viernes, 10 de enero de 2014

Camino de Muxia

Las goteras de la Barca obligan a cubrir los retablos salvados



Las marcas en la superficie evidencian el considerable desplazamiento de la Pedra de Abalar. xesús búa
Si el día de Navidad fue el fuego y el fuerte viento, ahora es la lluvia la que compromete la conservación del santuario de la Virxe da Barca de Muxía. Pese a que el riesgo de derrumbe parece descartado, según varios especialistas, lo que eran tres goteras localizadas se han transformado en cuantiosas filtraciones que, además de provocar ya charcos en el interior con abundante hollín del incendio, han obligado a los operarios a cubrir con lonas los seis retablos que se salvaron de la quema y que ahora se pretende restaurar.
En cuanto a la estabilidad, desde el empresario encargado del desescombro hasta una de las arquitectas que se ocupará del diseño de la reconstrucción, pasando por el subdirector de Patrimonio y el responsable de arte sacro del Arzobispado, que han vuelto a Muxía, todos coinciden al señalar que la estructura se mantiene compacta, no hay signos de desplazamiento de los elementos que la componen y aguantará.
Sin embargo, la meteorología no se lo está poniendo ni mucho menos sencillo. Ayer mismo la lluvia volvió a caer de manera insistente durante prácticamente toda la jornada y, aunque las tejas colocadas sobre los muros exteriores ayudan a reducir la penetración de agua en las paredes la situación dista mucho de ser la ideal. De ahí que el alcalde, Félix Porto, valore positivamente la decisión de la Consellería de Cultura de contratar la redacción del proyecto de reconstrucción para que «os técnicos veñan xa» y empiecen a trabajar cuanto antes. El objetivo no es otro que dotar al templo de una cubierta a la mayor brevedad posible, a poder ser con carácter ya definitivo, que permita abordar con tranquilidad las demás actuaciones.
En cuanto al resto del entorno, con la Pedra de Abalar como asunto central por la complicación técnica de su reparación, los operarios siguen retirando y apilando trozos del muro perimetral prácticamente arrancado de cuajo. Esta estructura, aunque unida con cemento, tenía piedras de pequeño tamaño pero también piezas de cantería de más de un metro de largo y decenas de kilos de peso, lo que ilustra a la perfección la virulencia con la que actuó el mar en la mañana del pasado día de Reyes.

La Consellería de Cultura, que había solicitado tres ofertas, ha elegido la de Carmen Rey y Karme García, del estudio compostelano K2C Arquitectas, para el diseño del proyecto básico de rehabilitación del santuario Nosa Señora da Virxe da Barca, de Muxía, gravemente dañado por un incendio el pasado día de Navidad.
La propuesta, que ya ha sido comunicada por el conselleiro al arzobispo, se firmará hoy por un total de 21.462 euros, una cantidad sensiblemente inferior a los 36.000 que la Xunta había puesto a disposición para este cometido.
Al margen del aspecto económico, como explica Cultura, en la decisión han influido de manera determinante los plazos, porque las ganadores se comprometen a hacer el trabajo en un mes, y su experiencia en actuaciones similares como las de los pazos de Xelmírez, San Pedro de Busto, Amarante, Eidian, la restauración de la iglesia de Ferreira de Pantón o las obras de emergencia en la catedral de Tui, estas dos últimas en colaboración con otras empresas.
Para el alcalde muxían, Félix Porto, el anuncio es «outra boa noticia», junto con la de que el Arzobispado se hará cargo de los costes de la obra civil, y que llega después de «levar paus por todos os lados», en los últimos días
«Están cumprindo no que se comprometeran e cando fan as cousas como é debido tamén hai que dicilo», asegura el regidor socialista.
El mismo aspecto
La arquitecta Karme García asegura que, con adaptación a las exigencias de la nueva normativa, el «aspecto final» de la cubierta que van a diseñar «será el mismo» que tenía la destruida. La encargada, junto a Carmen Rey, del proyecto asegura que, como profesional, la manera en la que ha resistido la bóveda de ladrillo, tierra y paja le invita a reflexionar sobre «lo agradecidos que tenemos que estar de la maestría y el buen trabajo que hacían nuestros ancestros», que se refleja, por ejemplo, «en algunas bóvedas de la catedral que casi no sabemos cómo se sostienen».
Su estudio va a trabajar en exclusiva para este proyecto y considera que el mes de plazo es suficiente, con lo que de lo único que duda es «del tiempo».

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