El albergue de Itero del Castillo abrió sus puertas
Podría parecer que en un momento como el actual en el que el paro supera los cuatro millones de personas, encontrar quien asuma el día a día de un albergue de peregrinos a estrenar situado en pleno Camino de Santiago debería ser sencillo. Pues no.
Tras años de peleas e inversión para construir una nueva dotación y cuando parecía que todo estaba listo, el Ayuntamiento de Itero del Castillo se encontró con una traba inesperada, la falta de interesados en gestionarla. Una situación que se solventó hace apenas una semana con la aparición de dos personas que han asumido la puesta en marcha, de forma que ya está a disposición de quienes recorren la Ruta Jacobea con sus 12 literas, su salón comunitario y su cocina.
Un nuevo servicio que alegra especialmente al alcalde, Salvador Martínez, que deseaba desde hace tiempo poder ofrecer a los caminantes un alojamiento digno. Y es que el regidor es consciente de que lo existente con anterioridad no lo era. «A lo que teníamos lo llamábamos albergue, pero no era ni albergue ni nada, y quiero pedir perdón a quienes han llegado a Itero y se encontraron con lo que no esperaban», señala.
Pero si de cara a los que llegan de fuera el albergue es prioritario, de cara a los habitantes de Itero tres son las prioridades. Por un lado acondicionar como biblioteca y sala cultural para reunión de los niños del municipio precisamente lo que hasta ahora era lugar de acogida de peregrinos.
Por otro, aclarar la situación de la atención médica en la localidad. Desde hace décadas, este municipio depende del médico de Frómista, en Palencia, y para cuestiones de urgencia de las cercanas Itero de la Vega y Melgar de Yuso, también palentinas. Sin embargo, hace unos meses la Junta de Castilla y León anunciaba una reestructuración de servicios por la que pasaba a depender de Melgar de Fernamental, algo que no ha gustado a los vecinos.
«No pretendo despreciar a los médicos de Melgar, pero llevamos más de 30 años funcionando como ahora y nos gustaría seguir así», confía el alcalde, que de momento no ha vuelto a tener novedades sobre este tema.
Asegura no entender las razones de este cambio, sobre todo teniendo en cuenta que la mayoría de los habitantes de Itero son mayores y denuncia que si optasen por seguir dependiendo de Frómista «casi tendríamos que pasar a ser palentinos», algo que tampoco desean.
El último asunto es de tan fácil solución que casi parece increíble que la Junta de Castilla y León aún no lo haya abordado. Desde hace mes y medio, el semáforo que regula el tráfico en puente de la localidad no funciona debido a algo tan simple como una bombilla fundida. «No sé si esperan a que haya un accidente», lamenta Martínez, que no termina de entender que un técnico de la Junta haya ido a verlo y no se haya cambiado la bombilla de inmediato.
A menos de un año para el final de la legislatura, y aún sin saber si se presentará para un tercer mandato, el alcalde -que se declara satisfecho con las mejoras que ha podido lograr en estos 8 años- sí tiene claro qué le gustaría dejar encauzado: la mejora de la red de saneamiento del municipio.
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