Fermín Lopetegi, enganchado al Camino
Zumárraga.- “¿Por qué la gente flipa tanto con el Camino de Santiago? La mayoría de las personas que lo han hecho, sean sus motivos religiosos o no, vuelven diciendo que han cambiado o toman decisiones que atestiguan ese cambio. También a mi me pasó», sostiene Fermín Lopetegi, de Zumárraga, que después de su segundo camino «ya estaba un poco enganchado».
Fermín que ha sido diez veces peregrino de la Ruta Jacobea, contará sus experiencias en el camino, en la charla que impartirá el próximo miércoles, a partir de las 19.30 horas, en la casa de cultura Zelai Arizti. Bajo el título 'Hasta Santiago... 946.220 pasos', la conferencia está organizada por Urgadiel, la asociación de diabéticos del Alto Urola.
Lopetegi completó su primer camino «en la primavera de 2004, junto a mi hijo Aitor, que entonces tenía veinte años. Fue por motivos deportivos». Arrancaron en Roncesvalles y siguieron el camino francés. «La experiencia fue positiva. Aprendimos mucho. Estábamos acostumbrados a andar en el monte y seguíamos los distintivos de pintura roja y blanca que marcan las rutas de gran recorrido, el camino es una GR. Nos costó días saber que había que seguir las flechas amarillas. Para entonces habíamos andamos unos cuantos kilómetros de más», recuerda.
La experiencia les resultó tan positiva que en septiembre del mismo año Lopetegi ya estaba arrancando su segundo camino. Esta vez en solitario y con una petición. «Trabajo para mi hijo». Cual fue su sorpresa cuando «acababa de llegar a O Cebreiro, el primer pueblo de Galicia, y me telefonea mi mujer diciendo que habían llamado al chaval de una empresa de Legazpi».
Su tercer camino se retrasó casi un año por causa de fuerza mayor. «Lo iba a hacer en abril de 2005, pero sufrí un accidente laboral gravísimo que me tuvo catorce días en coma». No obstante se recuperó y en marzo de 2006 volvió a partir hacia Santiago. «Este fue el que me cambió», afirma. «Me lo habían advertido y tenía curiosidad por saber qué suceso misterioso ocurre, qué te cambia o te hace ver las cosas de manera diferente», sostiene. «Creo que noté lo que ocurre. Cl camino de Santiago es como la vida misma. Tienes un objetivo que es llegar a Santiago de Compostela. En la vida, si tienes claro a donde quieres llegar, pocas cosas habrá que te puedan detener», sostiene.
Uno de los momentos más especiales de su experiencia jacobea lo vivió en su octavo camino. «Fue el año pasado. Al sellar, el 31 de diciembre, la credencial para sacar la Compostela me dijeron que necesitaban un peregrino para la ceremonia de la apertura de la puerta santa. De esa forma me convertí en el primer peregrino en cruzar esa puerta tras su apertura para el año jacobeo».
El zumarragarra guarda multitud de anécdotas vividas en la ruta. Al inicio de su noveno camino, el pasado mes de febrero, vivió una de ellas. «El día 9, cuando empecé coincidió con la ceremonia de apertura del camino jacobeo del año santo, en Roncesvalles. Los Príncipes de Asturias acudieron para esa ceremonia, pero como estaba nevando y yo no podía esperar más para partir, finalmente no pude estar presente en la misma. No obstante, el abad me los presentó en la sacristía y estuve un ratito conversando con ellos sobre el Camino».
En 2008 vivió la peor experiencia. «Un peregrino alemán murió prácticamente en mis brazos tras sufrir un infarto. Me quedé tan impactado que me volví a casa».
Lopetegi asegura que «cualquiera puede hacer el Camino» y lo recomienda. Tal y como dice el título de su conferencia son 946.220 pasos. «Están medidos con un podómetro. Son los pasos que di, en mi octavo camino, desde Roncesvalles hasta Santiago».
Ha «andado» el camino diez veces, como le gusta decir, pero ahí no termina. Este mismo mes de diciembre partirá de nuevo para volver a pasar por la Puerta Santa antes de finalizar el año santo. Buen camino peregrino.
Fermín que ha sido diez veces peregrino de la Ruta Jacobea, contará sus experiencias en el camino, en la charla que impartirá el próximo miércoles, a partir de las 19.30 horas, en la casa de cultura Zelai Arizti. Bajo el título 'Hasta Santiago... 946.220 pasos', la conferencia está organizada por Urgadiel, la asociación de diabéticos del Alto Urola.
Lopetegi completó su primer camino «en la primavera de 2004, junto a mi hijo Aitor, que entonces tenía veinte años. Fue por motivos deportivos». Arrancaron en Roncesvalles y siguieron el camino francés. «La experiencia fue positiva. Aprendimos mucho. Estábamos acostumbrados a andar en el monte y seguíamos los distintivos de pintura roja y blanca que marcan las rutas de gran recorrido, el camino es una GR. Nos costó días saber que había que seguir las flechas amarillas. Para entonces habíamos andamos unos cuantos kilómetros de más», recuerda.
La experiencia les resultó tan positiva que en septiembre del mismo año Lopetegi ya estaba arrancando su segundo camino. Esta vez en solitario y con una petición. «Trabajo para mi hijo». Cual fue su sorpresa cuando «acababa de llegar a O Cebreiro, el primer pueblo de Galicia, y me telefonea mi mujer diciendo que habían llamado al chaval de una empresa de Legazpi».
Su tercer camino se retrasó casi un año por causa de fuerza mayor. «Lo iba a hacer en abril de 2005, pero sufrí un accidente laboral gravísimo que me tuvo catorce días en coma». No obstante se recuperó y en marzo de 2006 volvió a partir hacia Santiago. «Este fue el que me cambió», afirma. «Me lo habían advertido y tenía curiosidad por saber qué suceso misterioso ocurre, qué te cambia o te hace ver las cosas de manera diferente», sostiene. «Creo que noté lo que ocurre. Cl camino de Santiago es como la vida misma. Tienes un objetivo que es llegar a Santiago de Compostela. En la vida, si tienes claro a donde quieres llegar, pocas cosas habrá que te puedan detener», sostiene.
Uno de los momentos más especiales de su experiencia jacobea lo vivió en su octavo camino. «Fue el año pasado. Al sellar, el 31 de diciembre, la credencial para sacar la Compostela me dijeron que necesitaban un peregrino para la ceremonia de la apertura de la puerta santa. De esa forma me convertí en el primer peregrino en cruzar esa puerta tras su apertura para el año jacobeo».
El zumarragarra guarda multitud de anécdotas vividas en la ruta. Al inicio de su noveno camino, el pasado mes de febrero, vivió una de ellas. «El día 9, cuando empecé coincidió con la ceremonia de apertura del camino jacobeo del año santo, en Roncesvalles. Los Príncipes de Asturias acudieron para esa ceremonia, pero como estaba nevando y yo no podía esperar más para partir, finalmente no pude estar presente en la misma. No obstante, el abad me los presentó en la sacristía y estuve un ratito conversando con ellos sobre el Camino».
En 2008 vivió la peor experiencia. «Un peregrino alemán murió prácticamente en mis brazos tras sufrir un infarto. Me quedé tan impactado que me volví a casa».
Lopetegi asegura que «cualquiera puede hacer el Camino» y lo recomienda. Tal y como dice el título de su conferencia son 946.220 pasos. «Están medidos con un podómetro. Son los pasos que di, en mi octavo camino, desde Roncesvalles hasta Santiago».
Ha «andado» el camino diez veces, como le gusta decir, pero ahí no termina. Este mismo mes de diciembre partirá de nuevo para volver a pasar por la Puerta Santa antes de finalizar el año santo. Buen camino peregrino.
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