Ezequiel tendrá una calle peregrina
Ezequiel Parrado Sampedro dará nombre a una calle
en pleno Camino Francés. Para más señas, en Melide, donde nadie discute
que el pulpeiro fue, en vida, el mejor embajador turístico que tuvo la
localidad. Sin salir de ella, desde su local de hostelería en el centro
urbano, se quemó los dedos dando vianda a miles y miles de peregrinos
que, de regreso a casa, llevaron su nombre, que es el mismo que tiene el
local, el del plato estrella de la cocina gallega y el de Melide por el
mundo entero. También su mujer Mercedes se dejó la piel cortando pulpo.
Al igual que se la deja ahora su hija, que, hace ya unos cuantos años,
tomó el relevo al frente del negocio familiar. Pero Ezequiel fue el
primero. Además, ya no está. Pasó -o eso se dice- a mejor vida hace un
par de semanas. Tenía 83 años. Y ahora, a título póstumo, recibirá un
homenaje institucional «por ser o gran impulsor do turismo de Melide».
Lo afirma sin dudar el edil de Turismo, Santos
López, que, convencido de que el fundador en 1960 de la internacional
pulpería tiene más que merecido el reconocimiento, le puso la propuesta
encima de la mesa a Ánxeles Vázquez. La alcaldesa aceptó de buen grado
la iniciativa y no tardó en convocar una junta de portavoces para hacer
partícipes de la idea a los ediles del BNG y del PSdeG, los dos partidos
que comparten los bancos de la oposición municipal. En la reunión de
concejales, en la que se plantearon otras maneras de reconocer la figura
de Ezequiel como entregarle a la familia la Medalla de Oro del
Concello, poco se avanzó. Era de carácter informativo y se cerró sin el
acuerdo que el concejal de Turismo confía en que se alcance por
unanimidad en el próximo pleno ordinario.
No se celebrará hasta dentro de dos meses -a
principios de diciembre-, pero Santos López ya avanzó que la propuesta
final, que también vio con buenos ojos la directiva de Asetem, pasará
por bautizar con el nombre de Ezequiel Parrado un tramo del Camino
Francés. Defiende el munícipe que el pulpeiro es digno de tener una
calle o una avenida con su nombre como tienen en la localidad
exalcaldes, senadores o escritores, por poner un ejemplo. Y en la ruta
francesa, hay espacio para hacerle hueco a Ezequiel. Todavía no está
decidido el lugar exacto, pero el edil de Turismo señala uno con
predilección: pasada la aldea de Furelos, el tramo de acceso al casco
urbano donde el peregrino aún no pisa asfalto. Santos López se lo
imagina ya, con el tiempo, como un bonito paseo arbolado.
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