jueves, 7 de agosto de 2014

Campus Stellae

La Xunta tratará de mejorar la experiencia de los peregrinos con un centro en Carretas

Los peregrinos que llegan a Compostela cumplen su meta, pero no ven cumplidas las expectativas forjadas en el Camino. 
«Como peregrino me sentí un poco decepcionado. No sentí una gran emoción espiritual. Santiago es una ciudad preciosa pero el centro está abarrotado de turistas. El peregrino no se siente acogido después de tantos kilómetros que ha hecho». Esta queja la expresó el prestigioso escritor y diplomático francés Jean-Christophe Rufin el pasado día 4 en una entrevista en La Voz en la que abordó su experiencia como peregrino, publicada en su libro El Camino inmortal.
No es una voz aislada. Son muchos los peregrinos que han sufrido en sus carnes la decepción del encuentro con la ciudad apostólica, la meta jacobea. Y algunas asociaciones, dentro y fuera de España, han transmitido esa sensación de que Compostela no ofrece la recepción adecuada y esperada.
Los propios responsables de la Sociedade de Xestión del Xacobeo no tienen más alternativa que reconocer, como también lo ha hecho el Arzobispado, que algo importante y clave falla en Santiago a la hora de satisfacer a los peregrinos. «Esa misma impresión me ha llegado a mí de algunos colectivos vinculados al Camino, y nos preocupa. Es difícil cumplir expectativas, pero es una necesidad que hay que abordar», indica el gerente de la Sociedad, Rafael Sánchez Bargiela. Y se ha puesto manos a la obra al poco de llegar, hace unos meses, al cargo.
Un elemento clave, que está centrando una de las tareas de la Sociedad, es la construcción de un centro de acogida. Los directivos del Xacobeo y de la Iglesia han estado barajando alternativas, y aún lo siguen haciendo, pero el dedo está puesto ya en el viejo asilo de Carretas. Es la opción preferida por su dimensionamiento y su cercanía a la Catedral, objetivo básico a la hora de abordar el proyecto.
Como ya se ha informado, el edificio jacobeo se convertirá en un punto de encuentro de los romeros, que podrán compartir experiencias, tomar un café y disfrutar de distintos servicios que se pueden poner a su disposición. Cabe la posibilidad «aunque es solo una idea», de que también ahí reciban la Compostela. Hoy esta labor se efectúa en la Oficina del Peregrino.
La propuesta está en la fase inicial de estudio y en breve se iniciará la redacción de un anteproyecto. El gran problema que reconoce Rafael Sánchez es el de los recursos para financiar la operación. No hay una cifra estimada, pero se cree que el coste de la reforma se elevará por encima del millón de euros. La Sociedade del Xacobeo está indagando en fórmulas para financiar la obra, que se podría «acometer por fases».
Lo que quiere evitar el ente de la Xunta es que los peregrinos tengan que reunirse en «en las escaleras de A Quintana», aunque responsables eclesiásticos señalan que hay lugares como San Martiño, la Oficina de Peregrino o la parroquia de San Pedro que son utilizados, pero «tiene que haber un centro más apropiado para ese momento».
Aparte de ello, la Xunta de Galicia, a través de la Sociedade do Xacobeo, proyecta en esa misma línea de recepción mejorar la hospitalidad de los albergues, como también en el resto del Camino. Santiago cuenta con los albergues públicos del Monte do Gozo y de San Lázaro, así como una red cada vez más amplia de alojamientos privados. Estos últimos están sujetos a una inspección para ver que cumplan los requisitos legales. Sánchez estima que la oferta «es suficiente» para atender la demanda actual, y subraya que hay en fase de apertura algunos albergues privados más que deberán pasar por la lupa administrativa.
No obstante, el gerente de la Sociedade do Xacobeo explica que hay personas que, tras utilizar la hospitalidad del Camino, al llegar a Santiago prefieren otro tipo de establecimientos. Hay que extranjeros que vienen y se alojan en el Hostal. Lo que sí le consta es que, pese a todo, muchos repiten la experiencia del Camino. Una estadounidense acaba de hacerlo por quinta vez.
«Entiendo las quejas de los peregrinos y estamos trabajando en mejorar la acogida en Santiago»
Fuentes del Cabildo señalan que este año hubo «pocas colas» y no consideran necesario montar un sistema electrónico de turnos como el propuesto. «Existe el patio interior y ahí tienen cabida los grupos», señalan. Ello significa que la paciencia es una virtud cristiana que es preciso salvaguardar.
El problema de Compostela es la inadecuada atención al peregrino, baqueteado tras una larga o larguísima caminata y deficientemente recibido en la ciudad apostólica. La acogida de los romeros es uno de los problemas acuciantes que tienen en agenda tanto la S.A. de Xestión do Plan Xacobeo como la Iglesia, y el centro previsto en el antiguo asilo de Carretas (que podría albergar la Oficina del Peregrino) vendría a solventarlo. Entretanto, cuestiones como las colas de espera requieren una solución.

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