Burgos.- La Asociación burgalesa de Amigos del Camino de Santiago cumple 25 años. Varios de los fundadores recuerdan cómo fue el proceso de creación. Más adelante se anunciará el programa de actos conmemorativos.

Esa falta de infraestructura, sumada a su pasión por el Camino, fueron los motivos que propiciaron que Domingo Mena entrara en contacto con otros burgaleses que habían tenido la misma experiencia que él y que también echaban en falta una asociación que defendiera y promocionara la ruta jacobea en la provincia, al estilo de las que ya existían en Navarra o en La Rioja.
Entre esas personas estaba José María Alonso Marroquín, párroco de San Juan de Ortega y, según distintas personas consultadas, principal promotor de aunar los gustos, intereses y esfuerzos de varias personas para que el 7 de marzo de 1987 se constituyera oficialmente la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Burgos en la Hospedería de San Juan de Ortega.
Arribas recuerda que el objetivo principal era «buscar e integrar a la gente que pudiera estar interesada en la conservación y defensa del Camino y recuperarlo señalizándolo porque, entonces, era fácil perderse». Otro de los objetivos de este primer encuentro era conseguir sumar algún socio, pero salieron con un centenar de asociados. En este sentido, Salvador Domingo afirma que «íbamos a ciegas y nos sorprendió muchísimo la cantidad de gente que había allí».

Otra de las reivindicaciones conseguidas fue conseguir que se habilitaran espacios públicos en los que hospedar y atender a los peregrinos. En el caso de Burgos capital, Pablo Arribas recuerda que la Iglesia accedió a ceder parte del Seminario para este cometido, hasta que el Ayuntamiento habilitó el albergue del Parral, en principio provisional pero en activo hasta hace poco más de tres años, cuando se inauguró el albergue de la calle Fernán González.
Otro de los fundadores, Miguel Sánchez, comenta a este respecto que «entonces, había personas que atendían a los peregrinos en el Parral, pero era más bien cosa de un grupito. Ahora, la sede es una maravilla, ha mejorado muchísimo y hay asistencia a todos los peregrinos», apunta.Pero hace 25 años no solo la asistencia estaba en precario, algo parecido ocurría con la señalización del Camino. Tanto Arribas como Domingo coinciden en rememorar la cantidad de fines de semana que pasaron yendo con sus coches a distintos puntos clave para señalizar y clarificar el trazado de la ruta. O, también, en la satisfacción que les produjo haber conseguido una pasarela a la altura de La Pedraja.
Sin embargo, ahora que estos logros forman parte del pasado, Sánchez y Domingo, que continúan siendo socios, consideran que la asociación sigue teniendo otros retos por delante. Entre todos, ambos destacan la importancia de defender y destacar la importancia del Camino francés entre los otros nueve trazados oficiales: el Primitivo, el Inglés, el Portugués, el Portugués por la Costa, el del Norte, el de la Vía de la Plata, el de Invierno, el de Fisterra, y la Ruta del Mar de Arousa y Río Ulla.

Por último, Pablo Arribas, cree que hay que tener cuidado en no mezclar turismo con peregrinaje y destaca que, sin lugar a dudas, «lo mejor del Camino son los peregrinos».
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