El orensano José Rodríguez Carballo, primer nombramiento del papa Francisco
El sumo pontífice ha elevado además al franciscano gallego a la categoría de arzobispo de la sede titular de Belcastro
El papa Francisco ha nombrado al ourensano José Rodríguez Carballo,
actual ministro general de la Orden de los Frailes Menores Franciscanos
(OFM), como nuevo secretario de la Congregación para los Institutos de
Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, según informó este
sábado la Santa Sede en un comunicado.
Francisco ha elevado además a Rodríguez Carballo,
ministro general de los Franciscanos desde 2003 y presidente de la
Unión de los Superiores Generales desde el pasado noviembre, a la
categoría de arzobispo de la sede titular de Belcastro.
El religioso gallego (Lodoselo, 1953) se formó en
seminarios de Zamora y A Coruña y es autor de algunos libros y
artículos sobre vida consagrada y religiosa.
En 1973 se trasladó a Jerusalén, donde cursó
estudios Teológicos y fue ordenado sacerdote cuatro años más tarde en la
iglesia de San Salvador.
Licenciado en Teología Bíblica y en Sagrada
Escritura, Rodríguez Carballo volvió después a España, donde en 1989 se
convirtió en guardián y rector del Convento de San Francisco en Santiago
de Compostela, siendo elegido tres años más tarde su ministro
provincial y desempeñando de 1993 a 1997 el cargo de presidente de la
Unión de Ministros Provinciales Franciscanos de Europa.
Miembro de las Congregaciones para la
Evangelización de los Pueblos y para los Institutos de Vida Consagrada y
las Sociedades de Vida Apostólica, el franciscano español ha
participado en los Sínodos de Obispos de 2005, 2008, 2010 y 2012, así
como en la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano de
Aparecida de 2007.
José Rodríguez Carballo: «Pienso que vamos a asistir a una nueva primavera en la Iglesia católica»
José Rodríguez Carballo: «Pienso que vamos a asistir a una nueva primavera en la Iglesia católica»
«Bergoglio fue cordial y fraterno, me parecía tener delante a un amigo», asegura
Conoció al cardenal Bergoglio en el 2004 y
mantuvo con él una sincera amistad durante sus encuentros en sínodos de
obispos. En ellos se forjó una admiración mutua que se traduce ahora en
el nombramiento de José Rodríguez Carballo para la curia. En esta
entrevista, realizada tras la misa de inicio del pontificado, el
ourensano detalla cómo surgió esa amistad y avanza sin rodeos «una nueva
primavera para la Iglesia católica». Explica además cómo desea el papa
que ejerzan la autoridad los eclesiásticos que, como el franciscano
gallego, la detentan: únicamente «a través del servicio» a los demás.
-¿Dónde coincidió usted con el papa Francisco y qué relación tuvo con él?
-Tuve varios encuentros con el cardenal Bergoglio
más o menos prolongados. En el 2004 vino a visitarme a la curia general
de los franciscanos para hablar de cuestiones de la Iglesia en
Argentina en las que entraba la orden. Fue muy cordial y fraterno. Me
parecía tener delante a un amigo, un hermano y un compañero de toda la
vida. Luego participamos en dos sínodos de obispos y tuve la suerte de
trabajar en el mismo grupo lingüístico que él. Los contactos eran casi
diarios, sobre todo en el momento del descanso. Luego coincidimos en la
quinta Asamblea General de los Obispos de Latinoamérica, en Aparecida.
Sus intervenciones eran siempre claras y precisas. Fue el presidente de
la comisión que redactó el documento final, el llamado Documento de
Aparecida.
-El 19 de marzo se volvió a encontrar con él en la misa de inicio del pontificado.
-Sí, tuve esa dicha. Entre otras cosas, recordamos todos esos encuentros. Tiene una memoria feliz y es una persona encantadora.
-¿Qué puede aportar este papa que ha elegido como modelo a san Francisco?
-Un estilo propio caracterizado por la cercanía,
la sencillez y la pobreza. Creo que el santo padre Francisco aportará a
la Iglesia la frescura del Evangelio como la vivió san Francisco en el
medievo. Es significativo que llegue a la cátedra de Pedro un papa al
estilo de Juan XXIII, precisamente cuando se cumplen 50 años de la
muerte del llamado papa bueno. Pienso que vamos a asistir a una nueva
primavera en la Iglesia católica.
-El rastro de san Francisco parece claro en su discurso.
-Su homilía el día que inició su ministerio
petrino fue una obra maestra. Habló de custodiar a Cristo en nuestras
vidas para guardar y custodiar a los demás, especialmente los niños, los
ancianos y los más frágiles. Se dirigió a los cristianos, pero también a
quienes «ocupan puestos de responsabilidad en el ámbito económico,
político o social». A ellos y a todos los constituidos en autoridad nos
recordó con fuerza que la autoridad y el poder se ejercen a través del
servicio. En este sentido, la homilía recordó al san Francisco que
escribió a los regidores de los pueblos.
-¿Y encaja bien ese modelo franciscano en un jesuita?
-Sí. No olvidemos que san Ignacio de Loyola pensó en la posibilidad de ser franciscano.
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