El I Encuentro Internacional en Galicia de Asociaciones de Amigos del
Camino de Santiago, organizado en el marco de la celebración del VIII
Centenario de la Peregrinación de San Francisco de Asís a Compostela,
una de las más célebres peregrinaciones a Santiago en la Edad Media,
declara que:
En la actualidad asistimos a un sorprendente
renacimiento del Camino de Santiago. La peregrinación a Compostela, con
un origen eminentemente europeo y occidental se ha redimensionado como
un fenómeno de alcance mundial, convertido en una moderna propuesta de
carácter abierto, plural, para el diálogo y el encuentro multicultural
entre los miles y miles de peregrinos de todos los continentes que
sienten la inquietud de recorrer esta ruta.
En esta
revitalización de la peregrinación jacobea el papel de las asociaciones
de amigos del Camino de Santiago, iniciado en 1950 por la Societé
francesa y a partir de 1962 por la Asociación de Estella, ha sido
esencial y protagonista. Han impulsado el mantenimiento del sentido
espiritual del Camino y de sus valores universales (fraternidad,
hospitalidad, solidaridad, diálogo, concordia, voluntarismo y
asociacionismo jacobeo).
El movimiento asociativo ha promovido la
investigación sobre el Camino y la peregrinación jacobea, ha señalizado
miles y miles de kilómetros, recuperando viejos caminos, abriendo
nuevas rutas…
Un trabajo continuado con actividades relacionadas
con la información y la difusión de estos itinerarios en todos los
medios de comunicación, en libros y revistas, y, en los últimos años, a
través de las redes sociales que muestran su vitalidad y su poderosa
capacidad de convocatoria.
Una de las principales expresiones de
la aportación del movimiento asociativo ha sido el ingente impulso que
ha dado a la hospitalidad, creando albergues para la acogida a los
peregrinos o enviando hospitaleros voluntarios.
Continuar e
impulsar la investigación del fenómeno jacobeo es vital para lograr la
revalorización del Camino y sus valores, así como la recuperación y
conservación de las rutas, de su patrimonio y entorno natural, y del
rico legado espiritual que engloba este fenómeno único en el mundo.
La
comunicación y difusión de este conocimiento, realizado a través de
congresos, encuentros, conferencias, redes sociales, radio, prensa
escrita, televisión, internet –denominado el cuarto medio-, folletos,
libros monográficos, revistas especializadas, boletines de asociaciones o
actas de congresos, es fundamental para la preservación y difusión del
espíritu peregrino, así como para la dinamización de las actividades
informativas, asistenciales y hospitalarias de las asociaciones, sin
cuya labor sería impensable comprender la dimensión ecuménica del camino
de Santiago en el siglo XXI.
El apasionado debate sobre acogida y
hospitalidad demuestra que se trata de uno de los temas más ligados a
la esencia del Camino. Los miles de hospitaleros que sirven
voluntariamente en los albergues constituyen la otra cara de la
peregrinación, y son indispensables para la marcha de los peregrinos y
la custodia del espíritu más auténtico de la peregrinación. A todos
ellos debemos nuestro más sincero agradecimiento. Al mismo tiempo se ha
destacado la relevancia fundamental de la acogida en lugares tan
emblemáticos como la Catedral de Santiago, cuyo sepulcro apostólico
constituye la motivación y la meta del Camino. Para completar este
aspecto fundamental, sería buena y necesaria la creación de un albergue
de donativo en la ciudad de Santiago.
De igual modo, en el
ámbito de las relaciones de las Asociaciones de amigos del Camino con
las instituciones, se destaca la necesidad de que las Administraciones
públicas cuenten con la ayuda y cooperación de las Asociaciones a la
hora de realizar proyectos y actuaciones relativas al Camino. Las
asociaciones son lugar de encuentro para los asociados y espacios de
información jacobea en el más amplio sentido del término. Las rutas
jacobeas y el respeto medioambiental implícito en ellas pueden ser
utilizados para incentivar aspectos significativos como el turismo rural
y la recuperación del patrimonio histórico y etnográfico.
Es
necesario dotar de recursos específicos al Camino de Santiago, con el
fin de coordinar actuaciones, y es imprescindible la relación de las
Asociaciones con las instituciones públicas y privadas, y en especial
con la Iglesia
Los retos del presente son numerosos, en ocasiones
de ardua naturaleza, pero, no obstante, las orientaciones de futuro
para el asociacionismo jacobeo se presentan muy esperanzadoras. Una de
las urgencias más importantes es mejorar el espacio físico del Camino,
contribuyendo a su limpieza y sustituyendo tramos peligrosos, como
carreteras, por tramos seguros siguiendo caminos de tierra
tradicionales, así como el mantener la unidad de la señalización, con la
irrenunciable flecha amarilla
Debe cuidarse la diferencia entre
turismo y peregrinación, velando y respetando la especial naturaleza del
peregrino, sobre todo la de los peregrinos de largo recorrido, cuyo
peregrinar no armoniza con la masificación en algunos tramos y el
interrogante de los 100 km para lograr la ansiada “compostela”. En este
sentido debemos seguir insistiendo en la información, un reto asumido
por las asociaciones, incluso las más lejanas, como la australiana,
editora de una revista con artículos sobre la Compostela jacobea y las
rutas de peregrinación a Santiago.
Uno de los retos del presente
y del futuro es lograr el relevo generacional, integrando a los
jóvenes. Es necesario sentarse sobre bases de apertura, olvidando
prejuicios gracias a la savia nueva del necesario relevo generacional.
Pese a tales retos el futuro es fascinante
Por todo ello, dadas
estas conclusiones, podemos afirmar que en la actualidad, ya en pleno
siglo XXI, el espíritu jacobeo está más vivo que nunca, y que las
Asociaciones de Amigos del Camino siguen y seguirán impulsando la
defensa a ultranza de la peregrinación tradicional y de sus valores
universales, tales como la amistad, el diálogo, el entendimiento mutuo,
la concordia y el ejercicio de la hospitalidad con el peregrino.
Deseamos
que este sea un primer paso para que Santiago de Compostela reafirme su
vocación de lugar de encuentro al final del Camino, y que estas
reuniones internacionales se sigan organizando cada cierto tiempo, bien
en un lugar significado del Camino o en su meta.
Pero tras estas conclusiones, el deán de la Catedral de Santiago, Segundo
Pérez, fue claro y conciso. "El Cabildo no contempla la posibilidad de
cambiar el número de kilómetros necesarios para obtener la acreditación
de peregrino, la Compostela. Seguirán siendo cien".
Así respondía ayer
el máximo responsable de la basílica compostelana a la propuesta que
planteaban las asociaciones de amigos del Camino en el
encuentro internacional que tuvo lugar en la ciudad, y en la que se
proponían aumentar a 300 los kilómetros que deberían hacer los
peregrinos, tanto los que hace la ruta a pie como los que la hacen en
bicicleta, para conseguir la Compostela al llegar a la meta final, la
Catedral.
Segundo Pérez confirmó que ya le realizaron la
petición y explicó que "no podemos cambiar de criterio de cualquier
manera. Están establecidos los cien kilómetros desde hace ya muchos años
y no hay un motivo de peso para cambiarlo. Además, es muy complicado
porque unos piden 300 kilómetros pero otros solicitan otras
distancias... así que el cabildo no contempla cambiarlo", comentó el
canónigo.
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