Por José A. de la Riera
Ciertamente la ruta conforma buena parte del espacio donde entre los siglos XII y XIV se desarrolló ese extraordinario movimiento trovadoresco que dio lugar a la lírica galaico-portuguesa, presente en los “Cancoeiros”. Muchos de esos trovadores y juglares (pues de ambos se nutrió esa lírica) nacieron, padecieron, rimaron y cantaron muy cerca de las trochas que hoy en día recorre el peregrino. El continuo fluir de unos y otros entre la corte portuguesa y ese faro que era Compostela, o la presencia de los cantores del mar, siempre cercano, siempre protagonista, que cautivó a Martín Codax, Mendiño o Paio Gómez Chariño, la presencia del propio Camino en la pluma de muchos de ellos, determinan al Camino Portugués como protagonista y espacio vital e imprescindible de la lírica galaico-portuguesa.

Quantas sabedes amar amigo,
treides conmigo a lo mar de Vigo,
e bañarnos hemos nas ondas.
Quantas sabedes amar amado,
traides conmigo a lo mar levado
e bañarnos hemos nas ondas.
(C. Vaticana, 888)
Otro poeta del mar, el pontevedrés Paio Gómez Chariño, conquistador de Sevilla y almirante de la Mar Océana, nos regaló trovas en honor de Santiago Apóstol, dignas de que todo peregrino las cuelgue de su mochila:
¡ Ai Santiago, padrón sabido,
vós me adugades o meu amigo!
Sobre mar ven quen frores de amor ten.
¡ Miraréi, madre, as torre de Xeén!
¡ Ai Santiago, padrón probado
vós me adugades o meu amado!
Sobre mar ven quen frores de amor ten.
¡ Miraréi, madre, as torre de Xeén!
(C.Vaticana, 429)
Otra cantiga, del clérigo compostelano Airas Nunes, nos refiere por boca de la enamorada la próxima peregrinación del rey a Compostela:
A Santiago en romaria ven
el rei, madre, e prazme de coraçon,
por duas cousas, se Deus me perdón,
en que teño que me faz Deus gran ben:
ca verei El Rei, que nunca vi,
e meu amigo que ven co el i.
(C.Vaticana, 458)
Otro juglar, Airas Corpancho, no duda en ponerse en Camino:
Por facer romaría puxe én meu coraçón
A Sant-Yago un día, por facer oraçón
E por veer meu amigo logo i.
(C.Vaticana, 265, s XIII)
Camino de juglares y trovadores, ¡Edoí, Lelia Doura!, humildes como Mendiño, que entró en la historia haciendo cantar a su amada desde la soledad de la isla de San Simón, envuelta por las olas, nobles como el propio Gómez Chariño o reyes como D. Denís o el rey sabio, Alfonso X, autor de las extraordinarias Cantigas de Santa María, clérigos como Bernal de Bonaval. Camino de trovas de amor, de amigo o de maldecir. Todos dejaron su huella en una tierra y un idioma. Y también, sin duda la pueden dejar en los peregrinos que hacen en paz su Camino por la vieja ruta que nos llega con todo el verde de Portugal.
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