«El Camino es siempre diferente, aunque lo hagas veinte veces»
¿Qué tiene el Camino de
Santiago que tanto engancha a españoles y extranjeros? Cuentan su
historia peregrinos que han hecho la ruta hasta en 27 ocasiones, que
pasan las Navidades caminando, que organizan rutas para extranjeros o
que se han enamorado de otro peregrino
El Camino de Santiago
bate récords. Cerca de 240.000 personas recorrieron el año pasado
alguna de las ocho rutas jacobeas. Son veinte mil más que el año
anterior. Más de la mitad fueron extranjeros, lo que ha marcado un
récord absoluto de caminantes foráneos. Pero el bum no ha hecho más que
empezar. El primer mes del 2015 ha sido el enero con más peregrinos de
la historia. ¿Qué tiene el Camino que tanto engancha?
Julio Alcaraz Santamaría, de Aspe (Alicante), sumará
este junio su 28 compostela. Lo hará con 85 años recién cumplidos, y con
la misma energía que la primera vez, cuando peregrinó a la capital
gallega en el año 93: «En aquel momento estaba a punto de jubilarme, me
convenció un amigo. Fuimos desde Roncesvalles, luego él lo dejó y yo
seguí año tras año». Su cita anual con el Camino -incluso lo ha
recorrido dos veces al año- es ineludible, son como él dice: «Mis
vacaciones». «La naturaleza es un encanto, es la mejor medicina». Ha
hecho el Camino con amigos, con hijos, con nietos y hasta solo en dos
ocasiones. A lo largo de estas dos décadas de peregrino, ha visto cómo
la ruta a Santiago ha dado un salto cualitativo: «Los albergues eran
malísimos, eran gratis eso sí, pero ahora pagas 6 euros y tienes todas
las comodidades. He llegado a dormir en casas particulares».
Durante sus travesías camina unos 25 kilómetros
diarios: «Solo camino por la mañana, luego cuando llego al albergue,
disfruto del entorno. Sé cuándo salgo, pero nunca cuándo llego», explica
Julio. Cuando parte de Roncesvalles, puede estar hasta un mes
caminando, pero lo habitual es que se convierta en peregrino durante 12 o
13 días, saliendo desde León. Siempre va acompañado de su cámara, para
retratar todo lo que se encuentra a su paso por el Camino Francés.
Su pasión le ha llevado a crear en su localidad natal la asociación
Amigos del Camino de Aspe. «El Camino engancha», dice Julio.
Mónica Rooney Riestra es pontevedresa pero lleva
desde muy joven viviendo en Estados Unidos. El 2010 fue un mal año: su
padre falleció y le diagnosticaron a ella un cáncer de pecho. Un año más
tarde, cuando estaba inmersa en el tratamiento médico, perdió también a
su madre. La idea de hacer el Camino no fue de Mónica, aunque confiesa
que siempre quiso hacerlo desde joven: «En una de mis revisiones, mi
oncólogo me comentó que había visto la película The Way
y que le gustaría viajar a Galicia, si le podía ayudar a organizarlo».
En julio del 2012 Mónica estaba recorriendo 150 kilómetros del Camino Francés
con su médico y su mujer, su hijo y otros familiares. «Fue una de las
experiencias más inolvidables de mi vida», explica desde su vivienda en
California.
A partir de ese momento, la pontevedresa decidió
seguir vinculada a la ruta de peregrinación, la cual ha hecho en más
ocasiones, con la creación de su empresa Adiante Travel. «Hacer el Camino resultó ser la mejor forma de expresión y gratitud de tener una segunda oportunidad en la vida», señala.
Adiante Travel es una pequeña empresa que se dedica a
organizar viajes al Camino de Santiago para extranjeros, pero que
incluyen todo tipo de comodidades: un guía que hable su idioma, un
autobús de refuerzo para trasladar sus enormes maletas, unos
alojamientos cómodos, como casas rurales y pazos gallegos, y comidas en
los mejores restaurantes. «Después de vivir más de 20 años en la cultura
americana sabía que habría mucha gente interesada en hacer el Camino si
todos los detalles están planificados», destaca Mónica.
¿A qué se debe el éxito de la ruta jacobea entre los
extranjeros? La pontevedresa cree que especialmente los norteamericanos
«valoran mucho la autenticidad y simplicidad del Camino donde no hay
acoso con márketing turístico y comercial que desafortunadamente
experimentan demasiado en su país». En junio Mónica se convertirá de
nuevo en peregrina.
Navidades en el Camino
¿Pasar las Navidades en pleno Camino? Manuel Rossi,
madrileño de 53 años y su mujer, María García, llevan tres años
acudiendo a Galicia para peregrinar en los últimos días del año. Salen
el día de la Lotería de O Cebreiro o Ponferrada y llegan a Santiago en
Fin de Año. «Somos los últimos en abrazar al Apóstol el día 31 y los
primeros en hacerlo el día 1», explica Rossi. La Nochebuena la
improvisan en plena ruta jacobea: «Llegamos a Sarria a media tarde y
estaba todo cerrado, al final nos acogió una familia amabilísima de un
bar. Nos dieron de cenar lo mismo que ellos», explica Rossi. El día 31
este madrileño organiza una cena peregrina, a la que acuden caminantes
no solo que están en esos momentos en Santiago, sino que vienen a
propósito desde otras partes de España. «Llenamos el comedor de San
Martín Pinario», explica. Rossi está muy vinculado al Camino porque es
originario de un pueblo de Zamora por el que pasa la ruta compostelana.
«Lo he hecho 20 o 25 veces, incluso varias veces al año», explica Rossi,
y reflexiona: «No me gusta el fútbol ni los toros, así que en el Camino
no me importa gastarme el dinero». Rossi y su mujer han recuperado y
señalizado el antiguo camino de peregrinación al monasterio de Uclés,
que permite a los peregrinos de Castilla?La Mancha y alrededores enlazar
con el Camino de Santiago.
La canadiense Anne St-Hilarie hizo por primera vez el
Camino en el 2008. Buscaba «depurar mente y alma» porque acababa de
atravesar una enfermedad: «acabé saturada de médicos y tratamientos».
Tiene claro que fue la «mejor cura posible»: encontró el amor y decidió
emprender un nuevo proyecto empresarial. Lo recuerda así: «A Ángel, mi
marido, lo conocí en Hospital de Órbigo, yo necesitaba comprar unos
calcetines, palabra que tardé un año en aprender, y no hablaba mucho de
español, así que cuando vi al único peregrino que pasaba por allí, me
acerque a él y le pregunte ?¿Dónde está la tienda?».
Esta frase que los unió también ha dado nombre a la
empresa que ambos han puesto en marcha en Quebec. El establecimiento se
llama La Tienda, d?ici Compostelle (de aquí a Compostela) y es un
negocio de ropa especializada para el Camino con productos de su región
canadiense. «Cuando partí para hacer el Camino tuvo que hacer un
auténtico rali para encontrar todo lo que necesitaba, y a pesar de esa
compra, me encontré con una mochila demasiado pesada, lo que me impedía
hacer más de 9 kilómetros diarios», explica. La ropa que llevaba tampoco
era apropiada. «Nuestro centro se ha convertido en un lugar de
referencia para descubrir los distintos Caminos, el boca a boca es
nuestra mejor publicidad», explica. ¿La clave del éxito del Camino?
«Después de caminar 45 minutos, segregamos la serotonina, la hormona de
la felicidad».
Un total de 18 compostelas acumula Ángel Campos,
natural de Teruel, aunque reside en Vilalba desde hace muchos años. Ha
hecho en múltiples ocasiones varias rutas jacobeas e incluso recorrió en
17 horas los cien kilómetros que separan Vilalba de la capital gallega.
Sin embargo, dice: «Cada vez que haces el Camino es diferente, aunque
lo hagas en veinte ocasiones, por el clima, por la época del año, por tu
estado de ánimo...». La primera vez que se convirtió en peregrino fue
en 1993: «Fui con un grupo de una asociación juvenil». En el 2004
repitió, y desde entonces su vinculación al Camino es muy estrecha,
tanto que lo ha hecho hasta varias veces en un año. Ha notado el
incremento de los peregrinos extranjeros: «Por ejemplo en diciembre y
enero hay muchos coreanos». Destaca el respeto que los extranjeros
tienen al Camino: «Son muy silenciosos, muy respetuosos, jamás les ves
tirar basura o hacer ruido en los albergues».
Hace diez años el número de extranjeros que recorrían
el Camino de Santiago apenas superaba los 40.000. El volumen de
peregrinos españoles era tres veces mayor. Pero en esta década se le ha
dado la vuelta a la tortilla, y el 2014 se cerró con más compostelas
foráneas que españolas, 124.257 frente a 113.553. Con esos casi 125.000
peregrinos procedentes de otros países se ha pulverizado un récord
histórico.
Si el boom del Camino se ha notado en el 2014, parece
que en el año que acaba de empezar se batirán todas las marcas. La ruta
jacobea ha arrancado el 2015 creciendo de manera espectacular y logrando
la mayor afluencia durante los primeros 31 días del año. Jamás habían
llegado a la capital gallega tantos peregrinos un enero, ni siquiera en
el enero del último Año Santo, en el 2010. Según los datos del
Arzobispado de Santiago, recorrieron algunas de las ocho rutas jacobeas
un total de 1.217 personas, de las que 724 fueron extranjeras y 493
españolas. Son cuatro veces más que en el 2008 y el doble que en el
2011. Supone un aumento del 34 % respecto al 2014.
Sobre el boom que está teniendo la ruta de
peregrinación a Compostela, la responsable de Turismo de la Xunta
destacó que «o Camiño de Santiago é, sen dúbida, o produto turístico
estrela de Galicia e a súa icona máis universal».
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