LA GUIA ROJA DE VALIÑA
Este libro, considerado y denominado por su propio autor como el nuevo
Códice Calixtino; "Camino de Santiago, Codex Calixtinus 1982", tiene su
propia historia, y las letras sobre él aún no se han hecho cauce entre
los ríos de tinta que manan de la temática jacobea. Es un trabajo más de
ese moderno promotor del Camino de Santiago que fue el Cura del Cebrero
don Elías Valiña Sampedro, obra que comparte anaquel con la flecha
amarilla, la credencial del peregrino, las asociaciones federadas de
amigos del Camino, la revista Peregrino, o la red de hospitalarios
voluntarios.
Que decir de este hombre que ya no lo hayan dicho otros, solo podría dar
mi visión sobre él. Cuando yo era peregrino, me ejerció de hospitalero
en su Cebrero, solo unas horas con el me dejaron una huella de
admiración hacia su labor y su persona. Muy inteligente, emprendedor,
modesto y molesto para sus próceres, por lo fue retirado de la primera
escena a un lugar apartado del mundo, la última parroquia de la
provincia que acogía a unas aldeas a punto de despoblarse y en donde los
pocos feligreses subsistían en una condiciones de vida muy furas y
primarias. Yo mismo pude comprobar en aquel entonces como muy cerca de
allí, en la Faba, la gente compartía la vivienda con sus animales, unas
pallozas de piedra con techos de centeno que no habían evolucionado
desde el siglo V antes de Cristo.
Lo que no tuvo su obispo en cuenta, es que por allí todos los años
pasaban más o menos una docena de vagabundos peregrinando por allí y que
aquel docto curilla ya en 1967 había recibido el Premio Antonio Nebrija
del CSIC por su tesis doctoral El Camino de Santiago, Estudio Histórico Jurídico.
Al igual que en el Milagro del Cebrero los sacramentos se hicieron
reales con este hombre, se obró un segundo milagro logrando que por este
apartado lugar del mundo terminara pasando el mundo entero, que el
camino de Santiago se despertara y echara a andar y que las gentes de
más de cien naciones pasaran por allí, rezaran, tomaran un café o por lo
menos mirasen el paisaje que se extiende a sus pies. Este hombre cambió
hasta la fisonomía del lugar, lo que entonces era un puerto mondo y
pelao, hoy es un oasis de sombra, las viviendas son dignas, encajadas en
la arquitectura del entorno, sin destruir ni desmerecer el patrimonio
de sus viejas pallozas que ya solo sirven de museo y no de hogar con
cuadra compartida.
Si utilizásemos la bonita parábola de comparar un collar de perlas con
el Camino de Santiago, en donde las cuentas son las poblaciones y el
hilo el camino que las une, vemos como en los años ochenta son varias
las guías descriptivas de los lugares que conforman la ruta, como
escasas las que se aventuran a decirnos por donde teníamos que caminar
para saltar de una a otra cuenta, es decir sobre la descripción del
camino en sí, Las perlas, más o menos se habían mantenido durante los
siglos, pero el material de engarce se ha deteriorado con frecuencia y
ha habido que cambiarlo en ocasiones adecuándolo a los tiempos que
corrían en cada caso. No olvidemos que el peregrino siempre ha sido el
que ha marcado su camino, atendiendo a su seguridad, alimentación y la
hospitalidad, siendo el Estado o el Reino el que ha prodigado la
creación de instituciones que encauzaran estas necesidades por
determinados sitios. La simple ausencia de un puente o un vado para
cruzar un caudaloso río condiciona el Camino a seguir. La revolución
industrial y de los medios de comunicación vial había invadido gran
parte del camino asfaltándolo y adecuándolo a las nuevas necesidades de
desplazamiento, la peligrosa velocidad de los automóviles amenazaba la
seguridad del peregrino, la concentración parcelaria había arado las
sendas y los pantanos no solo anegaban tierras sino antiguos puentes.
Así los peregrinos del siglo XX nos aventurábamos y perdíamos como Dios
nos daba a entender y era necesario tender un nuevo hilo que nos
condujera de perla en perla, más que explicarnos repetitivamente hasta
la saciedad las aventuras de un tal don Suero de Quiñones, por lo que
una buena guía práctica para el peregrino habría de atender a las
necesidades de dónde comer, donde dormir y sobre todo por dónde ir.
Valiña, amén de marcar las encrucijadas con una pintura resistente a
las inclemencias atmosféricas, tuvo el acierto de idear una guía con una
cartografía al estilo La Isla del Tesoro, más esquemática que sujeta a
escala y con una iconografía lógica al buen entender de un caminante.
Fue una idea magistral para todas las demás guías que han utilizado
perpetuando la misma filosofía práctica para orientar, lo que ha dado
continuidad en el tiempo a su iniciativa. Esto es importante pues el
Camino de Santiago venía funcionando por los arreones que le daban los
Años Santos, con muy buenas voluntades personales, aisladas y
descortinadas, pero estériles al ser discontinuas.
Don Elías se embarca en una cruzada personal en crear y editar esta
guía. Literalmente embauca a un grupo de prestigiosos incondicionales
que cada uno se hace cargo bajo su dirección de la región en la que
habitan y dominan; en Navarra Juan Navarro; en Aragón Juan Francisco
Aznarez; en La Rioja Felipe Abad León; en Burgos Francisco Valentín de
la Cruz; en Palencia Ángel Sancho; en León Antonio Viñayo González. Ya
con el trabajo en marcha, con sus colaboradores sino engañados si
contagiados de su entusiástico ahínco, se va a venderles la moto al ya
obsoleto Patronato Nacional del Camino de Santiago, presidido por el
antiguo Ministerio de Ecuación Nacional convertido en aquel tiempo en
Ministerio de Cultura, y del que le remiten al brazo secular de la
Dirección General de Turismo donde le aceptan el proyecto.
El compromiso de Turismo fue realizado por un equipo saliente que perdió
las Elecciones en España, y cosas del politiqueo, que el entrante por
el mero hecho de no sacar adelante las iniciativas del anterior grupo
parlamentario en el Ejecutivo mete el trabajo de Valiña en un cajón y se
olvida de él. Don Elías se desespera al ver como van pasando los meses
del Año Santo de 1982 sin que la guía vea la luz ni los peregrinos
encuentren su camino, pero como los Amigos del Camino están en todas
partes el antiguo Patrón de los marineros británicos echó una mano a
través de la Armada Española, concretamente del Almirante don Fernando
Moreno de Alboran. La historiadora Carmen Pugliense nos da la clave
publicando en su libro Elías Valiña, el renacimiento del camino la carta del Director General de Promoción del Turismo:
"Contesto a su atenta carta del pasado 28 de junio en la que se interesa por la edición de la obra "El Camino de Santiago".
En relación a este asunto le he de manifestar que esta Dirección
General ha decidido editar la mencionada guía como número extraordinario
de nuestro Noticiero Turístico, a fin de reducir costes.
Dado su interés por la obra, tan pronto la tengamos dispuesta, con mucho gusto le remitiré un ejemplar de la mencionada guía."
En la guía por fin editada el día de todos los Santos no apareciendo por
parte alguna la referencia de que fuese, como lo era, un número
extraordinario del Noticiero Turístico, nos enteramos de ello por la
referencia de la citada carta del Director General, lo cual nos
esclarece el por qué hoy en día es tan difícil poseer un ejemplar de
esta primera edición. El truco ya era viejo, pues se había utilizado el
Noticiero del Ministerio de Turismo para publicar sin gastos en 1965 así
como su reedición en 1971 la obra del Patronato Nacional del Camino de
Santiago, publicaciones que bien pueden entenderse como una buena guía
práctica del Camino de Santiago. El Noticiero Turístico era de
suscripción, y cara, la cantidad de ejemplares editados estaba
condicionada al número de suscriptores que la amortizaban, "a fin de
reducir costes", había escrito el Director General. Con solo editar unas
pocas más para regalar a los autores y a los pocos interesados
cumplieron con los compromiso y se sacudieron de encima al pesado cura
que les apremiaba, Pero la realidad es que la guía no fue puesta a la
venta y que apenas tuvo difusión, quizás pensando en que para el próximo
Año Santo en 1993, tendrían que transcurrir aún once años.
La verdad es que el tema tiene otra lectura, las peregrinaciones a
Santiago de Compostela solo se promocionaban en Años jacobeos, tanto el
Patronato como el Ministerio de Turismo habían puesto en la década de
los sesenta sus perspectivas fallidas en una explotación turística del
Camino de Santiago, pensando en divisas, con Paradores Nacionales,
restaurantes, acondicionamiento de carreteras y gasolineras. Pero el
tema no había sacado los resultados esperados y jamás estuvo en las
mentes de los burócratas que el éxito iba a venir de las manos, o mejor
dicho de los pies que aquellos pocos locos que recreaban andando las
peregrinaciones medievales. Ese Año Santo de 1982 se contabilizaron 1868
peregrinos, al año siguiente solo 146, cuando millones de turistas se
bañaban aquellos años en las costas de sol mediterráneas. El Camino de
Santiago y su minoría de seguidores se la traían al pairo del Ministerio
de Turismo Rellenaron con el tema un monográfico que estaban obligados a
editar todos los años para sus suscriptores y se quitaban de encima a
aquel plomazo de cura gallego y a sus influyentes amistades marítimas.
La guía se editó el uno de noviembre del ochenta y dos, fuera de la
temporada ideal para de andar el Camino de Santiago. Con 140 páginas de
textos y fotografías a color y una cartografía esquemática que contenía
73 mapas, y dibujos de J. Ruiz Navarro. Su tamaño de 22 x 31 centímetros
la hace incómoda para su trasporte en mochila, aunque en honor a la
verdad pocas servirían para tal fin, pues fue un bien escaso en el
mundillo peregrino. Tanto es así que no es de extrañar que cuando Luís
Celeiro escribe su libro del 2008: Elías Valiña valedor del camino 1959 - 1989,
entre la bibliografía escrita por don Elías, no cita ni recoge la obra,
sino que va directamente a su reedición por la Editorial Everest;
primera edición, segunda reimpresión es como figura en los títulos,
existiendo dos variantes atendiendo a su encuadernación normal o a la de
espiral de alambre
El Ministerio de Información y Turismo a cambio de publicar la guía
obliga a la cesión total de los derechos, lo que enmascara como un
encargo mal pagado con unas cincuenta mil pesetas de la época, que no
cubrieron ni los gastos más elementales. Contrariamente a lo que se ha
escrito de qué se vendieron estos derechos a la Editorial Everest, el
Ministerio los conserva la propiedad y solo cede gratuitamente la
utilización de su material gráfico, compartiendo el copyright © de la
obra a modo de licencia, lo que le va a permitir su utilización en
cualquier otro momento, como así ocurrió con los mapas y dibujos en
1990, en un folleto de 40 páginas de 10 x 21 centímetros que editará,
con el nombre de El Camino de Santiago, su oficina de "Turespaña", eso sí, respetando el derecho de cita del autor.
Caso aparte es la reproducción de ciertos dibujos que acompañan a la
guía, obra de J. Ruiz Navarro, pues en 1989 y con el título de; El Camino de Santiago, guía con servicios de Acogida para el Verano 1989,
que edita La Comisión Interdiocesana del Camino de Santiago en España, a
través de la Diputación de la Coruña, ya que dicha Comisión carece de
ser una persona jurídica, pues se vuelven a reproducir con © de
Editorial Diputación Provincial.
Contrariamente a lo que pensamos, esta "tangada" a Valiña privándole de
unos buenos fondos que a buen seguro hubiera reinvertido en el Camino,
pues él vivía en la más espartana austeridad, en el fondo va a
beneficiar al Camino gracias a la amplia red de distribución de la
editorial, la guía como libro, va a llegar a un mercado no solo
interesado en peregrinar andando, sino por el Camino de Santiago en
general, lo que revertirá en su conocimiento. Se traducirá al inglés,
francés y alemán, promocionará el camino y será la guía de obligado uso
durante muchos años.
La editorial reduce el formato de la guía a la mitad 15 x 31
centímetros, lo que la hace más manejable y transportable en una
mochila, atendiendo así mismo a las indicaciones prácticas de Valiñas de
que estuvieran enfrentados los mapas a los textos que los
desarrollaban.
Es curioso estudiar la evolución y los nombres de las obras sobre la Ruta Jacobea, antes podíamos encontrar títulos como: Retablo Estelar del Apóstol Santiago, o Del Pirineo a Compostela, a partir de la implantación y uso de la palabra márqueting todos los libros se bautizarán con "Camino Santiago". Así también la obra de Valiña muta el nombre; primero el Ministerio lo llama: Guía del Peregrino el Camino de Santiago, Everest gira los términos con El Camino de Santiago guía del Peregrino. El orden de los factores no alterara el producto pero si facilitará su venta.
Hay dos cuestiones muy a tener en cuenta con esta editorial de León, una
es su larga trayectoria en la publicación de libros relacionados con el
Camino de Santiago y otra es su utilidad pública como brazo secular del
ministerio para la promoción turística de nuestro país en el ámbito de
la empresa privada. La colección de "guías artístico-turísticas Everest"
primero fueron declaradas por el Ministerio de Información y Turismo
como "Libro de interés turístico", para más tarde recibir el galardón
"Al Mérito Turístico" que otorgaba esta misma institución. Libros de
pequeño formato, fáciles de leer y que con grandes fotografías
amenizaban las visitas de la creciente clase media a todas nuestras
ciudades. Con esta colección ya habían empezado su relación con el
Camino en 1968 editando El Hostal de los Reyes Católicos, donde la temática jacobea se desborda, continuando en 1971 con El Hostal de San Marcos en León y Santiago de Compostela. Así como ya en 1977 La provincia de León cuyo escritor, don Antonio Viñayo, sería coautor junto con Valiña de la zona Leonesa de la guía.
Fuera de la colección, su imprenta se hace cargo en 1972 de la impresión de La cartografía del Camino de Santiago, de la Asociación de los Amigos del Camino de Santiago de Estella, que como separata del libro Rutas Jacobeas a Compostela,
que dirige "El Jefe de la Sección de Medios Audiovisuales" Eusebio
Goicoechea Arrondo. Más tarde y dentro de la colección se encauzará el
tema entre la Asociación de Estella y la Editorial Everest con la
edición de una guía titulada El Camino de Santiago. Será en el
mismo año 1982 en que el Ministerio edita a Valiña, siendo de reseñar
que el presidente de la Asociación Sr. Berruete no empatizaba con el
cura del Cebrero, a pesar de ser los dos pesos pesados en el Camino, y
utilizar Valiña constantemente la existencia de la Asociación de Amigos
del Camino de Santiago de Estella como ejemplo a seguir para la
fundación de las demás asociaciones. Por una causa o por otra Estella se
descolgó de participar en la guía roja como en un principio se tenía
pensado.
Estos entre manejes son solo de interés para unos pocos "friquis" del
Camino, sucedieron hace tan solo unas décadas, pero ya son historia
jacobea y aunque se pase por encima de estos temas tan farragosos,
también está bien que se vaya dejando constancia de los pormenores a los
futuros interesados en el estudio de la historia de la recuperación del
Camino de Santiago en el siglo XX.
BIBLIOGRAFÍA QUE SE HACE MENCIÓN:
- Celeiro, Luís, Elías Valiña valedor del Camino 1959-1989, Edita Xunta de Galicia, Xacobeo, 2007.
- Deben, Carmen, El Hostal de los Reyes católicos, Editorial Everest, Guías artístico turísticas, 1968.
- Deben, Carmen, El Hostal de San Marcos, Editorial Everest, Guías artístico turísticas, 1972
- De la Riera Aután, José Antonio, Presidente de la Asociación Gallega de Amigos del Camino de Santiago en el Acto de Clausura de las II Jornadas de Tradición y Música en el Camino de Santiago celebradas en julio de 2007 en Villaviciosa de Odón, Madrid.
- Goicoechea Arrondo, Eusebio, Cartografía del Camino de Santiago, Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Estella, 1972
- Goicoechea Arrondo, Eusebio, El Camino de Santiago, de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Estella, Editorial Everest, Guías artístico turísticas, 1982.
- Goicoechea Arrondo, Eusebio, Rutas Jacobeas, Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Estella, 1971.
- Pugliense, Carmen / Pombo, Anto / VVAA; Elías Valiña, el renacimiento del camino, Edita Xunta de Galicia, Xacobeo, 2007.
- Reig, Mercedes / Valiñas Sampedro, Elías, Camino de Santiago, Colección Viajes y Cultura, Turespaña, Ministerio de Transportes Turismo y Comunicaciones, 1990.
- Rodríguez González / Valera Jacome, B, Santiago de Compostela, Editorial Everest, Guías artístico turísticas, 1971.
- Soria Puig, Arturo, El Camino de Santiago, vías, estaciones y señales, Editado por Ministerio de Obras Publicas y Transportes, Madrid 1993.
- Valiñas Sampedro, Elías, El Camino de Santiago, estudio Histórico-jurídico, Edita Servicio Publicaciones Diputación Provincial de Lugo. 3º edición 2000.
- Valiñas Sanpedro, Elías, Caminos a Compostela, El Faro de Vigo, 1971.
- Valiñas Sampedro, Elías, Guía del Peregrino, El Camino de Santiago, Ministerio de Transportes Turismo y Comunicaciones, Secretaria de Estado de Turismo, 1982.
- Valiñas Sampedro, Elías, El Camino de Santiago, guía del peregrino, Editorial Everest, S.A. 1985.
- Valiñas Sampedro, Elías / Reig, Mercedes, Camino de Santiago, Colección Viajes y Cultura, Turespaña, Ministerio de Transportes Turismo y Comunicaciones, 1990.
- Viñayo, Antonio, La provincia de León, Editorial Everest, Guías artístico turísticas, 1977.
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