SENTIMIENTOS DE UN PEREGRINO
Por Katia Esteves
Per
egrinar es la mayor decisión que el ser humano se permite, pues él tiene que caminar en completa soledad y sólo así se encontrará.

Peregrinar es renunciar a las vanidades y a las regalías de lo cotidiano. Es ir de brazos abiertos al encuentro de personas de todas las nacionalidades, religiones y creencias. Es la total falta de identidad que permite una mayor libertad, sin máscaras.
No se sabe quien es pobre o quien es rico. Eso no importa. Las críticas, comunes en el día a día, son dejadas a un lado.
Peregrinar es tener el derecho de deshacerse en lágrimas y lavar el alma en llantos. Es pedir ayuda a la madre naturaleza.
Peregrinar es respetar tu cuerpo, acariciarse los pies todos los días, acostarse debajo de un árbol y entregarse. Es tomar una decisión con firmeza: desistir, jamás.
Peregrinar es dejar las marcas de tus pasos determinados. Es escuchar al toc-toc del cayado, apoyo imprescindible y despertador en las horas cansadas y peligrosas.
Todo peregrino es un ángel y en su caminar los deseos, las promesas y las oraciones se transforman en una fuente deluz, que se expande por todo el universo y se multiplica con el ser superior culminando en la explosión del sublime amor y del perdón.
Paz, luz y amor.
Katia.
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