«No soy un turigrino como otros»
Cristóbal León Encina, 57 años, alférez de navío
en la reserva tras años en la escuela militar Antonio de Escaño de
Caranza, donde fue profesor de máquinas y motores, es un gran caminante. El primero de mayo partió de Sevilla, a las seis de la mañana, rumbo a Santiago de
Compostela, a donde espera llegar tras 35 días de marcha y por encima de
los mil kilómetros. Nacido en Ceuta, es un ferrolano de Esteiro de
adopción.
-¿No es un reto demasiado duro para ir solo?
-Es que ya tengo rodaje. Hice cuatro veces el Camino Francés y una el Inglés.
-¿Qué entrenamiento ha hecho para afrontarlo?
-Suelo caminar cada día unos 35 kilómetros.
-Está claro que con ese fondo llegará...
-Uno nunca está seguro. Puedes pinchar por una
tendinitis. En mi caso, tengo un punto frágil, la espalda, aunque no se
me ha manifestado y espero que no me dé por el camino.
-El itinerario será parejo al conocido como Ruta de la Plata para luego enlazar con el Camino Francés, ¿no es así?
-Prefiero evitar el Camino Francés y, por eso,
haré un pequeño giro hacia el oeste al llegar a la altura de Sanabria,
enlazando con el que creo que se conoce como Camino Sanabrés. Porque el
Francés me lo tengo ya muy conocido. Con este giro, el camino será más
largo, por eso es más de los mil kilómetros de la ruta tradicional. Es
mi forma de peregrinar.
-¿Cuál es su motivación?
-Voy en plan espiritual, para encontrarme conmigo mismo. No soy un turigrino, como le llaman a algunos, apenas utilizo las infraestructuras habituales.
-¿Qué quiere decir?
-Pues que si no hay albergues dormiré al relente.
Tengo una tienda especial para pernoctar. Toda la comida me la hago
yo. Casi lo prefiero así, porque en el Camino Francés es una carrera
para coger cama en el siguiente albergue.
ciudadanos cristóbal león encina, caminante, partió ayer de sevilla hacia santiago
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