viernes, 14 de febrero de 2014

Historias del Camino

 La magia del Camino de Santiago
 
La historia inmortal del camino se ha ido construyendo a lo largo de los tiempos, pero su origen, a pesar de las creencias populares, no comienza con en el descubrimiento del sepulcro de Santiago en Compostela, sino que su leyenda, se remonta siglos antes de la llegada de Jesús y de la comunidad cristiana, tiempos remotos dónde la ruta era conocida como El Camino de las Estrellas.
El Camino de Santiago, concretamente el  llamado Camino Francés, pudo coincidir por tanto con un antiguo camino esotérico, una ruta celtibera mágica denominada Camino de las Estrellas o Camino de la Oca, un mapa escrito en cielo que nos guiaba en la noche de manera infalible hacia el “Finis Terrae”, para los antiguos Finisterre, el último rincón occidental del mundo y el lugar dónde comenzaba el país de los muertos.
Así mismo, la ruta reproduce en su recorrido una pequeña parte visible del brazo de la Vía Láctea, usada por antiguos y peregrinos para guiarse en su camino, y coincide perfectamente con el paralelo terrestre 42º N.
El paralelo 42 Norte aparte de ser uno de los círculos imaginarios perpendiculares al eje de la tierra, es considerado desde la antigüedad como uno de los paralelos más energéticos del globo terráqueo, aunando enclaves religiosos de importante relevancia como Santiago de Compostela, su camino Francés, la región de Roma, el desierto de Gobi, o los montes de Hélade entre otros, dónde según los tibetanos se haya el reino subterráneo de Agartha y la ciudad de Shambala. 

 Es cierto que algunos investigadores incluyen en este paraleo el Monte Ararat, pero éste, aunque próximo, se encuentra desplazado unos 330 km.
Teniendo en cuenta que las distancia entre los paralelos terrestres es de 111 km, permanecer en la misma estela del P-42 para un trayecto como el nuestro de 116 km (Sarria a Compostela) era fácil. Sin embargo si lo analizamos para el recorrirido de 888 km desde Roncesvalles a Finisterre la coincidencia ya puede dejar de ser casual.
Roncesvalles 43°01′00″N; Sarria 42°46′53″N; Portomarín 42°48′24″N; Palas de Rey 42°52′29″N; Arzúa 42°56′00″N; Santiago de Compostela 42°52′50″N; Fisterra 42°54′18″N
Estas primeras rutas ancestrales tuvieron ritos y costrumbres que con el paso del tiempo y a raíz de las primeras peregrinaciones cristianas a Compostela algunas fueron incorporándose al Camino. Tradiciones como el simbolismo de la concha, la purificación del alma, las estrellas, la pata de oca, el perro, o la loba entre otros, se dice que pasaron a formar parte de la tradición actual al no poder ser acalladas del arraigo de la ruta.


La magia del Camino de Santiago
La historia inmortal del camino se ha ido construyendo a lo largo de los tiempos, pero su origen, a pesar de las creencias populares, no comienza con en el descubrimiento  del sepulcro de Santiago en Compostela, sino que su leyenda, se remonta siglos antes de la llegada de  Jesús y de la comunidad cristiana, tiempos remotos dónde la ruta era conocida como El Camino de las Estrellas.

El camino de Santiago, concretamente el francés, pudo coincidir por tanto con un antiguo camino esotérico, una ruta celtibera mágica denominada Camino de las Estrellas o Camino de la Oca,  un mapa escrito en cielo que nos guiaba en la noche de manera infalible hacia el “Finis Terrae”, para los antiguos Finisterre, el último rincón occidental del mundo y el lugar dónde comenzaba el país de los muertos.

Así mismo,  la ruta reproduce en su recorrido una pequeña parte visible del brazo de la Vía Láctea, usada por antiguos y peregrinos para guiarse en su camino, y  coincide perfectamente con el paralelo terrestre 42º N.

El paralelo 42 Norte  aparte de ser uno de los círculos imaginarios perpendiculares al eje de la tierra, es considerado desde la antigüedad  como uno de los paralelos más energéticos del globo terráqueo,  aunando  enclaves religiosos de importante relevancia como Santiago de Compostela,  su camino Francés, la región de Roma, el desierto de Gobi, o los montes de Hélade entre otros, dónde según los tibetanos se haya el reino subterráneo de  Agartha y la ciudad de Shambala.  Es cierto que algunos investigadores incluyen en este paraleo el Monte Ararat,  pero  éste, aunque próximo, se encuentra desplazado unos 330 km.

Teniendo en cuenta que  las distancia entre los paralelos terrestres es de 111 km,  permanecer en la misma estela del  P-42 para  un trayecto como el nuestro de  116 km  (Sarria a Compostela) era fácil.  Sin embargo si lo analizamos para el recorrirido de 888 km desde Roncesvalles  a Finisterre  la coincidencia ya puede dejar de ser casual.

Roncesvalles 43°01′00″N; Sarria 42°46′53″N; Portomarín  42°48′24″N; Palas de Rey 42°52′29″N; Arzúa 42°56′00″N; Santiago de Compostela 42°52′50″N; Fisterra 42°54′18″N

Estas primeras rutas ancestrales  tuvieron ritos y costrumbres que con el paso del tiempo y  a raíz de las  primeras peregrinaciones cristianas a Compostela  algunas fueron incorporándose al Camino.  Tradiciones como  el simbolismo de la concha, la purificación del alma, las estrellas,  la pata de oca, el perro, o la loba entre otros,  se dice que pasaron a formar parte de la tradición actual al no poder ser acalladas del arraigo de la ruta.

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