La Compostela: ¿Un certificado moderno?
Durante siglos de peregrinación, a los
jacobeos se les otorgaba un certificado de confesión y comunión,
independientemente de dónde hubieran comenzado su camino. No tenían,
además, más que jurar por su peregrinación. Y, evidentemente, todo el
mundo salía desde la puerta de su casa y ahí comenzaba a caminar. Y es
exactamente eso lo que nos pide el cuerpo a la mayoría de asociaciones
jacobeas: fuera distancia alguna, fuera burocracias de nuevo cuño en
honor de no se sabe que estadísticas (turísticas y catedralicias) y que
se lo den a todo aquel que recorra el camino con alma de peregrino. Pero
fue a finales de los años ochenta del pasado siglo cuando el Cabildo de
la catedral de Santiago lanzó esa nueva inventio, la realización de los
últimos 100 kilómetros a pie del camino para la obtención de la
Compostela, ocurrencia a todas luces de anteayer y con nula base
histórica. Todo ello, que podría haber tenido su razón de ser hace 30
años, ha quedado absolutamente rebasado por las consecuencias actuales
de la tal inventio: masificación en temporada alta, desesperación de los
peregrinos de medio y largo recorrido, sobre todo extranjeros, locas
carreras por coger cama, hostelería todo a cien, invasión descarada de
touroperadores que ven en los 100 km su particular agosto y pérdida de
los valores fundamentales de la peregrinación tradicional, todo en un
ciego cortoplacismo capaz de desplumar cualquier gallina de los huevos
de oro. Y ni siquiera se trata de una reducción del camino a Galicia (lo
que ya es absurdo en un bien de raíz universal), se trata de limitarlo,
con todas sus consecuencias, a una parte de Galicia. Porque sería
bueno, ante la propuesta de la Fraternidad Internacional Camino de
Santiago, desde luego abierta, de ampliar el kilometraje de la
Compostela a 300 km, que todos aquellos buenos gallegos que han puesto
el grito en el cielo cayeran en un proceso de sentido común o en una
incontestable evidencia y se preguntaran si los concellos ahora
excluidos, y no solo en el Camino Francés, tal cómo A Fonsagrada,
Castroverde, Ribadeo, Mondoñedo, Vilalba, Triacastela, Samos, Pedrafita,
Allariz, Xinzo de Limia, Verín, A Gudiña, Monforte, A Rúa y O Barco son
gallegos o son marcianos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario