domingo, 17 de febrero de 2013

Reflexiones Peregrinas

¿Caminantes o peregrinos?



¿Caminantes o peregrinos? Siempre andamos debatiendo las cualidades del “autentico” peregrino; si va con tal o cual indumentaria, si descansa en albergues o en hostales, si recorre el Camino desde Le Puy o lo hace desde Sarria, son factores que parecen de vital importancia para dar a una persona el marchamo de peregrino “de pata negra” o simplemente turigrino, pero escasa veces planteamos el tema de la espiritualidad que acompaña al peregrino y lo diferencia de un simple caminante que transita km sin fin.
Es un tema muchas veces “tabú” pues genera odios y filias a partes iguales, que parece no ser “políticamente correcto” tratarlo en el ambiente jacobeo para no herir susceptibilidades de ciertas tendencias en el peregrinar moderno.
Sin embargo a nadie en su fuero interno le pasa desapercibido que el Camino transforma. Peregrinar es salir de nuestro entorno y de uno mismo, física y espiritualmente, de enfrentarnos a nuestros temores más recónditos y superarlos apoyándonos en nuestra fuerza interior para superar las fatigas físicas y, sobretodo,nuestros miedos más atávicos: a eso se le llama fuerza de espíritu, poder que habita en nuestra mente y en nuestro corazón y que nos insufla la creencia en un poder que surge, según cada uno, de nosotros mismos o de la divinidad en la que pudiéramos creer, pero que, indudablemente, es un factor que supera a la razón en numerosas veces.
Peregrinar es mirar, darse cuenta de lo que nos envuelve y pasa desapercibido en el estrés diario, de que en la sencillez de los gestos más cotidianos (la ayuda del prójimo, la hospitalidad que se te ofrece en un simple vaso de agua o una cama donde dormir…), en ellos está la felicidad más auténtica. Porque peregrinar es convertirse en otro, en mayor o menor medida. El peregrino es un ser bendecido y bienaventurado desde tiempos ancestrales, en todas las culturas y religiones, y dotado de una especial sensibilidad hacia todo lo que le rodea gracias a un espíritu abierto y atento. Esa y no otra es la esencia del peregrinaje, esa y no otra es la cualidad que caracteriza al peregrino. No lo olvidemos nunca o la ruta jacobea terminará siendo una simple ruta senderista para caminantes.

(Del Boletín de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Sevilla - Vía de la Plata)


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