Nuestra Señora Aparecida, sucursal de Brasil en El Bierzo
Vega de Valcarce.- El Albergue Nuestra Señora Aparecida do Brasil, en Vega de Valcarce (León), respira aires cariocas por los cuatro costados gracias a la música, la artesanía y la gastronomía del país sudamericano
Pese al frío invernal del exterior, nada más cruzar las puertas del Albergue se nota el calor del país sudamericano, presente en todos los rincones del edificio. Música, artesanía y gastronomía se funden para trasladar al peregrino a miles de kilómetros de distancia del Camino de Santiago, pero sin perder el espíritu jacobeo.
El brasileño Itabyra do Carmo Cunha, dueño del albergue, es el encargado de combinar dos tradiciones culturales que a simple vista no tienen nada en común. En 2004, cerró el negocio que poseía en su país y durante 45 días se dedicó a recorrer la ruta jacobea “poco a poco, disfrutando, conociendo los pueblos y a los peregrinos”.
Pese al frío invernal del exterior, nada más cruzar las puertas del Albergue se nota el calor del país sudamericano, presente en todos los rincones del edificio. Música, artesanía y gastronomía se funden para trasladar al peregrino a miles de kilómetros de distancia del Camino de Santiago, pero sin perder el espíritu jacobeo.
El brasileño Itabyra do Carmo Cunha, dueño del albergue, es el encargado de combinar dos tradiciones culturales que a simple vista no tienen nada en común. En 2004, cerró el negocio que poseía en su país y durante 45 días se dedicó a recorrer la ruta jacobea “poco a poco, disfrutando, conociendo los pueblos y a los peregrinos”.
“Yo estudié Sociología y quería averiguar los motivos por los que gente de 80 naciones hacía el Camino, así que iba preguntando a todos los que me encontraba”, explica ahora.
A su llegada a Santiago de Compostela y antes de continuar su viaje hasta Finisterre, estuvo otros tres días inquiriendo a los peregrinos por su experiencia, “si habían encontrado lo que buscaban”, recibiendo distintas contestaciones hasta que llegó, según explica, a una “certeza absoluta”: “Cada peregrino vive algo diferente, pero cuando llegan a Santiago todos han cambiado, no eres la misma persona”.
“Eso me dio una fuerza muy grande y fue el primer motivo por el que pensé abrir un albergue brasileño en el Camino porque ya había de otros países”, destaca Itabyra, quien añade que “la segunda razón es la universalidad, ver que la globalización y el estrés llevan a la gente a peregrinar”.
Con ayuda del también brasileño Acacio da Paz, que actualmente regenta otro albergue en Viloria de la Rioja (Burgos), Itabyra consiguió poner en marcha un alojamiento para peregrinos en Vega de Valcarce, una localidad berciana, muy cerca de O Cebreiro, la entrada del Camino de Santiago en Galicia. Desde allí, trata de mostrar a todos los que pasan “un poco de la cultura y la hospitalidad brasileña”.
Con canciones de su país siempre como fondo musical, el peregrino puede observar por todas las instalaciones una variada selección de productos artesanos y de decoración procedentes de distintas regiones del país sudamericano. Las máscaras del Amazonas compiten en vistosidad con los pájaros, las banderas, las estatuas de Vírgenes y los cuadros de artistas locales en el gran salón con chimenea que sirve de cuarto de estar.
A su llegada a Santiago de Compostela y antes de continuar su viaje hasta Finisterre, estuvo otros tres días inquiriendo a los peregrinos por su experiencia, “si habían encontrado lo que buscaban”, recibiendo distintas contestaciones hasta que llegó, según explica, a una “certeza absoluta”: “Cada peregrino vive algo diferente, pero cuando llegan a Santiago todos han cambiado, no eres la misma persona”.
“Eso me dio una fuerza muy grande y fue el primer motivo por el que pensé abrir un albergue brasileño en el Camino porque ya había de otros países”, destaca Itabyra, quien añade que “la segunda razón es la universalidad, ver que la globalización y el estrés llevan a la gente a peregrinar”.
Con ayuda del también brasileño Acacio da Paz, que actualmente regenta otro albergue en Viloria de la Rioja (Burgos), Itabyra consiguió poner en marcha un alojamiento para peregrinos en Vega de Valcarce, una localidad berciana, muy cerca de O Cebreiro, la entrada del Camino de Santiago en Galicia. Desde allí, trata de mostrar a todos los que pasan “un poco de la cultura y la hospitalidad brasileña”.
Con canciones de su país siempre como fondo musical, el peregrino puede observar por todas las instalaciones una variada selección de productos artesanos y de decoración procedentes de distintas regiones del país sudamericano. Las máscaras del Amazonas compiten en vistosidad con los pájaros, las banderas, las estatuas de Vírgenes y los cuadros de artistas locales en el gran salón con chimenea que sirve de cuarto de estar.
Precisamente en la repisa de la chimenea puede verse una imagen de Nuestra Señora Aparecida, patrona de Brasil y quien ha dado nombre al albergue, situada junto a una figurita del apóstol Santiago.
Asimismo, por las noches, de la cocina del albergue salen aromas que delatan una comida muy diferente a la típica de El Bierzo y se organizan cenas en las que cada uno explica su historia. “Yo no vendo camas ni comida, sino la hospitalidad brasileña; lo que intentamos es que el peregrino se sienta aquí como en casa y facilitarle el Camino”, explica Itabyra, que cuenta con la ayuda de hospitaleros voluntarios “de todo el mundo, pero con espíritu brasileño”.
Asimismo, por las noches, de la cocina del albergue salen aromas que delatan una comida muy diferente a la típica de El Bierzo y se organizan cenas en las que cada uno explica su historia. “Yo no vendo camas ni comida, sino la hospitalidad brasileña; lo que intentamos es que el peregrino se sienta aquí como en casa y facilitarle el Camino”, explica Itabyra, que cuenta con la ayuda de hospitaleros voluntarios “de todo el mundo, pero con espíritu brasileño”.
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