Un engaño obliga a cerrar un albergue en Viloria durante unos meses
Belorado.- Dar hospitalidad en el Camino no es siempre una tarea fácil o rutinaria. De ello pueden dar fe tantos y tantos hospitaleros repartidos por las diferentes rutas jacobeas de peregrinación, que se enfrentan cada día a problemas diferentes, muchas veces inesperados.
Pero entre lo más traumático para quienes consagran su vida al Camino, como es el caso de Acacio da Paz y Orietta Prendin, del Refugio de Viloria de Rioja, está sin duda verse obligados a cerrar su hogar para peregrinos por causa de un engaño, provocado para más inri por uno de esos personajes que viven al borde de la senda jacobea disfrazados al modo de los antiguos peregrinos.
Belorado.- Dar hospitalidad en el Camino no es siempre una tarea fácil o rutinaria. De ello pueden dar fe tantos y tantos hospitaleros repartidos por las diferentes rutas jacobeas de peregrinación, que se enfrentan cada día a problemas diferentes, muchas veces inesperados.
Pero entre lo más traumático para quienes consagran su vida al Camino, como es el caso de Acacio da Paz y Orietta Prendin, del Refugio de Viloria de Rioja, está sin duda verse obligados a cerrar su hogar para peregrinos por causa de un engaño, provocado para más inri por uno de esos personajes que viven al borde de la senda jacobea disfrazados al modo de los antiguos peregrinos.
Esta pareja de peregrinos y hospitaleros han convertido Viloria, la patria chica de Santo Domingo de la Calzada, en algo más que un albergue o regugio. Se trata de todo un hogar para el que llega a sus puertas y es acogido.
Ahora, esta Navidad, ese hogar del peregrino está cerrado. Hasta febrero, porque Acacio y Orietta han tenido que echar la llave por falta de fondos, cuando más falta hace el dinero para calentarse, y marcharse a Italia a vivir con la familia después de que uno de esos personajes que mencionábamos se negase reiteradamente a reintegrar el dinero que les adeuda de los objetos de recuerdo que le confiaron, con el fin de que también se beneficiase de esos productos que ellos consiguen a muy buen precio gracias a la solidaridad de terceras personas.
Hemos conversado con Acacio da Paz, que nos explica lo que sigue en una entrevista:
Pregunta.- En todo el Camino se comenta que han tenido que cerrar el Refugio de Viloria por culpa de un timo… ¿Qué paso exactamente?
Respuesta.- Si. Cerramos el Refugio por no tener como mantenerlo abierto en este período de mas frío, de mas gastos, y todo por culpa de una persona que nos engañó. Le cuento: Como todos los años tenemos que buscar otros medios para hacer del “Refugio Acacio & Orietta” un local con la sostenibilidad necesaria para el mantenimiento en los doce meses del año.
Como debe saber, la Asociación Cultural Jacobea Paso a Paso es quien gestiona el Refugio y busca con amigos peregrinos donaciones y otros ingresos para dar continuidad al proyecto que estamos desarrollando en el Camino de Santiago hace 12 años.
Este año de 2010 intentábamos salir adelante para terminar las obras del Refugio que son necesarias, y lo hicimos buscando vender unos pocos más de los productos que nos llegan para ayudarnos, que son fabricados por amigos a precios mas bajos que los industriales. Es su modo de ayudarnos.
Nosotros cedemos esos productos a conocidos en algunos puntos que de costumbre ya nos ayudan desde hace algunos años. Un personaje, con las iniciales M.L, al que apodan en Logroño el peregrino pasante, conocía nuestros productos. Un día nos buscó para pedirnos poder añadir esos objetos de recuerdo a los que el ya vende en el Camino. Nos pareció bien y aceptamos porque era otra manera mejor de distribuirlos, compartiendo con él cualquier beneficio.
Nosotros cedemos en depósito esos objetos, y ello no entraña ninguna obligación de vender ni riesgo financiero para quien los recibe. Pero no se puede olvidar que esos productos tiene un precio, aunque sea bajo, que hay que pagar a quienes lo fabrican. Y por eso dejamos claro a los que los reciben que nuestros precios permiten a cada uno de quienes los venden tener una ganancia del 70 por ciento, y además sin tener que arriesgar nada.
M.L recibió esos artículos de recuerdo desde Marzo de 2010, en la confianza de que iría pagándonos según los fuese vendiendo, una parte en julio, otra en agosto y el ultimo saldo en octubre, que era cuando teníamos que hacer las cuentas y enviar los valores correspondientes a los amigos que fabrican los objetos.
El caso es que M.L ya no habló nunca más con nosotros durante todos esos meses y si le llamaba por teléfono, lo que hice con frecuencia, cortaba la comunicación sin decir palabra.
P.- Usted, entiendo, actuó de buena fe y no pidió facturas o documentos que demuestren la entrega de esos materiales… ¿Es así?
R.- Para realizar una actividad lucrativa, la Asociación Paso a Paso tendría que darse de alta y tener un NIF, pero es que en realidad la nuestra no es una actividad comercial propiamente dicha, sino un método de ayudar a financiar nuestra Asociación, como hacen tantas otras. Por eso trabajamos con gente relacionada con el Camino y no es que hagamos un gran comercio de productos de ningún tipo.
Basamos nuestra actividad en confiar en aquellas personas del Camino que se interesan por nuestros productos. M.L recibió los objetos de modo confiado y él conoce, porque no es ningún secreto, nuestras limitaciones, porque el mismo hace otro tanto.
Para emitir facturas, tanto un albergue, como el nuestro, o un personaje como M.L. tendrían que darse de alta en Hacienda y ello sólo se justificaría si la nuestra fuese una actividad comercial a mayor escala. El beneficio de la venta de estos pequeños recuerdos tiene más el carácter de ayuda o donativo.
Por eso no tenemos documentos que demuestren que nosotros entregamos esos objetos a M. L. Bueno, sí, hay un papel que él nos firmó admitiendo haber recibido tales productos. Nada más.
P.- ¿Confía en que, al final, de un modo u otro, le sea devuelto el dinero que usted debería haber percibido hace tiempo?
R.- Debido la gran ayuda que hemos recibido este mes de peregrinos a través de Internet, las redes sociales y hasta medios de comunicación, hemos sabido que M.L le ha asegurado a una peregrina, que pagará cuando pueda y además a ella le ha reconocido que existe esa deuda, que por ahora no puede abonar.
Lo que no podemos entender es que él, por una parte deje de hablarnos, no nos atienda al teléfono, aunque sea para decir que aún no puede pagar lo que recibió, y por otro lado confirme a una tercera persona la existencia de la deuda.
La verdad sea dicha no sabemos si al final vamos a recibir el importe de los recuerdos, aunque sí sabemos que nosotros tenemos que abonarlos, pase lo que pase, a los amigos que fabricaron esos recuerdos y nos los entregaron, más que nada en un intento de ayudar a que el Refugio se mantenga cuando no pasan más que contados peregrinos.Vamos a ver qué pasa, y nos parece que al menos tenemos los hechos mas claros y hay que ver si M.L no pagó cuando debía y va a pagar más tarde. También podemos pensar que él busca ganar tiempo para ver si se olvida el asunto y se calma la gente que ahora le mira con desconfianza, que es mucha en el Camino, porque afortunadamente en estos años hemos ganado miles de amigos que nos conocen y saben del ánimo que nos mantiene en el Camino.
P.- ¿Por qué cree que pasan este tipo de cosas en el Camino? ¿Qué podría hacerse para poner fin a esos abusos?
R.- El Camino, como la vida, es dinámico. Con sinceridad, lo que pasa en el Camino pasa igual en cualquier otro lugar. Incluso aunque creamos en la magia del Camino. No podemos vivir fuera del mundo real. Hace muchos años en el Camino ha habido pícaros y me parece que este tipo de actos demuestran que siguen existiendo.
La peregrinación moderna permite que este tipo de personajes sobreviva en el Camino ya que los caminantes actuales también quieren ver personajes como estos, vestidos de peregrino medieval, como una especie de curiosidad o de anacronismo más o menos divertido. Incluso para hacerse una foto con ellos, como se la harían con una estatua, una fuente o una iglesia. Y de eso se valen algunos de ellos para cometer abusos. Y no me refiero sólo a dejar de pagar una deuda... Hay cosas más graves, más feas...
Como suelo decir todos los días, no podemos bajar la guardia, y hay que estar siempre atentos a lo que pueda pasar. Un día te pueden engañar, como es el caso, y al día siguiente llegar un paranoico con la mochila a la espalda llamando al albergue. O atacar un idividuo a una peregrina, como hemos sabido no hace mucho. El acoso está también presente en el Camino... Proteger el Camino es también aprende a protegerse uno mismo en todos los sentidos. La vida es como el Camino, solemos decir, y el Camino es como la propia vida, tal y como saben bien los peregrinos.
P.- ¿Le parece que los abusos como el que usted ha sufrido son tan perjudiciales para el Camino como esas actuaciones denunciadas por las Asociaciones jacobeas estos días, que suponen graves amenazas para el sendero jacobeo tal como era desde la antigüedad?
R.- Seguramente ésta es la diferencia entre lo que pasa hoy y lo que sucedía en la época medieval. Tenemos Internet, redes sociales, y mucho otros medios que puede ser usados para intentar que terminen estos abusos en el Camino de Santiago. El único modo de ir acabando con los abusos es mantener informado al peregrino, sobre todo a los nuevos y más inexpertos, que llegan hasta nosotros, sobre lo que puede encontrar. En el Camino hay muchas más experiencias buenas que malas, pero hay que caminar con cuidado para no caer en manos de desaprensivos. Y hacer las oportunas denuncias, ante la policía y ante el resto de los peregrinos. Muchos abusos se amparan en la cobardía.
Últimamente hemos vivido experiencias de profesionales del engaño que circulaban por las diferentes rutas jacobeas. Pero por fortuna, con internet, los avisos y las denuncias llegaban en segundos a todas partes. Y así se les ha podido parar los pies. Y en esa tarea tenemos que ser solidarios y responsables todos. Recuérdese que en este año el Correo ha publicado al menos en dos ocasiones las fotos y descripción de individuos que andaban robando a la gente y a los lugares de acogida. No podemos mirar a otro lado en estos casos ni los hospitaleros, ni los albergues, ni las asociaciones, ni los propios peregrinos. La gran ventaja es que hoy todo el camino está conectado, y la pena es que aún mucha gente que vive en el Camino no usa aún internet para estar mejor comunicado.
De todos modos, es verdad que el sendero jacobeo está sometido a muchas amenazas, como la que hablamos o de otro tipo, que la mayoría ignora y que resulta difícil de ver a simple vista. Me gustaría invitar a las asociaciones, que hoy representan a la mayor parte de los peregrinos en los caminos, que ayuden a formar mejor a los que circulan por las rutas jacobeas. Porque muchas de las informaciones que les facilitan no se corresponden ya con la verdad del Camino.
P.- Pese a lo sucedido ¿mantendrán ustedes su compromiso personal con el Camino y la hospitalidad? ¿Qué ha cambiado para usted después de sufrir esta experiencia?
R.- Nuestro compromiso con el Camino es hoy nuestra vida. Como dice mi amigo Paulo Coelho, ese compromiso es nuestra leyenda personal.
El Camino nos enseña día a día, incluso paso a paso… Creo que el cambio es diario. No por lo que ha sucedido con M.L, sino por las experiencias que compartimos con cada uno de quienes llegan hasta nuestra casa en Viloria y comparten nuestro Camino.
La capacidad de aprender forma parte del sendero jacobeo. Saber aceptar las etapas más duras del Camino es entrar en el Camino y aceptar con humildad lo que tenemos que vivir, nos guste o no. Lo que ha pasado es una etapa más del Camino de Acacio & Orietta. Vamos seguir adelante con fuerza y sabedores de que el Camino es justo. ¡Esperamos días mejores!
Ahora, esta Navidad, ese hogar del peregrino está cerrado. Hasta febrero, porque Acacio y Orietta han tenido que echar la llave por falta de fondos, cuando más falta hace el dinero para calentarse, y marcharse a Italia a vivir con la familia después de que uno de esos personajes que mencionábamos se negase reiteradamente a reintegrar el dinero que les adeuda de los objetos de recuerdo que le confiaron, con el fin de que también se beneficiase de esos productos que ellos consiguen a muy buen precio gracias a la solidaridad de terceras personas.
Hemos conversado con Acacio da Paz, que nos explica lo que sigue en una entrevista:
Pregunta.- En todo el Camino se comenta que han tenido que cerrar el Refugio de Viloria por culpa de un timo… ¿Qué paso exactamente?
Respuesta.- Si. Cerramos el Refugio por no tener como mantenerlo abierto en este período de mas frío, de mas gastos, y todo por culpa de una persona que nos engañó. Le cuento: Como todos los años tenemos que buscar otros medios para hacer del “Refugio Acacio & Orietta” un local con la sostenibilidad necesaria para el mantenimiento en los doce meses del año.
Como debe saber, la Asociación Cultural Jacobea Paso a Paso es quien gestiona el Refugio y busca con amigos peregrinos donaciones y otros ingresos para dar continuidad al proyecto que estamos desarrollando en el Camino de Santiago hace 12 años.
Este año de 2010 intentábamos salir adelante para terminar las obras del Refugio que son necesarias, y lo hicimos buscando vender unos pocos más de los productos que nos llegan para ayudarnos, que son fabricados por amigos a precios mas bajos que los industriales. Es su modo de ayudarnos.
Nosotros cedemos esos productos a conocidos en algunos puntos que de costumbre ya nos ayudan desde hace algunos años. Un personaje, con las iniciales M.L, al que apodan en Logroño el peregrino pasante, conocía nuestros productos. Un día nos buscó para pedirnos poder añadir esos objetos de recuerdo a los que el ya vende en el Camino. Nos pareció bien y aceptamos porque era otra manera mejor de distribuirlos, compartiendo con él cualquier beneficio.
Nosotros cedemos en depósito esos objetos, y ello no entraña ninguna obligación de vender ni riesgo financiero para quien los recibe. Pero no se puede olvidar que esos productos tiene un precio, aunque sea bajo, que hay que pagar a quienes lo fabrican. Y por eso dejamos claro a los que los reciben que nuestros precios permiten a cada uno de quienes los venden tener una ganancia del 70 por ciento, y además sin tener que arriesgar nada.
M.L recibió esos artículos de recuerdo desde Marzo de 2010, en la confianza de que iría pagándonos según los fuese vendiendo, una parte en julio, otra en agosto y el ultimo saldo en octubre, que era cuando teníamos que hacer las cuentas y enviar los valores correspondientes a los amigos que fabrican los objetos.
El caso es que M.L ya no habló nunca más con nosotros durante todos esos meses y si le llamaba por teléfono, lo que hice con frecuencia, cortaba la comunicación sin decir palabra.
P.- Usted, entiendo, actuó de buena fe y no pidió facturas o documentos que demuestren la entrega de esos materiales… ¿Es así?
R.- Para realizar una actividad lucrativa, la Asociación Paso a Paso tendría que darse de alta y tener un NIF, pero es que en realidad la nuestra no es una actividad comercial propiamente dicha, sino un método de ayudar a financiar nuestra Asociación, como hacen tantas otras. Por eso trabajamos con gente relacionada con el Camino y no es que hagamos un gran comercio de productos de ningún tipo.
Basamos nuestra actividad en confiar en aquellas personas del Camino que se interesan por nuestros productos. M.L recibió los objetos de modo confiado y él conoce, porque no es ningún secreto, nuestras limitaciones, porque el mismo hace otro tanto.
Para emitir facturas, tanto un albergue, como el nuestro, o un personaje como M.L. tendrían que darse de alta en Hacienda y ello sólo se justificaría si la nuestra fuese una actividad comercial a mayor escala. El beneficio de la venta de estos pequeños recuerdos tiene más el carácter de ayuda o donativo.
Por eso no tenemos documentos que demuestren que nosotros entregamos esos objetos a M. L. Bueno, sí, hay un papel que él nos firmó admitiendo haber recibido tales productos. Nada más.
P.- ¿Confía en que, al final, de un modo u otro, le sea devuelto el dinero que usted debería haber percibido hace tiempo?
R.- Debido la gran ayuda que hemos recibido este mes de peregrinos a través de Internet, las redes sociales y hasta medios de comunicación, hemos sabido que M.L le ha asegurado a una peregrina, que pagará cuando pueda y además a ella le ha reconocido que existe esa deuda, que por ahora no puede abonar.
Lo que no podemos entender es que él, por una parte deje de hablarnos, no nos atienda al teléfono, aunque sea para decir que aún no puede pagar lo que recibió, y por otro lado confirme a una tercera persona la existencia de la deuda.
La verdad sea dicha no sabemos si al final vamos a recibir el importe de los recuerdos, aunque sí sabemos que nosotros tenemos que abonarlos, pase lo que pase, a los amigos que fabricaron esos recuerdos y nos los entregaron, más que nada en un intento de ayudar a que el Refugio se mantenga cuando no pasan más que contados peregrinos.Vamos a ver qué pasa, y nos parece que al menos tenemos los hechos mas claros y hay que ver si M.L no pagó cuando debía y va a pagar más tarde. También podemos pensar que él busca ganar tiempo para ver si se olvida el asunto y se calma la gente que ahora le mira con desconfianza, que es mucha en el Camino, porque afortunadamente en estos años hemos ganado miles de amigos que nos conocen y saben del ánimo que nos mantiene en el Camino.
P.- ¿Por qué cree que pasan este tipo de cosas en el Camino? ¿Qué podría hacerse para poner fin a esos abusos?
R.- El Camino, como la vida, es dinámico. Con sinceridad, lo que pasa en el Camino pasa igual en cualquier otro lugar. Incluso aunque creamos en la magia del Camino. No podemos vivir fuera del mundo real. Hace muchos años en el Camino ha habido pícaros y me parece que este tipo de actos demuestran que siguen existiendo.
La peregrinación moderna permite que este tipo de personajes sobreviva en el Camino ya que los caminantes actuales también quieren ver personajes como estos, vestidos de peregrino medieval, como una especie de curiosidad o de anacronismo más o menos divertido. Incluso para hacerse una foto con ellos, como se la harían con una estatua, una fuente o una iglesia. Y de eso se valen algunos de ellos para cometer abusos. Y no me refiero sólo a dejar de pagar una deuda... Hay cosas más graves, más feas...
Como suelo decir todos los días, no podemos bajar la guardia, y hay que estar siempre atentos a lo que pueda pasar. Un día te pueden engañar, como es el caso, y al día siguiente llegar un paranoico con la mochila a la espalda llamando al albergue. O atacar un idividuo a una peregrina, como hemos sabido no hace mucho. El acoso está también presente en el Camino... Proteger el Camino es también aprende a protegerse uno mismo en todos los sentidos. La vida es como el Camino, solemos decir, y el Camino es como la propia vida, tal y como saben bien los peregrinos.
P.- ¿Le parece que los abusos como el que usted ha sufrido son tan perjudiciales para el Camino como esas actuaciones denunciadas por las Asociaciones jacobeas estos días, que suponen graves amenazas para el sendero jacobeo tal como era desde la antigüedad?
R.- Seguramente ésta es la diferencia entre lo que pasa hoy y lo que sucedía en la época medieval. Tenemos Internet, redes sociales, y mucho otros medios que puede ser usados para intentar que terminen estos abusos en el Camino de Santiago. El único modo de ir acabando con los abusos es mantener informado al peregrino, sobre todo a los nuevos y más inexpertos, que llegan hasta nosotros, sobre lo que puede encontrar. En el Camino hay muchas más experiencias buenas que malas, pero hay que caminar con cuidado para no caer en manos de desaprensivos. Y hacer las oportunas denuncias, ante la policía y ante el resto de los peregrinos. Muchos abusos se amparan en la cobardía.
Últimamente hemos vivido experiencias de profesionales del engaño que circulaban por las diferentes rutas jacobeas. Pero por fortuna, con internet, los avisos y las denuncias llegaban en segundos a todas partes. Y así se les ha podido parar los pies. Y en esa tarea tenemos que ser solidarios y responsables todos. Recuérdese que en este año el Correo ha publicado al menos en dos ocasiones las fotos y descripción de individuos que andaban robando a la gente y a los lugares de acogida. No podemos mirar a otro lado en estos casos ni los hospitaleros, ni los albergues, ni las asociaciones, ni los propios peregrinos. La gran ventaja es que hoy todo el camino está conectado, y la pena es que aún mucha gente que vive en el Camino no usa aún internet para estar mejor comunicado.
De todos modos, es verdad que el sendero jacobeo está sometido a muchas amenazas, como la que hablamos o de otro tipo, que la mayoría ignora y que resulta difícil de ver a simple vista. Me gustaría invitar a las asociaciones, que hoy representan a la mayor parte de los peregrinos en los caminos, que ayuden a formar mejor a los que circulan por las rutas jacobeas. Porque muchas de las informaciones que les facilitan no se corresponden ya con la verdad del Camino.
P.- Pese a lo sucedido ¿mantendrán ustedes su compromiso personal con el Camino y la hospitalidad? ¿Qué ha cambiado para usted después de sufrir esta experiencia?
R.- Nuestro compromiso con el Camino es hoy nuestra vida. Como dice mi amigo Paulo Coelho, ese compromiso es nuestra leyenda personal.
El Camino nos enseña día a día, incluso paso a paso… Creo que el cambio es diario. No por lo que ha sucedido con M.L, sino por las experiencias que compartimos con cada uno de quienes llegan hasta nuestra casa en Viloria y comparten nuestro Camino.
La capacidad de aprender forma parte del sendero jacobeo. Saber aceptar las etapas más duras del Camino es entrar en el Camino y aceptar con humildad lo que tenemos que vivir, nos guste o no. Lo que ha pasado es una etapa más del Camino de Acacio & Orietta. Vamos seguir adelante con fuerza y sabedores de que el Camino es justo. ¡Esperamos días mejores!
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