane, en la residencia de sus progenitores. Los tres podrían
tener la consideración de cómplices. Los
detenidos tenían en su poder uno de los Libros de las Horas también sustraído,
llaves de la catedral y 1,2 millones de euros
La policía vigilaba al antiguo trabajador
del templo desde hace tiempo y a lo largo de esta semana los agentes han
realizado varios registros en en
domicilios, garajes y trasteros de Santiago, O Milladoiro, Negreira y O Grove
por el robo del Códice Calixtino,
en los que se han encontrado ocho
copias del Códice, libros religiosos antiguos de gran valor -entre
ellos, uno de los Libros de las Horas,
cuya desaparición también fue denunciada por el deán de la catedral-,
documentación relacionada con los responsables y religiosos del templo
compostelano, correspondencia de los
canónigos, llaves de acceso a
dependencias de la catedral, una gran cantidad de monedas y otros
objetos artísticos procedentes del lugar y 1.200.000 euros en dos inmuebles distintos .
Durante
todo este año, el ex trabajador de la
catedral ha sido vigilado por la Policía,
que incluso ha intentado entrar en contacto con él de modo indirecto para
negociar la devolución del famoso libro, que se considera como la primera guía turística del Camino
compostelano. Cuando los investigadores se han convencido de que el sospechoso no cooperaría, han optado
por detenerlo para intentar desbloquear el caso.
La primera
noticia de la desaparición del Códice
Calixtino fue recibida como un imposible. El 6 de julio del 2011 la
policía confirmó que investigaba la falta del Liber Sancti Iacobi de la caja
fuerte de la catedral de Santiago, aunque no podía precisar el día exacto, entre el 30 de junio y el 5 de
julio, en que la joya dejó de estar en su lugar. Las palabras desaparición o
extravío fueron dejando paso en los primeros días a la hipótesis del robo, una
teoría apoyada en todas las líneas de investigación por una colaboración
interna por la dificultades de acceder al libro, aunque la policía señaló deficiencias
en el sistema de seguridad y fallos en la manera en que se conservaba la pieza
en el archivo.
En las
primeras horas se apuntaron dos posibles móviles: una venganza interna, dirigida fundamentalmente contra el deán de la
catedral y entonces responsable del archivo, José María Díaz; y un robo realizado por encargo de un
coleccionista. Algunos especialistas valoraron el Códice en 10.000.000 euros y
el famoso ladrón de obras de arte Erik el Belga explicó que un robo así se
puede encargar por 150.000 euros pero que no se podría realizar sin
colaboración desde dentro.
La
policía, con la incorporación de especialistas de la Brigada de Patrimonio
Histórico, comienza a estudiar cerca de 400 horas de cintas de las cintas de
vídeo de las 25 cámaras que la catedral tenía instaladas. Con un problema
añadido. En la habitación en la que se guardaba el libro no había cámaras, las
más cercanas estaban situadas en los pasillos de acceso. El operativo incluye
controles de carreteras al que se suman efectivos de la Guardia Civil y de la
Guardia Nacional Republicana en Portugal.
Pasado
un mes de la desaparición la policía mantiene abierta todas las líneas de
investigación. El robo se convierte en hurto o un secuestro aprovechando, según
los investigadores, la concurrida circulación en el interior del templo y la
falta de control sobre el acceso al interior y las mochilas.
En esos
días el Arzobispado de Santiago pide a los ladrones que lo devuelvan y el gobierno
descarta ofrecer una recompensa por su retorno.
Tres
meses después, el deán dimite como archivero catedralicio reconociendo que la
desaparición del Códice es determinante en esa decisión y que, según todas las
versiones, las llaves de la caja en la que se conservaba el libro junto a otros
documentos estaban puestas en la cerradura.
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