La regulación de albergues, una norma contra el abuso al peregrino

El presidente del colectivo, Laureano García, explica que, hasta la fecha, los albergues han sido gestionados de una «manera voluntarista», sin ningún tipo de normativa que «siente las bases para evitar ese tipo de problemas y establezca las reglas de juego en la gestión», un aspecto que engloba la acogida y atención al peregrino, el cobro o los servicios que puede dar cada establecimiento, sin olvidar la importancia de que haya una cobertura jurídica. En este sentido, apunta que «el perfil del peregrino ha ido cambiando conforme a los tiempos y ahora los hay, aunque son los menos, que exigen mucho». Las asociaciones insisten en la necesidad de «saber cómo actuar, qué líneas hay que seguir», especialmente en un momento en el que una mala opinión en las redes sociales puede hacerse viral. «Y lo que queremos, por encima de todo, es que los peregrinos se lleven una buena sensación, una buena imagen».
En Asturias hay una treintena de albergues públicos. De ellos, un buen número son de propiedad municipal. En estos casos, los ayuntamientos o bien asumen ellos mismos la gestión, o delegan en las asociaciones de Amigos del Camino o sacan a concurso la gestión, como ocurrió con el de La Caridad, en El Franco. Asimismo, hay una veintena en la red privada. Con respecto a las mejoras para aumentar la calidad de los públicos, el consejero de Presidencia, Guillermo Martínez, anunció la ampliación de la señal wifi. «Me parece muy bien, porque la comunicación es fundamental. También habría que mejorar la cobertura de móvil», dice García, quien celebra que se cree una app para descargar gratuitamente y divulgar los caminos declarados Patrimonio Mundial.
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