La magia del Camino de Santiago
La historia inmortal del camino se ha ido construyendo a lo largo de
los tiempos, pero su origen, a pesar de las creencias populares,
no comienza con en el descubrimiento del sepulcro de Santiago en
Compostela, sino que su leyenda, se remonta siglos antes de la llegada
de Jesús y de la comunidad cristiana, tiempos remotos dónde la ruta era
conocida como El Camino de las Estrellas.
El Camino de
Santiago, concretamente el llamado Camino Francés, pudo coincidir por tanto con un
antiguo camino esotérico, una ruta celtibera mágica denominada Camino de
las Estrellas o Camino de la Oca, un mapa escrito en cielo que nos
guiaba en la noche de manera infalible hacia el “Finis Terrae”, para los
antiguos Finisterre, el último rincón occidental del mundo y el lugar
dónde comenzaba el país de los muertos.
Así mismo, la ruta
reproduce en su recorrido una pequeña parte visible del brazo de la Vía
Láctea, usada por antiguos y peregrinos para guiarse en su camino, y
coincide perfectamente con el paralelo terrestre 42º N.
El
paralelo 42 Norte aparte de ser uno de los círculos imaginarios
perpendiculares al eje de la tierra, es considerado desde la antigüedad
como uno de los paralelos más energéticos del globo terráqueo, aunando
enclaves religiosos de importante relevancia como Santiago de
Compostela, su camino Francés, la región de Roma, el desierto de Gobi, o
los montes de Hélade entre otros, dónde según los tibetanos se haya el
reino subterráneo de Agartha y la ciudad de Shambala.
Es cierto que
algunos investigadores incluyen en este paraleo el Monte Ararat, pero
éste, aunque próximo, se encuentra desplazado unos 330 km.
Teniendo en cuenta que las distancia entre los paralelos terrestres es
de 111 km, permanecer en la misma estela del P-42 para un trayecto
como el nuestro de 116 km (Sarria a Compostela) era fácil. Sin
embargo si lo analizamos para el recorrirido de 888 km desde
Roncesvalles a Finisterre la coincidencia ya puede dejar de ser
casual.
Roncesvalles 43°01′00″N; Sarria 42°46′53″N; Portomarín
42°48′24″N; Palas de Rey 42°52′29″N; Arzúa 42°56′00″N; Santiago de
Compostela 42°52′50″N; Fisterra 42°54′18″N
Estas primeras rutas
ancestrales tuvieron ritos y costrumbres que con el paso del tiempo y
a raíz de las primeras peregrinaciones cristianas a Compostela
algunas fueron incorporándose al Camino. Tradiciones como el
simbolismo de la concha, la purificación del alma, las estrellas, la
pata de oca, el perro, o la loba entre otros, se dice que pasaron a
formar parte de la tradición actual al no poder ser acalladas del
arraigo de la ruta.
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