Antón Pombo, premio de la Prensa coruñesa, se queja de la desprotección del Camino
Corcubión.- Antón Pombo conoció y colaboró con D. Elías Valiña en la promoción del Camino de Santiago cuando era un chaval. Doctor en Historia Contemporanea, ex presidente de la AGACS y autor de artículos y guías de viaje sobre el Camino para una editorial, ha sido galardonado con el premio Pérez Lugín, que convoca cada año la Asociación de Prensa coruñesa.
El premio, dotado con 3.000 euros y un elemento artístico acreditativo, ha sido concedido por el artículo “O pintor de frechas amarelas”, centrado en la figura de Elías Valiña, párroco de O Cebreiro y auténtico visionario del fenómeno del Camino.
El premio, dotado con 3.000 euros y un elemento artístico acreditativo, ha sido concedido por el artículo “O pintor de frechas amarelas”, centrado en la figura de Elías Valiña, párroco de O Cebreiro y auténtico visionario del fenómeno del Camino.
Pombo es un importante divulgador del Camino de Santiago y ya ha publicado más de 200 artículos con esta temática. Además de esta labor periodística, Pombo ha elaborado guías para peregrinos y forma parte del Comité del Camino de Santiago, que asesora a la Dirección General de Patrimonio de la Xunta de Galicia.
Representa a la AGACS en esa organización y se queja de que las distintas rutas del Camino de Santiago se han convertido en el mayor símbolo cultural y artístico de Galicia de cara al exterior. Sin embargo, el grado de protección de la ruta frente al avance y desmanes del urbanismo no está a la misma altura. «Galicia es la comunidad que peor trata al Camino», dice.
La inexistencia de una delimitación oficial de las cinco rutas reconocidas que llegan a Galicia, salvo en el caso del Camino Francés, dificulta su conservación y protección frente a las construcciones más próximas. Pombo señala que la asociación de la que forma parte ha localizado hasta 200 agresiones en el itinerario principal que concluye en Santiago.
«En Toques se destruyó parte de una vía romana y el entorno de la ruta jacobea; en Triacastela, con 200 vecinos, se ha permitido al borde del Camino una edificación de cinco alturas, u ocho en Samos, en un panorama bastante desolador en general que hace que los gallegos sean los pueblos más feos del itinerario», añade el integrante de la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago.
Pombo considera en todo caso que en Galicia los buenos ejemplos cunden rápido, por lo que aboga por iniciar acciones de mejora del entorno del mayor emblema patrimonial de la comunidad «para poner fin a la galería de barbaridades constructivas, a los polígonos industriales y al feísmo que agrede este itinerario», reclama.
Ya se están gestando acciones ante la UNESCO, que declaró en su día al Camino Patrimonio de la Humanidad, para que tome cartas en el asunto si se mantienen las agresiones.
Representa a la AGACS en esa organización y se queja de que las distintas rutas del Camino de Santiago se han convertido en el mayor símbolo cultural y artístico de Galicia de cara al exterior. Sin embargo, el grado de protección de la ruta frente al avance y desmanes del urbanismo no está a la misma altura. «Galicia es la comunidad que peor trata al Camino», dice.
La inexistencia de una delimitación oficial de las cinco rutas reconocidas que llegan a Galicia, salvo en el caso del Camino Francés, dificulta su conservación y protección frente a las construcciones más próximas. Pombo señala que la asociación de la que forma parte ha localizado hasta 200 agresiones en el itinerario principal que concluye en Santiago.
«En Toques se destruyó parte de una vía romana y el entorno de la ruta jacobea; en Triacastela, con 200 vecinos, se ha permitido al borde del Camino una edificación de cinco alturas, u ocho en Samos, en un panorama bastante desolador en general que hace que los gallegos sean los pueblos más feos del itinerario», añade el integrante de la Asociación Galega de Amigos do Camiño de Santiago.
Pombo considera en todo caso que en Galicia los buenos ejemplos cunden rápido, por lo que aboga por iniciar acciones de mejora del entorno del mayor emblema patrimonial de la comunidad «para poner fin a la galería de barbaridades constructivas, a los polígonos industriales y al feísmo que agrede este itinerario», reclama.
Ya se están gestando acciones ante la UNESCO, que declaró en su día al Camino Patrimonio de la Humanidad, para que tome cartas en el asunto si se mantienen las agresiones.
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