domingo, 23 de mayo de 2010

Campus Stellae

“Boinas Verdes” en Santiago

Santiago.- Un grupo de soldados del Mando de Operaciones Especiales han alcanzado hoy su meta en la capital compostelana, después de correr a relevos de dos en dos, en el plazo de cinco días, los más de mil kilómetros que separan Alicante de Santiago.
El sábado por la tarde llegaron al Monte do Gozo los 58 militares y hoy han formado en la Plaza del Obradoiro, después de bajar corriendo con sus uniformes y botas reglamentarias los cuatro kilómetros y medio que separan el lugar en el que han pernoctado de la catedral compostelana.
Además, han recogido sus certificados de peregrinos y han asistido en la Catedral a la Misa del Peregrino.
Atrás quedan muchos esfuerzos, puertos de más de mil metros de altitud, temperaturas de más de 30 grados centígrados, tramos de niebla densa y escasos momentos para descansar.
Pero para estos peregrinos, que han corrido de día y de noche, ha valido la pena. Para todos: soldados, cabos, brigadas y mandos, como el teniente coronel Alba, los comandantes Urgel, Garijo y De La torre, que se ha encargado de la Logística de esta peregrinación, o los capitanes Mariano, Molina y Alfonso Blas (que se ocupó de ayudar a la prensa), sin olvidar al suboficial mayor Sebastián Gález, que prácticamente no se bajó de la bicicleta para guiar y apoyar a los corredores.
En Toledo, en Ávila... en todos lugares se encontraron un paisaje espectacular. El jueves, al llegar a Astorga, enlazaron con el Camino Francés. El sábado, de madrugada, alcanzaron O Cebreiro.
Además, junto a los comandos del Ejército ha peregrinado un invidente, vendedor de cupones de la ONCE en Valencia, Justo González. Vino gracias al teniente coronel en la Reserva Jesús Alcusa, uno de sus compradores de cupón habituales. "Un día me vio con mis zapatillas y me preguntó si corría".
Desde entonces ya han competido en más de 200 pruebas. Participan, entre otras competiciones populares, en un circuito organizado por la ONCE que se realiza por montañas de 1.400 metros, y Justo y Jesús no bajan del primer o segundo puesto en la clasificación de veteranos, o del cuarto y quinto en la general.
"Para correr usan dos palos que cogen como si fueran unas barras paralelas, y el teniente coronel le va describiendo todo lo que ve: si hay piedras, baches, desniveles, etcétera. "Por fin siento cómo es España", dice Jesús. Y es que "ya estaba harto de saber de los sitios por leerlo en los libros".

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