domingo, 21 de febrero de 2016

Campus Stellae

Rebelión de las asociaciones del Camino de Santiago contra el tasazo de la Iglesia a los peregrinos

La carta del deán de la Catedral de Santiago de Compostela cayó con un jarro de agua fría sobre las desprevenidas asociaciones de amigos del Camino de Santiago, los colectivos de voluntarios que mantienen vivo el espíritu de la Ruta Jacobea. Segundo Pérez firmó una misiva a principios de enero en la que anunciaba una nueva norma adoptada de forma unilateral. La Iglesia había decidido unificar el diseño de las credenciales que se entregan a los peregrinos al inicio de la ruta y que deben ir sellando etapa a etapa. La medida no es del todo inocente. No solo es una cuestión estética, para que todos los peregrinos porten la misma documentación. Tiene detrás un trasfondo económico. La Catedral de Santiago se ha erigido en el único organismo capaz de editar y distribuir ese modelo de credencial que cobrará a 1,5 euros a las asociaciones que, a su vez, tendrán la obligación de venderla a dos euros a los peregrinos. "Nos obliga a cobrar el precio que ellos quieren por algo que hasta ahora distribuíamos de forma gratuita", explica el asturiano Laureano García, portavoz de la Agrupación del Norte de las asociaciones del Camino. Este organismo que aglutina a 22 colectivos de País Vasco, Cantabria, Asturias y Galicia ya se ha declarado en rebeldía. Seguirá distribuyendo la actual credencial y no la cobrará. Así se lo ha notificado ya oficialmente.
La justificación oficial de la Iglesia es que necesita recursos para poder mantener la Oficina de Acogida al Peregrino de Santiago de Compostela, ya que asegura que es muy cara y que no cuenta con suficientes fondos. Los dos euros de la tasa que ahora imponen a los caminantes pueden ser muy golosos. El año pasado, completaron la Ruta Jacobea y consiguieron la Compostela alrededor de 260.000 personas. A dos euros cada una, la Catedral superaría el medio millón de euros de ingresos extra. Desde Asturias, partieron 10.627. Eso supone que con el precio que quiere imponer, el Principado aportaría más de 21.000 euros. En total, los caminos del norte sumaron 27.297 caminantes.  

Poco margen ha dado la Iglesia gallega a la negociación. La acreditación oficial comenzará a expedirse en abril, es decir, dentro de un mes. Los voluntarios de las asociaciones aseguran que el tono de la carta era "fuerte e, incluso amenazante". Esa actitud ya se ha traducido en algunos desafíos. El Obispado de Lugo ha asegurado que entregará su propio diseño de credencial. El Arzobispado de Santiago ya ha respondido, a través de la Oficina de Acogida al Peregrino de Santiago de Compostela, que rechazará a todos los peregrinos que lleguen con esa documentación, aunque hayan cumplido todos los requisitos para recibir la Compostela.
Esta amenaza no amedrenta a la Agrupación del Norte de las asociaciones del Camino, que todavía no ha recibido ninguna respuesta. Estos colectivos mantendrán el modelo actual y no pondrán ningún precio, lo dejarán a criterio del peregrino, en calidad de donativo. En el caso de Asturias, distribuyen una credencial emitida distribuida de forma gratuita por la Consejería de Cultura del Principado. José Luis Galán, el presidente de la asociación Astur-Leonesa, que gestiona el albergue de Oviedo, señala que ese documento está reconocido por la federación nacional de amigos de la Ruta Jacobea y que lleva funcionando desde un congreso celebrado en los años 80 del siglo pasado. Laureano García, por su parte, califica el cambio de sistema que quiere imponer la Iglesia de "poco ético".
Su decisión es firme. Consensuaron su postura hace unas semanas, en una reunión celebrada en Cadavedo, y no piensan retroceder. Así se lo explicarán al deán de la Catedral de Santiago si finalmente se aviene a recibirles. "El problema lo van a tener ellos, no nosotros. Será su oficina la que tenga que dar la cara y explicar a los peregrinos por qué no les dan la Compostela", explica el portavoz de la Agrupación del Norte. "No queremos que el Camino sea objeto de negocio. No entendemos que alguien tenga que comprar la credencial para empezar una ruta que tiene otro sentido", añade José Luis Galán.

Testimonios Peregrinos

La Compostela: ¿Un certificado moderno?

 
Durante siglos de peregrinación, a los jacobeos se les otorgaba un certificado de confesión y comunión, independientemente de dónde hubieran comenzado su camino. No tenían, además, más que jurar por su peregrinación. Y, evidentemente, todo el mundo salía desde la puerta de su casa y ahí comenzaba a caminar. Y es exactamente eso lo que nos pide el cuerpo a la mayoría de asociaciones jacobeas: fuera distancia alguna, fuera burocracias de nuevo cuño en honor de no se sabe que estadísticas (turísticas y catedralicias) y que se lo den a todo aquel que recorra el camino con alma de peregrino. Pero fue a finales de los años ochenta del pasado siglo cuando el Cabildo de la catedral de Santiago lanzó esa nueva inventio, la realización de los últimos 100 kilómetros a pie del camino para la obtención de la Compostela, ocurrencia a todas luces de anteayer y con nula base histórica. Todo ello, que podría haber tenido su razón de ser hace 30 años, ha quedado absolutamente rebasado por las consecuencias actuales de la tal inventio: masificación en temporada alta, desesperación de los peregrinos de medio y largo recorrido, sobre todo extranjeros, locas carreras por coger cama, hostelería todo a cien, invasión descarada de touroperadores que ven en los 100 km su particular agosto y pérdida de los valores fundamentales de la peregrinación tradicional, todo en un ciego cortoplacismo capaz de desplumar cualquier gallina de los huevos de oro. Y ni siquiera se trata de una reducción del camino a Galicia (lo que ya es absurdo en un bien de raíz universal), se trata de limitarlo, con todas sus consecuencias, a una parte de Galicia. Porque sería bueno, ante la propuesta de la Fraternidad Internacional Camino de Santiago, desde luego abierta, de ampliar el kilometraje de la Compostela a 300 km, que todos aquellos buenos gallegos que han puesto el grito en el cielo cayeran en un proceso de sentido común o en una incontestable evidencia y se preguntaran si los concellos ahora excluidos, y no solo en el Camino Francés, tal cómo A Fonsagrada, Castroverde, Ribadeo, Mondoñedo, Vilalba, Triacastela, Samos, Pedrafita, Allariz, Xinzo de Limia, Verín, A Gudiña, Monforte, A Rúa y O Barco son gallegos o son marcianos.

Albergues del Camino

La regulación de albergues, una norma contra el abuso al peregrino

Dos peregrinos se dirigen a un albergue asturiano.
Agosto de 2015. El Centro de Estudios y Documentación del Camino de Santiago -ubicado en el Real Monasterio de San Zoilo de Carrión de los Condes (Palencia)- alerta de que las quejas de los peregrinos en cuanto a los precios y el trato que reciben van en aumento. «Observan aumentos de tarifas desproporcionados en algunos lugares, principalmente en los pueblos más pequeños, y lamentan que el trato se haya deteriorado porque los consideran aves de paso que no van a volver». No son los únicos problemas que han surgido en el Camino de Santiago francés. Quienes lo conocen bien recuerdan el caso de una mujer que se cayó de la litera en un albergue de Castrojeriz (Burgos), denunció al alojamiento y solicitó una indemnización por las lesiones que sufrió en un brazo. Son situaciones que nadie desea, pero que pueden ocurrir. Por esta razón, la Agrupación de Asociaciones de Amigos del Camino de Santiago del Norte ve con buenos ojos la regulación del funcionamiento de los albergues que quiere poner en marcha el Gobierno asturiano dentro de su plan especial para impulsar los itinerarios a su paso por el Principado.
El presidente del colectivo, Laureano García, explica que, hasta la fecha, los albergues han sido gestionados de una «manera voluntarista», sin ningún tipo de normativa que «siente las bases para evitar ese tipo de problemas y establezca las reglas de juego en la gestión», un aspecto que engloba la acogida y atención al peregrino, el cobro o los servicios que puede dar cada establecimiento, sin olvidar la importancia de que haya una cobertura jurídica. En este sentido, apunta que «el perfil del peregrino ha ido cambiando conforme a los tiempos y ahora los hay, aunque son los menos, que exigen mucho». Las asociaciones insisten en la necesidad de «saber cómo actuar, qué líneas hay que seguir», especialmente en un momento en el que una mala opinión en las redes sociales puede hacerse viral. «Y lo que queremos, por encima de todo, es que los peregrinos se lleven una buena sensación, una buena imagen».
En Asturias hay una treintena de albergues públicos. De ellos, un buen número son de propiedad municipal. En estos casos, los ayuntamientos o bien asumen ellos mismos la gestión, o delegan en las asociaciones de Amigos del Camino o sacan a concurso la gestión, como ocurrió con el de La Caridad, en El Franco. Asimismo, hay una veintena en la red privada. Con respecto a las mejoras para aumentar la calidad de los públicos, el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, anunció la ampliación de la señal wifi. «Me parece muy bien, porque la comunicación es fundamental. También habría que mejorar la cobertura de móvil», dice García, quien celebra que se cree una app para descargar gratuitamente y divulgar los caminos declarados Patrimonio Mundial.

Camino Francés

El Icomos admite que la obra de La plaza del Grano no altera su esencia y mejora su conservación

  • Los desperfectos son numerosos en el empedrado de la plaza del Grano. - jesús
    Los desperfectos son numerosos en el empedrado de la plaza del Grano. - jesús
 
El informe «inicialmente negativo» sobre la obra de reforma de la plaza del Grano emitido por el Comité Nacional del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos), un organismo independiente, ya no lo es. La presidenta del colectivo, Begoña Bernal Santa Olalla, remitió esta semana una carta al alcalde, Antonio Silván, en la que agradece «la disposición mostrada» por el consistorio para facilitar «toda la información sobre la intervención propuesta» y, a la vista de esta documentación, admite «reconsiderar» el dictamen inicial. Ahora, una vez conocidos los datos y reunidos con los técnicos municipales y el arquitecto Ramón Cañas Aparicio, conceden que en la fase primera, correspondiente a la peatonalización de las calles Capilla y Mercado y la mejora de la accesibilidad mediante mínimas aceras para tránsito de personas con movilidad reducida en el entorno de la plaza, «las soluciones propuestas resuelven con satisfacción las cuestiones funcionales «planteadas en origen, sin afectar a los valores morfológicos esenciales del entorno del Camino de Santiago y procurando su mejor conservación».
El nuevo análisis del Icomos, cuyo primer dictamen había enarbolado Ecologistas en Acción para exigir la paralización inmediata del proyecto, elimina cualquier obstáculo para el inicio de las obras. Aunque en ningún caso su cumplimiento era vinculante, la carta remitida por la presidenta del colectivo no pone ninguna pega para que se ejecuten los trabajos de ensanchamiento de las aceras y la peatonalización de las calles que abrazan a la iglesia del Mercado, que se espera que empiecen en primavera, una vez que se hagan las catas arqueológicas preceptivas que ordenó la Comisión Territorial de Patrimonio. Una intervención que tiene un presupuesto de 262.385 euros, de los cuales 196.789 euros se financiarán con cargo a la partida aprobada por el Ministerio de Fomento del 1,5% Cultural.
Más allá de esta primera fase, la comunicación firmada por Begoña Bernal Santa Olalla reseña que se «pospone el análisis de la fase siguiente», que afectaría a la restauración del empedrado, «al momento en el que su proyecto de ejecución sea redactado». El organismo emplaza para entonces su dictamen puesto que en ese momento podrán «conocerse las soluciones finalmente planteadas para la restauración del empedrado tradicional de la plaza, el sistema de evacuación del agua de lluvia y la formalización de los elementos que eviten la entrada de vehículos», aunque ya asienta de antemano que «las pautas que seguirá este proyecto, expuestas por los técnicos citados en la reunión mantenida, se estiman correctas».
La misiva enviada incide además en que, «como consideración general en beneficio de la conservación de la plaza», el Ayuntamiento de León debe adoptar «las medidas oportunas para evitar la entrada y circulación de vehículos a motor sobre el empedrado tradicional, fuera de las zonas de carga y descarga». «De igual forma, debería procederse a la prohibición del estacionamiento de vehículos privados en las calles que desembocan en la plaza, al objeto de disponer de un espacio suficientemente diáfano y adecuado para la carga y descarga de personas y mercancías en todo momento», se describe en la carta, en la que se anota también que habría que «explorarse alternativas a los bolardos metálicos existentes en la plaza del Grano».
Como bordón, Bernal Santa Olalla aconseja en su escrito que «debería observarse la mayor atención a los usos que la plaza puede admitir sin sufrir deterioro, ya que las especiales características de la base del empedrado (tierra estabilizada y compactada) desaconsejan todo movimiento con cargas pesadas sobre el mismo, y pueden hacer inútil los esfuerzos que la intervención de restauración propuesta hace por conservarlo».

Camino de Celuloide