Vino y gastronomía II, maridaje con queso
El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido
En ‘poncelet.es/enciclopedia-del-queso/maridaje’ si bien inician este
artículo indicando que “No existe regla impositiva referente a la
relación armónica entre quesos y vinos. Al fin y al cabo todo es
cuestión de gustos. Lo principal es que se disfrute con placer. Texto: Antonio Egido
Como consejo para aquellos que se quieran adentrar en el complejo y apasionante mundo del maridaje, la propuesta es que experimenten en el momento con ese vino y ese queso y ábranse a todas las posibilidades. Por ejemplo, el clásico maridaje de vino tinto y queso curado no suele quedar bien debido a los taninos que bloquean la lengua y anulan ciertos sabores del queso.
A la hora de degustar una tabla es importante buscar el equilibrio de un vino que armonice de una manera general con la mayoría de los quesos y eso va en función también con los gustos personales.
A continuación se ofrecen algunas sugerencias sobre maridajes de vinos y quesos españoles. Conviene recordar que ambos productos de la misma región suelen compenetrarse bien”.
Para seguidamente ofrecernos estos atractivos maridajes, con vino blanco: “Vinos blancos secos naturales. Rosados: Quesos tiernos de vaca y cabra, elaborados con leche pasteurizada, textura blanda a semiblanda. (Tetilla, Cantabria, Garmillas, L´Alt D´Urgell, Murcia al Vino, de cabra pasteurizados) y también los quesos tiernos de mezcla con predominio de leche de vaca.
Vinos blancos jóvenes afrutados: Quesos de vaca y cabra, de pasta blanda y corteza enmohecida. ((Tou dels til-ers, Garrotxa, Camembert). Quesos de vaca o cabra, de pasta blanda y corteza lavada. (Münster, Acehúche, Quesailla). Quesos de cabra de leche cruda y textura semiblanda (Ibores, Quesailla, Majorero). Quesos de pasta blanda (Garmillas, Torta de los Montes de Toledo, Serena, Flor de Guía).
Vinos blancos secos en madera: Quesos curados de vaca. Leche cruda. (Mahón curado, Serrat, Taramundi). Quesos afinados de cabra con leche cruda. (Alpujarras, Montsec, Ibores, Aracena, Tronchón). Quesos semicurados de oveja. Textura semidura. (Manchego, Idiazábal, Zamorano, Serrat)”.
Pero la lista continua y se la recomendamos, antes de pasar a la siguiente búsqueda, la correspondiente a ‘maridajesgourmet.com’ cuyo relato lo inician con estas palabras: “El maridaje de quesos y vinos tiene ciertas pautas generales que nos orienten hacia una adecuada elección y nos proporcionen una unión feliz. Los quesos suaves, como el de burgos, se complementa con los vinos blancos ligeros o los rosados, que hacen gala de un intenso color y aroma penetrante a hayas y violetas. El italiano conocido por el nombre de Parmesano, vive una intensa relación con los tintos jóvenes, como el Lambrusco, o con los blancos suaves”, para continuar con la propuesta de los siguientes maridajes: “Maridaje de vinos y queso parmesano: El queso Parmesano marida bien con los tintos jóvenes, como el Lambrusco, o con los blancos suaves.
Maridaje de vinos y queso gruyere: El queso Gruyere se complementa con el vino blanco semidulce, el Brie con el tinto, con el blanco frutoso, o también puede mantener una excepcional relación con el cava o cerveza liviana, al igual que el Cambermet.
Maridaje de vinos con queso cheddar y queso feta: Un auténtico idilio existe entre el queso Cheddar suave, con el vino tinto ligero y frutoso, con el blanco y el cava. El queso feta, que es muy popular en Grecia a nivel doméstico, casa con el vino tinto ligero y blanco frutal.
Maridaje de vino y quesos de oveja: Los quesos de oveja de pasta cocida, como el Ibérico, Manchego, Idiazábal, Roncal y Zamorano, combinan perfectamente con los vinos tintos con cuerpo como La Rioja, Ribera del Duero y Bierzo.
Maridaje de vinos y quesos de pasta blanda: Los quesos de pasta blanda, cerrada y untuosa, como el famoso queso Tetilla de Galicia, el también Gallego San Simón o el queso Mahón, maridan con vinos blancos jóvenes, ligeros y afrutados de Navarra, Penedés y en una combinación diferente, con vinos blancos de Galicia…”. Y si tenemos curiosidad, el relato continua para ofrecernos atractivos maridajes.
Un último consejo, si le ha gustado esta ejercicio que hemos realizado, no pierdan la oportunidad, cuando la tengan, de acudir a una sesión práctica de maridaje con queso, pues se pueden llevar más de una sorpresa, y casi todas, buenas.
(De La Prensa del Rioja)
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