Ganar el jubileo, estima el periódico, ya no es el acicate principal de los caminantes que cruzan la provincia leonesa en dirección a Santiago y según los datos de afluencia de peregrinos recogidos por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de León «Pulchra Leonina», el incremento de peregrinos experimentado en 2010 no ha respondido a las expectativas.
Concretamente, por el albergue de las Madres Benedictinas pasaron 23.418 peregrinos, sólo 113 más que en el año anterior, el Año Jubilar no ha conseguido disparar las estadísticas de afluencia y apunta a la desaparición de la estacionalidad de la ruta, que se consolida por sus reclamos turísticos más que su carácter espiritual, como se podría inferir en los datos de 2010.
Según el informe de la Pulchra Leonina «las expectativas de afluencia de peregrinos par este Año Santo Jacobeo eran muy buenas, en base a ser el último Año Santo de la década, puesto que hasta el 2021 no volverá a producirse la coincidencia de la fiesta del apóstol con un domingo». Las cifras demuestran que las expectativas no se han cumplido y que «el incremento de poco más de 100 peregrinos con respecto al año anterior en absoluto cumple con lo esperado». El incremento es menos del 0,5%, lo que demuestra el poco tirón que ha tenido la celebración del Año Santo.
Desde 2007 los datos de afluencia no sufrían una variación tan ligera. En 2005 pasaron 19.461; en 2006, 20.585; en 2007, 21.775; en 2008 21.828; en 2009, 23.305; y en el pasado año, 23.418.
No obstante, desde que la asociación comenzara a elaborar el informe, en 1997, la media de peregrinos que han pasado por la provincia ha estado en 15.808 personas. El despegue registrado desde aquellas fechas hasta hoy ha llevado a popularizar la ruta de forma espectacular. En 1997 fueron 3.684 los peregrinos contabilizados frente a los 23.418 de este año, casi 20.000 más en 13 años.
La internacionalización de la ruta cada año es mayor. En 2010 llegaron peregrinos a León de 93 nacionalidades diferentes. No sólo aumenta el número de países de origen de los viajeros sino también la lejanía de estos. Por tercer año consecutivo se ha registrado un incremento espectacular en el número de peregrinos coreanos.
La distancia total recorrida por los peregrinos es otra de las preocupaciones de quienes promueven el Camino de Santiago y dedican a su popularización y mejora una parte importante de sus vidas. En los últimos años se ha reducido y preocupa que se convierta en moda el realizar sólo los últimos kilómetros de la ruta. Asociaciones de peregrinos como la de Burgos aseguran que muchos peregrinos han optado este año por recorrer los últimos cien kilómetros de la ruta. Aunque explican que esta tendencia no es la tendencia general, ya que «no se corresponde con el espíritu de la ruta».
Sin embargo, una vez más lo datos vuelven a constatar desequilibrios. El número de visitantes que transitó por el Camino Francés a su paso por León difiere notablemente del número de peregrino que finalmente llegan a Santiago. Poco más de 270.000 peregrinos recibieron en 2010 la Compostela que entrega el Arzobispado de Santiago y que acredita que se ha realizado la peregrinación.
Según datos del Arzobispado, el pasado año se alcanzó un récord absoluto de peregrinos, muy por encima de las cifras del Jacobeo de 2004, cuando se expidieron 179.944 Compostelas, o de 2009, con 145.854. Lo que indica, si se compara con los datos de León, que la mayoría optó por un “Camino de mínimos”.
Los datos de distancia recorrida registrados por la Asociación de Amigos del Camino de Santiago «Pulchra Leonina» reflejan un descenso desde 2008. En aquel año la media de distancia recorrida por peregrino era de 444 kilómetros, que bajó a 435 al año siguiente y en 2010 cayó a 422 kilómetros, la mínima de toda la década.
La asociación también avisa de que, aunque los extranjeros siguen recorriendo más distancia que los peregrinos nacionales, el descenso registrado en el número de kilómetros que recorren antes de llegar a Santiago también es el mayor de la década.
Por otra parte, León sigue siendo un enclave de referencia en la Ruta Jacobea. La popularidad de la provincia entre los peregrinos mantienen a León como uno de los territorios de más solera entre Santiago y Roncesvalles.
La ciudad de León es el segundo punto favorito para comenzar la peregrinación a Santiago. Según las estadísticas de «Pulchra Leonina», el 14.9% de los peregrinos inician el camino entre el Bernesga y el Torío.
El lugar preferido para los peregrinos de largo recorrido es Saint Jean de Pied de Port o Roncesvalles, de donde arrancan un 51.4%. Burgos y Pamplona son otros puntos de arranque favoritos para los peregrinos.
Y pese a los datos, que algunos interpretan como indicativos de que el Camino se está convirtiendo en una moda de turismo, la consejera de Turismo de la Junta castellano-leonesa, María José Salgueiro, dice que el gobierno regional no quiere que el Camino se convierta en mera ruta turística, perdiendo su carácter espiritual.
También se indica en Diario de León que en 2010 la provincia mantuvo los puntos más problemáticos del Camino Francés y las asociaciones mostraron sus protestas, pero sus críticas han caído en saco roto y muchos de estos enclaves mantiene las dificultades de paso para los peregrinos.
El puente sobre el río Porma que deben atravesar los peregrinos para entrar en la localidad de Puente de Villarente, a menos de 15 kilómetros de la capital leonesa, es el punto más crítico del Camino Francés a su paso por la provincia de León, según los responsables de las asociaciones jacobeas de la capital, de Astorga y de El Bierzo.
«Las aceras son muy estrechas y llega un momento en el que no hay ni arcén por el que ir andando, es muy peligroso porque te puede llevar un coche por delante», asegura Beatriz Gallego, presidenta de la asociación leonesa «Pulchra Leonina».
Por su parte, el presidente de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga, Juan Carlos Pérez Cabezas, apunta que las zonas más conflictivas de la ruta en la comarca son las diversas variantes por las que el peregrino debe optar, donde suele haber indicaciones confusas e incluso contradictorias, en especial a la salida de la Virgen del Camino, y pide a las instituciones que se encarguen de señalizar el itinerario de una manera oficial para acabar con estos problemas.
Asimismo, señala Pérez Cabezas que el último cruce con la N-120 antes de llegar a San Justo de la Vega es «peligroso» porque los caminantes deben atravesar la carretera en una curva sin visibilidad y pide que se construya una pasarela para salvarlo porque es «el recorrido histórico del Camino y se está perdiendo por una variante que va por el campo».
Otro punto difícil del trazado jacobeo a su paso por la Maragatería es el tramo entre El Ganso y Rabanal del Camino, donde no existe andadero y los romeros deben ir por el lado derecho de la carretera con los coches «casi rozándoles al pasar».
Por lo que respecta al último tramo del Camino Francés en Castilla y León, el vicepresidente de la asociación jacobea de El Bierzo, Roger de la Cruz, destaca que no hay ningún problema «tan grave» como en Puente de Villarente, pero que los caminantes sí se encuentran con algunos «pasos dificultosos», entre los que cita la salida de Cacabelos, porque allí el peregrino debe optar por andar por un pequeño sendero «insuficiente y que además está desnivelado» o ir por una carretera sin arcén, donde hace pocos años falleció un peregrino francés tras ser atropellado por un coche. De la Cruz propone que se habilite un itinerario por el campo para solventar esta dramática dificultad.