viernes, 29 de octubre de 2010

Año Santo

Preparando la alfombra de flores que pisará el Papa
Santiago.- Cajas viejas y telas apiladas, pero huele a verde. Entrar en el bajo de Comercial Tea es como un viaje al fondo de los bosques gallegos. Allí, hoja a hoja, pétalo a pétalo, convierten la naturaleza en los colores de la paleta de los alfombristas. Esta vez la obra de arte tiene un destinatario especial: el Papa. Sus manos tocan los verdes que la próxima semana pisará Benedicto XVI cuando atraviese la plaza de la Inmaculada de paseo por su visita a Santiago de Compostela.
Casi 150 metros cuadrados de pintura vegetal le esperarán en la pequeña plaza de la Inmaculada, lugar de la ruta por la que acudirá con la Curia hacia el mediodía. Espera una noche en vela para los 35 representantes que viajarán a la capital gallega y colocarán con mimo cada elemento.
El resultado final será un tapiz con la catedral de Santiago como referente, con el Papa a un lado y un peregrino con mochila al otro. Ambos estarán enmarcados por una greca tradicional coronada por los escudos del Pontífice, Ponteareas, Santiago y Galicia. «Se eligieron los elementos imprescindibles entre todos los diseñadores de las calles parque vamos a representar a toda la villa», recuerda Ángeles Lago, que lleva la batuta de los preparativos.
Y es que, aunque la efímera alfombra se elaborará en a noche del día 5, el trabajo ha comenzado mucho antes. Un grupo de vecinos voluntarios arrima el hombro y el humor mientras dedica las tardes a deshojar ramas. De momento es el turno del material verde, luego llegarán los claveles para ponerle un toque de color. «Ahora es mala época porque no hay flores, como ocurre para el Corpus», recuerda Rosa Montenegro. Su virtuosa memoria es una enciclopedia de la celebración, en la que ya participaron su padre y su abuelo. Ahora ella toma el relevo e inculca la tradición a sus hijos, que también echan una mano con los preparativos para el Papa.
«Su padre, el ebanista Emilio Montenegro, era uno de los mejores diseñadores. Estuvo en Alemania y otros países haciendo alfombras», recuerda una de las vecinas en susurros mientras Rosa habla de morriña y de los viejos tiempos. Muchas de sus compañeras completan su discurso con recuerdos de viajes a Marín para pedir las hortensias de la Escuela Naval o a otros puntos de la comarca. Ahora es más sencillo, el Concello pone a su disposición los materiales.
Mientras trabajan con ellos recuerdan los viajes de los alfombristas a Roma y la última vez que prepararon un tapiz para el entonces Papa, Juan Pablo II, en su última visita a Santiago de Compostela. Para que todos los vecinos puedan disfrutar de la jornada, el Concello pondrá autobuses, aunque no se podrá acceder a la plaza de la Inmaculada.
Entre tanto, un avión Hércules de la Fuerza Aérea española ha traído ya hasta el aeropuerto de Lavacolla el Papamóvil con el que Benedicto XVI se moverá por Santiago, al que aguardaban Salvador Domato, coordinador general del viaje del Pontífice, y José María Eceiza, capitán de la Guardia Civil.
Después de que los soldados lo bajasen del Hércules, el coche, un Mercedes del que sólo hay tres ejemplares en el mundo, fue subido a una grúa. Este camión lo trasladó, a su vez, hasta el patio del antiguo colegio Peleteiro, en el Ensanche, en donde se encuentran actualmente las dependencias de la Policía Nacional. Allí quedará hasta el 6 de noviembre, cuando Benedicto XVI comience su visita a Compostela, custodiado por los agentes de la Comisaría.
El Papamóvil es un coche con la estructura totalmente modificada. Tiene en su parte trasera un habitáculo acristalado. Este cubículo está especialmente diseñado para hacer más visible al Santo Padre ante las multitudes. Desde el 13 de mayo de 1981, cuando Juan Pablo II sufrió un atentado, dichos vidrios son blindados. En Santiago, Benedicto XVI se trasladará en este coche desde Lavacolla hasta la plaza de la Azabachería. El vehículo irá a una media de 15 km/hora para que lo puedan ver el mayor número de fieles.
A una semana de que llegue el Papa, los seis mil agentes desplazados para cuidar de la vigilancia de Benedicto XVI ya están trabajando a tope. Así, desde Lavacolla a Santiago, los policías están visitando, uno a uno, todos los negocios que se encuentran dentro del recorrido que hará el Papa el próximo 6N. Los agentes piden la identificación y el DNI a todas las personas que trabajan en estas cafeterías, farmacias, tiendas... y demás negocios.
El casco histórico quedará cerrado al tráfico el sábado 6, pero ayer ya empezaron las restricciones. Los vehículos no pueden desde ayer circular por las calles Huertas y Carretas y el número de calles prohibidas se irán incrementando en los próximos días.
Los mimos, los músicos y los puestos callejeros se tendrán que ir también a otra parte cuando llegue Benedicto XVI. Por motivos de seguridad, estarán prohibidos.
El arzobispo de Santiago, monseñor Julián Barrio, ha anunciado que 200.000 personas vendrán el 6 de noviembre a la ciudad del Apóstol para ver al Papa Benedicto XVI. Monseñor Barrio añadió que también esperan que el seguimiento por televisión alcance los 150 millones de espectadores. Y pidió que se acoja al Papa "con actitud de respeto" y en una "convivencia normal", refiriéndose a las voces críticas que han surgido hacia esta visita histórica.
Barrio se muestra satisfecho por cómo está discurriendo la organización del programa y cree que en su discurso el Papa dirá "algo" en gallego.
Además, quiso remarcar que es la primera vez que un Papa acude como peregrino a Santiago con motivo del Xacobeo y recordó, al respecto, que Juan Pablo II se desplazó a esta ciudad en un Año Santo, "pero con motivo de la visita pastoral a toda España", precisó, y en otra ocasión con motivo de la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud.
Monseñor Barrio defendió también que la presencia de Benedicto XVI añadirá "a la dimensión hispánica y europeísta de Santiago la dimensión de la universalidad", y consideró que eso tendrá "una trascendencia muy significativa" para el Xacobeo y para una mayor afluencia de peregrinos en próximos años.
Sobre las voces críticas con esta visita, el arzobispo admitió la necesidad de superar "determinados recelos" y atribuyó estas opiniones a la existencia de una "sociedad plural". No obstante, remarcó que a la dimensión "eminentemente pastoral" de la presencia del Papa, se sumará la proyección "cívica y social". Así, insistió en la repercusión que tendrá para Galicia esta visita y, al respecto, se mostró optimista sobre la afluencia de visitantes. De hecho, auguró que será mayor a los 200.000 previstos inicialmente "si la climatología es positiva".
Por otra parte, el arzobispo también comentó la polémica en torno a los donativos recogidos en las iglesias y aseguró que "nadie" desde las parroquias le ha trasladado ninguna discrepancia a este respecto, y añadió que le han comunicado que las aportaciones económicas han sido "muy significativas". Además, reconoció que, por parte del Arzobispado, se ha pedido apoyo a empresas e instituciones. "No se trata de un impuesto", respondió monseñor Barrio restando importancia a esta petición. Ha sido "una llamada para ver si nos podían ayudar". Sobre estas colaboraciones, manifestó desconocer a cuánto asciende la cuantía, pero dijo que las cuentas se harán públicas una vez que concluya la visita del Papa en aras de "la mayor transparencia en estos asuntos".
En cuanto a los andamios ubicados en el Pórtico de la Gloria, dijo que se tratarán de "aligerar algunos elementos", aunque recordó que no se retirará "todo el andamio" por recomendación del comité científico que supervisa las obras. Asimismo, confirmó que desde este martes está retirado el andamio de la bóveda.

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