martes, 14 de enero de 2014

Camino de Muxía

Comienzan los trabajos para la rehabilitación del santuario de A Barca 

La bóveda permanece cubierta con un plástico para evitar filtraciones. K2C Arquitectas elaborará el proyecto en un mes por un importe de 21.462 euros



Topógrafos y arquitectos han iniciado la planificación de los trabajos para la redacción del proyecto de rehabilitación del santuario de la Virxe da Barca, en Muxía, según han confirmado fuentes de la Consellería de Cultura.
 Al respecto, el departamento autonómico ha precisado que, para proceder a la elaboración de este proyecto, es necesario primero realizar un trabajo topográfico preliminar, donde ahora se centran las actuaciones.
Para ello, arquitectos y topógrafos visitaron este sábado el santuario da Barca, una vez que la Consejería de Cultura adjudicó el proyecto al gabinete de K2C Arquitectas.
El equipo ganador se ha comprometido a elaborar el proyecto en el plazo de un mes por un importe de 21.462 euros, cifra que se sitúa por debajo del presupuesto autorizado. Mientras, el Arzobispado de Santiago sufragará el coste íntegro de las obras.
http://fotos00.laopinioncoruna.es/2014/01/13/646x260/muxia.jpgLa elección de la empresa tuvo en cuenta no solo el montante de la oferta, sino también, según Cultura, la experiencia de sus arquitectos en la redacción de proyectos como los de la rehabilitación de las cubiertas del pazo de Xelmírez y de San Pedro de Busto; y la de los pazos de Amarante y Eidian.
Además, en colaboración con otras empresas, participaron en las obras de restauración de la iglesia de Ferreira de Pantón y en los trabajos de emergencias realizados en la catedral de Tui.
Protección de la bóveda
Tanto desde la Consellería de Cultura como desde el Ayuntamiento de Muxía (A Coruña) han señalado que, ahora, hay que esperar a que se elabore el proyecto para concretar las actuaciones que se llevarán a cabo en el santuario.
Mientras estas obras no se llevan a cabo, y se ultiman los trabajos topográficos y la redacción del proyecto, la bóveda del santuario permanece protegida con una cubierta de plástico con el fin de evitar filtraciones.
Sobre el inicio de las obras, el alcalde de Muxía ha recalcado que todavía se está "en la fase de redacción del proyecto". No obstante, se ha mostrado convencido de que se cumplirá el plazo de un mes previsto para su elaboración, en coincidencia con lo manifestado también desde la Consellería de Cultura.

 La recuperación del tejado, que no se puede hacer de otra forma que no sea con pizarra, y además fuertemente sujeta, porque las tejas de barro las come la salitre y si no están bien fijadas vuelan con el fuerte viento, es la parte más importante del proyecto de reconstrucción.
Sobre este particular se han manejado de inicio dos soluciones básicas que pasan por realizar una cubierta provisional, para proteger la bóveda y los muros, antes de la definitiva, o bien elaborar de manera directa el que deberá ser el tejado permanente.
En cualquier caso, una vez que se solucione este punto y que la iglesia esté limpia y con las instalaciones básicas, en la parroquia están convencidos de que podrían retomar el culto, abriendo a lo mejor solo una parte del templo, mientras se completan el resto de las actuaciones y tanto en cuanto se sustituye el retablo del altar mayor así como los demás elementos decorativas.
De todos modos, se trata solo de una idea que debe pasar varios filtros antes de convertirse en realidad.
Al margen del Prestige, que se cebó con Muxía pero también con el resto de la Costa da Morte y buena parte de Galicia, el incendio del santuario de la Virxe da Barca y el posterior temporal de estas Navidades es la peor catástrofe ocurrida en Muxía, como mínimo desde diciembre de 1978, cuando un huracán derribó construcciones, hizo que el mar atravesase el pueblo desde el Coído hasta el puerto, y dejó un reguero de desperfectos que los vecinos tardaron muchos meses en subsanar.
Ya en aquella ocasión, concretamente el 16 de diciembre, se rompió por primera la vez la Pedra de Abalar, que vuelve a estar fracturada, pero, en esta ocasión, los daños tienen, si cabe, un contenido aún más simbólico. Se perdió el techo de la basílica, renovado en 1993; de la sacristía únicamente quedaron los muros exteriores, hay decenas de imágenes y centenares tanto de exvotos como de útiles para el culto calcinados y, sobre todo, desapareció el retablo barroco del altar mayor. Este conjunto, con la talla gótica de la Virxe da Barca, que sí se salvó por estar guardada en otro lugar, era el elemento con más valor artístico del templo y el que definía su decoración interior.
Por si fuera poco, el día de Reyes un virulento temporal, con olas de más de 10 metros de altura en algunos momentos, hizo que el agua bordease la iglesia por ambos flancos, después de derribar la pared de casi un metro de grosor que separaba el atrio del santuario lítico, en el que están varias rocas a las que se les atribuye propiedades mágicas desde tiempos inmemoriales.
Las piedras llegaron a romper la puerta principal y entrar en la iglesia, a donde volvió la preocupación por la resistencia de la bóveda, que sigue estable, ahora protegida por una cubierta de plástico, a la espera de que hoy las arquitectas encargadas inicien los estudios para la redacción del proyecto básico de reconstrucción. Tienen un mes para hacerlo y, como en todo lo que ha tenido que ver con la Barca en las últimas semanas, parece que el compromiso de celeridad es real.
En contra de lo que pasó con el Prestige, por ejemplo, esta vez la respuesta solidaria masiva de la gente, de dentro y fuera de Muxía, ha venido acompañada de implicación política e institucional, a través del propio presidente de la Xunta de Galicia o del arzobispo de Santiago, que se ha comprometido a que la Iglesia Católica pague los algo más de 200.000 euros que hay de diferencia entre la póliza de seguros contratada y el coste en el que los técnicos de Patrimonio cifraron, inicialmente, la obra civil.

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