viernes, 10 de enero de 2014

Campus Stellae

La pujanza del Camino no tiene marcha atrás, según el arzobispo Barrio

«El fenómeno del Camino de Santiago no parece tener vuelta atrás», resalta el arzobispo Julián Barrio, que destaca la pujanza y consolidación del evento secular de las peregrinaciones, a la vista de los datos de afluencia ascendiente de peregrinos. El hecho de que el próximo Xacobeo se sitúe aún a mucha distancia no impide que sean cada vez más los romeros que aprovechan un hueco en su vida para acercarse a Santiago.
El arzobispo Julián Barrio. El año pasado fueron 215.800 los peregrinos procedentes de 156 nacionalidades que llegaron a Compostela desde distintos puntos del mundo. La mayoría de ellos iniciaron su andadura en Saint Jean Pied de Port o, más cerca, en el municipio lucense de Sarria. Ese doce por ciento más que el año anterior es saludado con alborozo por la institución eclesiástica. «Supone una buena noticia que nos ha de motivar a la hora de acogerles conforme a los criterios de la nueva evangelización en la que estamos comprometidos», dice Barrio.
El alza de las peregrinaciones a Santiago es una constante en los últimos años, de forma que los datos de todo un año santo como el del 2004 han quedado muy atrás en un año corriente y supuestamente anodino como el 2013. El hecho es que el nuevo año se inicia de forma bastante esperanzadora, puesto que en los primeros cuatro días de este año la oficina del peregrino selló 171 compostelas.
Y entre los que culminaron la ruta hay coreanos y chinos, lo que ratifica el signo de universalidad del Camino de Santiago. La senda francesa es la más transitada por los romeros, pero en estos primeros días se evidencia también la vitalidad de los caminos portugués y primitivo.
Año Santo
Esta claro que un Año Santo es el marco jacobeo por excelencia, un año donde «se acentúa el carácter festivo y alegre que supone esta ruta, pero en esta Archidiócesis sabemos que lo importante es el día a día».
Las peregrinaciones tienen fundamentalmente una vertiente religiosa, pero el elemento turístico y el cultural motivan también muchas de las caminatas por los distintos caminos. Y la propia ciudad se beneficia de la repercusión económica de la estancia en Compostela de las riadas de visitantes.
No obstante, la Iglesia santiaguesa tiene una visión clara del hecho de las peregrinaciones. «Nuestra preocupación va más allá del hecho turístico y cultural», subraya el arzobispo, quien resalta que la peregrinación tiene que ver «con los sentimientos más profundos del ser humano, y quienes la llevan a cabo tienen derecho a que les sea facilitado un camino de conversión y de encuentro con el amor de Dios. Esa es la misión de la Iglesia».

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