La Fiscalía pide 15 años de prisión para el supuesto ladrón del Códice Calixtino
La Fiscalía pide 15 años de prisión para el ex electricista de la Catedral compostelana José Manuel Fernández Castiñeiras. por la sustracción del Códice Calixtino, delito que califica de robo con fuerza, así como por el robo de otros objetos y dinero durante los años 2000 y 2011.
Por su lado, para su mujer e hijo la Fiscalía pide un año y seis de prisión y multa de 300.000 euros por el delito de blanqueo de capitales; y alternativamente, por un delito de receptación, solicita seis meses de prisión.
En el escrito de calificación el fiscal Antonio Roma considera a Castiñeiras autor de un delito continuado de robo con fuerza --por el que pide cinco años de cárcel--; otro contra la intimidad --dos años de prisión--; un delito de robo con fuerza --5 años por la sustracción del Códice-- y otro de blanqueo de capitales --tres años--. Mientras, en concepto de responsabilidad civil, demanda que indemnice a la Catedral compostelana en 2.311.074,34 euros y 30.016 dólares, que se corresponden con las cantidades sustraídas en la basílica.
En sus conclusiones provisionales, el fiscal, que pide que se declare la competencia de la Audiencia Provincial, señala que Castiñeiras prestó sus servicios profesionales como electricista para la Catedral de Santiago con anterioridad al año 2005, "para cuya función le fueron entregadas llaves de acceso a puntos distintos del edificio catedralicio y que utilizaba con la exclusiva autorización hasta entonces para acceder a la realización de cuantos encargos le fueran realizados a medida que estos se iban produciendo".
Sin embargo, según sostiene el fiscal "a la finalización de sus servicios no devolvió las llaves, haciéndolas propias, y guardándolas bien". En el caso de la llave del despacho del administrador de la catedral, el fiscal relata que éste se la prestó el año 2000 "so pretexto de acudir a los baños, no devolviéndola y escondiéndola con todas las demás". "La apropiación y ocultación de todas las llaves se hizo con la intención de seguir sustrayendo dinero y otros efectos de su interés", asegura el fiscal.
En su relato, Antonio Roma resalta que "a pesar de haber finalizado el encargo de servicios para la Catedral y valiéndose de las relaciones personales establecidas durante el período en que prestó los mismos, el acusado continuó asistiendo al edificio diariamente para indagar las medidas de seguridad a medida que se iban instalando así como conocer las costumbres de las distintas personas". "Y, de esta manera, detectar los lugares en que se depositaba dinero u otros bienes que pudieran existir en el edificio y los fallos en los sistemas de seguridad tales como videocámaras o cerraduras", argumenta el fiscal.
En concreto, la Fiscalía resalta que desde agosto del año 2000 hasta el 3 de junio de 2012, el acusado acudía diariamente a la Catedral compostelana desde las 7.00 horas con las llaves que disponía, y en particular con la del archivo del administrador y las correspondientes a las cajas fuertes, y "se hizo con las claves".
De este modo, "aprovechando el hueco horario entre el final de la misa y la llegada del administrador", el acusado, según sostiene el fiscal, "accedía con una frecuencia casi diaria y empleando las mencionadas llaves para, una vez en el interior, abrir la caja fuerte y sacar dinero de su interior a su conveniencia".
El acusado, según el fiscal, hizo propias, al menos, las cantidades que suman 2.311.074,34 euros entre agosto de 2000 y el año 2011. De las cantidades sustraídas, destacan los 700.000 euros con los que se hizo entre 2006 y 2007.
El acusado sustrajo, asimismo, según el relato del fiscal, otras cantidades no determinadas de euros entre el 1 de enero y el 3 de julio de 2012, "en todo caso superiores a 1.000 euros". Además, el acusado se llevó durante este período al menos 30.016 dólares americanos y otras cantidades en pesetas y otras divisas.
De la misma manera, se hizo con unas llaves del Archivo catedralicio donde se ubica el despacho del Deán José María Díaz. Entre 2002 y 2003, el acusado sacó de esta dependencia 2.272 euros.
Con posterioridad, dentro de los años 2011 y 2012, el acusado sacó del despacho del deán otros objetos de su propiedad tales como dos libros facsímiles, uno de un 'Libro de Horas' y un 'Officium Virginis', con valor superior a 1.000 euros cada uno, así como dos bandejas y una concha de plata.
De la misma manera, dentro del mismo despacho y pertenecientes a la Catedral, el acusado se llevó en distintas ocasiones entre 2000 y 2012 diez ejemplares facsímiles del Códice Calixtino valorados cada uno en más de 1.000 euros.
Asimismo, en las entradas tanto al espacio donde se ubica la caja fuerte como en el despacho del deán, "el acusado tomaba los papeles que encontraba de su utilidad para conocer el estado de cuentas y las medidas de seguridad existentes en la Catedral" y, de esta manera, "facilitar sus sustracciones, así como para conocer datos personales del deán o de otras personas vinculadas con la iglesia compostelana, que se llevaba para su clasificación, estudio y almacenamiento".
Todos estos hechos constituyen para el fiscal un delito continuado de robo con fuerza y otro contra la intimidad, por los que pide cinco y dos años, respectivamente, de prisión para Castiñeiras.
Mientras, "como consecuencia de su conocimiento de la Catedral y los bienes custodiados", el fiscal señala que el acusado "decidió hacer propio el Códice Calixtino, objeto de numerosos estudios científicos que dan cuenta de su extraordinaria importancia cultural" y cuyo valor de aseguramiento ascendía a 7 millones.
El Códice se encontraba en el Archivo catedralicio, cuyo acceso es posible a través del claustro "para el que únicamente se puede pasar empleando una llave, en un espacio específico, dentro de una caja fabricada con el propósito de conservarlo", precisa el fiscal. "Con tal propósito, el acusado disponía de una llave de acceso desde el claustro el 4 de julio de 2011 que había adquirido por medios no determinados, pero que no devolvió a la finalización de sus servicios y que ocultaba en la Capilla de Alva de la Catedral".
Una vez cogió la llave, según el relato del fiscal, "accedió al interior de las estancias, abrió la caja fuerte y de ella sacó el Códice Calixtino, que ocultó entre sus ropas y se llevó del lugar, guardándola en una dependencia de su pertenencia en Milladoiro".
"El acusado guardaba en su domicilio en Milladoiro, en el domicilio de su hijo Jesús Fernández, en la misma localidad pero a su entera disposición y en la vivienda que el acusado poseía en Sanxenxo perfectamente organizados en fajos 30.016 dólares y 1.676.020,8 euros", afirma el fiscal.
Asimismo, tanto en los tres domicilios mencionados, en una vivienda de su esposa, Manuela Remedios N.M., en Negreira y en el vehículo en el que circulaba y de su propiedad, "el acusado conservaba los diez ejemplares facsímiles mencionados".
El fiscal sostiene que el acusado "decidió utilizar el dinero sustraído en efectivo e introducirlo en el circuito lícito" y, con esta finalidad, "se puso de acuerdo con los otros acusados, esposa e hijo, de manera que la presencia de tres personas no generase dudas en torno a la enorme cantidad de dinero en efectivo que disponían en la adquisición de fincas urbanas, con ocultación del origen ilícito del dinero".
Así, el fiscal considera que "los tres acusados hicieron un aprovechamiento compartido del dinero y con el mismo adquirieron" varios inmuebles, como una vivienda en la calle Rosalía de Castro en Milladoiro y un piso con plaza de garaje en Sanxenxo.
(enlace al documento de la acusación fiscal:
El electricista ocultaba en la capilla del Alba llaves del archivo, de despachos y de la caja fuerte
Cuando dejó de trabajar en la catedral
compostelana, en el 2005, el fiscal lo acusa de no haber devuelto las
llaves y de ocultarlas bien en su casa, en su coche o en la capilla del
Alba, un extremo que hasta ahora no se conocía. En los años siguientes,
siempre según el fiscal, siguió acudiendo a la catedral a diario «para
indagar las medidas de seguridad que se iban instalando» y «utilizando
las llaves de acceso al claustro, la sala de canónigos y otras
dependencias recorría las distintas estancias».En el escrito que el fiscal Antonio Roma ha remitido al juez que instruye el caso del Calixtino, José Antonio Vázquez Taín,
relata que el acusado aprovechó sus años de electricista en la catedral
de Santiago para hacerse con una gran cantidad de llaves de múltiples
dependencias del templo, entre ellas del archivo en el que se guardaba
el Códice, así como del despacho del administrador en el que está la
caja fuerte y de la propia caja de caudales.
De esta manera, supuestamente pudo seguir sacando
dinero de la caja fuerte, aunque el fiscal sitúa en agosto del 2000 el
inicio de estos robos. El modus operandi era siempre el mismo. Acudía al
templo a las 7 horas con las llaves y «aprovechando el hueco horario
entre el final de la misa y la llegada del administrador» abría la caja
de caudales y sacaba dinero «a su conveniencia». Las cantidades
supuestamente sustraídas eran muy grandes, como probaría que el día de
su detención llevase encima 4.200 euros.
En lo que respecta al robo del Códice, el fiscal resalta que Fernández Castiñeiras
tenía una llave del archivo que utilizó para entrar, abrir la caja
fuerte en la que estaba custodiado y llevarse el libro, asegurado en 7
millones de euros.
Prueba de la enorme capacidad económica que los
robos le proporcionaban, cree el fiscal, fue que pese a no tener
ingresos pagase en efectivo en el 2008 el apartamento de Noalla, por el
que desembolsó 150.253 euros más el IVA.
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