La antigua vaquería del monasterio de Silos será un hospedaje en 2016
La abadía de Santo Domingo de Silos está de obras. La antigua vaquería
del monasterio benedictino, en desuso desde hace décadas, se convertirá
en un espacio diáfano y en la zona de hospedaje de grupos de jóvenes que
quieran pasar unos días en la localidad burgalesa en la que conviven
desde hace siglos los hermanos de una de las comunidades más veneradas
de todos los tiempos. Será en 2016 cuando se abran las nuevas y modernas
dependencias que buscan abrir este espacio de culto a grupos de scouts,
catequesis o a alumnos de colegios que deseen gozar de un retiro en la
localidad.
Los obreros se afanan estos meses de otoño en cambiar la cara a la zona en la que antes moraron los animales del monasterio. Una zona que llevaba años sin tener una utilidad clara y que ahora se convierte en un espacio multiusos compuesto por una zona de aseos, un salón diáfano, una zona de dormitorios y un comedor.
El Ayuntamiento de Santo Domingo de Silos recibió hace unos meses la propuesta de obra por parte de la comunidad benedictina que acarrea en su totalidad con el montante de unos trabajos que han sido avalados por Patrimonio de la Junta de Castilla y León. Según fuentes municipales consultadas, el presupuesto de la obra es de 78.000 euros, exentos de impuestos.
El mal estado del tejado en esta zona anexa a la entrada al huerto de la abadía fue, en parte, el detonante de este proyecto. Así lo explicó en declaraciones a Ical el padre Alfredo, mayordomo de la famosa abadía, que considera que los trabajos pueden estar finalizados para finales de año. «Yo creo que para 2016 podrán venir los primeros grupos de jóvenes», apostilló el religioso, que entiende que como el resto de miembros de la sociedad, ellos también «deben de hacer obras e intentar mejorar». «Era un edificio obsoleto sin uso y ahora todo va a cambiar», subrayó el padre Alfredo que considera que el hecho de que el monasterio reciba la visita de grupos de jóvenes será «muy enriquecedor para la convivencia de todos los hermanos que moramos en la abadía». Así lo entiende también el padre abad, dom Lorenzo Maté, que se muestra entusiasmado de que grupos de scouts de toda España puedan acudir a Silos.
Adaptarse a los tiempos
Cualquier asociación juvenil que lo desee podrá ponerse en contacto desde el próximo año con los miembros de la abadía benedictina para programar una visita que, se presupone, podría realizarse en periodos vacacionales o fines de semana. Esta situación se viene realizando en otros monasterios de la orden Benedictina según explicó el padre Alfredo.
De lo que no cabe duda es de que el monasterio ha sabido adaptarse a los tiempos que corren realizando «constantes» reformas para mejorar la calidad de vida de sus moradores habituales y de quienes llegan a la hospedería. La abadía ha reformado su sistema energético incluyendo sistemas alternativos de energía eléctrica sostenible al tiempo que dispone de un sistema de calefacción que cubre buena parte del espacio de retiro. Este es el caso de la zona de hospedería, una de las más reclamadas, hasta donde llegan cada semana decenas de peticiones para alojarse junto a una de las comunidades más veneradas del mundo. El único requisito para convivir con los monjes es ser varón y aceptar las normas de una comunidad que en pleno siglo XXI mantiene la disciplina del “ora et labora”.
Los obreros se afanan estos meses de otoño en cambiar la cara a la zona en la que antes moraron los animales del monasterio. Una zona que llevaba años sin tener una utilidad clara y que ahora se convierte en un espacio multiusos compuesto por una zona de aseos, un salón diáfano, una zona de dormitorios y un comedor.
El Ayuntamiento de Santo Domingo de Silos recibió hace unos meses la propuesta de obra por parte de la comunidad benedictina que acarrea en su totalidad con el montante de unos trabajos que han sido avalados por Patrimonio de la Junta de Castilla y León. Según fuentes municipales consultadas, el presupuesto de la obra es de 78.000 euros, exentos de impuestos.
El mal estado del tejado en esta zona anexa a la entrada al huerto de la abadía fue, en parte, el detonante de este proyecto. Así lo explicó en declaraciones a Ical el padre Alfredo, mayordomo de la famosa abadía, que considera que los trabajos pueden estar finalizados para finales de año. «Yo creo que para 2016 podrán venir los primeros grupos de jóvenes», apostilló el religioso, que entiende que como el resto de miembros de la sociedad, ellos también «deben de hacer obras e intentar mejorar». «Era un edificio obsoleto sin uso y ahora todo va a cambiar», subrayó el padre Alfredo que considera que el hecho de que el monasterio reciba la visita de grupos de jóvenes será «muy enriquecedor para la convivencia de todos los hermanos que moramos en la abadía». Así lo entiende también el padre abad, dom Lorenzo Maté, que se muestra entusiasmado de que grupos de scouts de toda España puedan acudir a Silos.
Adaptarse a los tiempos
Cualquier asociación juvenil que lo desee podrá ponerse en contacto desde el próximo año con los miembros de la abadía benedictina para programar una visita que, se presupone, podría realizarse en periodos vacacionales o fines de semana. Esta situación se viene realizando en otros monasterios de la orden Benedictina según explicó el padre Alfredo.
De lo que no cabe duda es de que el monasterio ha sabido adaptarse a los tiempos que corren realizando «constantes» reformas para mejorar la calidad de vida de sus moradores habituales y de quienes llegan a la hospedería. La abadía ha reformado su sistema energético incluyendo sistemas alternativos de energía eléctrica sostenible al tiempo que dispone de un sistema de calefacción que cubre buena parte del espacio de retiro. Este es el caso de la zona de hospedería, una de las más reclamadas, hasta donde llegan cada semana decenas de peticiones para alojarse junto a una de las comunidades más veneradas del mundo. El único requisito para convivir con los monjes es ser varón y aceptar las normas de una comunidad que en pleno siglo XXI mantiene la disciplina del “ora et labora”.
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