La Xunta tratará de mejorar la experiencia de los peregrinos con un centro en Carretas
«Como peregrino me sentí un poco decepcionado. No
sentí una gran emoción espiritual. Santiago es una ciudad preciosa pero
el centro está abarrotado de turistas. El peregrino no se siente
acogido después de tantos kilómetros que ha hecho». Esta queja la
expresó el prestigioso escritor y diplomático francés Jean-Christophe
Rufin el pasado día 4 en una entrevista en La Voz en la que abordó su
experiencia como peregrino, publicada en su libro El Camino inmortal.
No es una voz aislada. Son muchos los peregrinos
que han sufrido en sus carnes la decepción del encuentro con la ciudad
apostólica, la meta jacobea. Y algunas asociaciones, dentro y fuera de
España, han transmitido esa sensación de que Compostela no ofrece la
recepción adecuada y esperada.
Los propios responsables de la Sociedade de
Xestión del Xacobeo no tienen más alternativa que reconocer, como
también lo ha hecho el Arzobispado, que algo importante y clave falla en
Santiago a la hora de satisfacer a los peregrinos. «Esa misma impresión
me ha llegado a mí de algunos colectivos vinculados al Camino, y nos
preocupa. Es difícil cumplir expectativas, pero es una necesidad que hay
que abordar», indica el gerente de la Sociedad, Rafael Sánchez
Bargiela. Y se ha puesto manos a la obra al poco de llegar, hace unos
meses, al cargo.
Un elemento clave, que está centrando una de las
tareas de la Sociedad, es la construcción de un centro de acogida. Los
directivos del Xacobeo y de la Iglesia han estado barajando
alternativas, y aún lo siguen haciendo, pero el dedo está puesto ya en
el viejo asilo de Carretas. Es la opción preferida por su
dimensionamiento y su cercanía a la Catedral, objetivo básico a la hora
de abordar el proyecto.
Como ya se ha informado, el edificio jacobeo se
convertirá en un punto de encuentro de los romeros, que podrán compartir
experiencias, tomar un café y disfrutar de distintos servicios que se
pueden poner a su disposición. Cabe la posibilidad «aunque es solo una
idea», de que también ahí reciban la Compostela. Hoy esta labor se
efectúa en la Oficina del Peregrino.
La propuesta está en la fase inicial de estudio y
en breve se iniciará la redacción de un anteproyecto. El gran problema
que reconoce Rafael Sánchez es el de los recursos para financiar la
operación. No hay una cifra estimada, pero se cree que el coste de la
reforma se elevará por encima del millón de euros. La Sociedade del
Xacobeo está indagando en fórmulas para financiar la obra, que se podría
«acometer por fases».
Lo que quiere evitar el ente de la Xunta es que
los peregrinos tengan que reunirse en «en las escaleras de A Quintana»,
aunque responsables eclesiásticos señalan que hay lugares como San
Martiño, la Oficina de Peregrino o la parroquia de San Pedro que son
utilizados, pero «tiene que haber un centro más apropiado para ese
momento».
Aparte de ello, la Xunta de Galicia, a través de
la Sociedade do Xacobeo, proyecta en esa misma línea de recepción
mejorar la hospitalidad de los albergues, como también en el resto del
Camino. Santiago cuenta con los albergues públicos del Monte do Gozo y
de San Lázaro, así como una red cada vez más amplia de alojamientos
privados. Estos últimos están sujetos a una inspección para ver que
cumplan los requisitos legales. Sánchez estima que la oferta «es
suficiente» para atender la demanda actual, y subraya que hay en fase de
apertura algunos albergues privados más que deberán pasar por la lupa
administrativa.
No obstante, el gerente de la Sociedade do
Xacobeo explica que hay personas que, tras utilizar la hospitalidad del
Camino, al llegar a Santiago prefieren otro tipo de establecimientos.
Hay que extranjeros que vienen y se alojan en el Hostal. Lo que sí le
consta es que, pese a todo, muchos repiten la experiencia del Camino.
Una estadounidense acaba de hacerlo por quinta vez.
«Entiendo las quejas de los peregrinos y estamos trabajando en mejorar la acogida en Santiago»
Fuentes del Cabildo señalan que este año hubo
«pocas colas» y no consideran necesario montar un sistema electrónico de
turnos como el propuesto. «Existe el patio interior y ahí tienen cabida
los grupos», señalan. Ello significa que la paciencia es una virtud
cristiana que es preciso salvaguardar.
El problema de Compostela es la inadecuada
atención al peregrino, baqueteado tras una larga o larguísima caminata y
deficientemente recibido en la ciudad apostólica. La acogida de los
romeros es uno de los problemas acuciantes que tienen en agenda tanto la
S.A. de Xestión do Plan Xacobeo como la Iglesia, y el centro previsto
en el antiguo asilo de Carretas (que podría albergar la Oficina del
Peregrino) vendría a solventarlo. Entretanto, cuestiones como las colas
de espera requieren una solución.
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