¿Por qué conmemoramos la muerte del Apóstol el 25 de Julio?
Durante muchos años, la conmemoración del Día del Apóstol fue motivo de controversia entre doctores y padres de la Iglesia. No se ponían de acuerdo sobre si debía celebrarse el día del martirio de Santiago, el día de su enterramiento en Compostela o en cualquier otra fecha. Alcanzado un acuerdo, la festividad por el rito Romano se fijó en el 25 de Julio. En el rito Hispano Mozárabe, Antiguo o Visigótico se conmemora a Santiago el 30 de diciembre, cuando tuvo lugar su traslado (Traslatio) hasta su enterramiento en el Monte Libredón.
Asi nos lo narra el Codex Calixtinus:
"El evangelista San
Lucas, en los Hechos de los Apóstoles, cuenta que el apóstol
San Pedro en los días de la Pascua fue encarcelado por
Herodes, cuando dice: "Eran, pues, los días de los ázimos,
etc." y que Santiago fue muerto antes de la Pascua por el
mismo Herodes, a saber, en tiempo del hambre que se predijo
por el profeta Agabo y que acaeció bajo el emperador romano
Claudio. Dice, pues así: "Por aquel tiempo puso el rey Herodes
sus manos en maltratar a algunos de la Iglesia; mató, pues,
por la espada a Santiago, hermano de Juan". Señala el tiempo
del martirio de Santiago e incluso los personajes de la época,
pero calla el día exacto. Y este día, aunque antes había sido
desconocido de todos durante mucho tiempo, sin embargo le fue
indicado a cierto fiel, conocido mío, en una visión
espiritual. En la noche de la vigilia de la Anunciación de
Santa María, le pareció que mientras Santiago era conducido a
un palacio para ser juzgado en el consejo de Herodes, se
produjo un gran altercado entre la plebe de los judíos y de
los gentiles, porque decían unos que el piadoso apóstol no
debía ser muerto, y otros afirmaban, por el contrario, que sí.
Finalmente, juzgado por Herodes en inicuo juicio, es conducido
por manos de los nefandos herodianos fuera de la ciudad, al
lugar del martirio, atado con sogas al cuello, y degollado.
Y enseguida un
personaje que parecía un prelado, llorándolo dolorosa y
dulcemente, habló así de él a la plebe en el palacio real,
diciendo: "Hacia la hora tercia fue juzgado y hacia la nona,
como Cristo, fue muerto. Es decir, en igual día y hora que el
Maestro, murió también el discípulo. Unos iban a sus negocios
o a sus quehaceres; él en cambio, iba a su digno trabajo; esto
es, a merecer la corona del martirio. Otros marchaban a comer
y a beber, él iba a recibir el indefectible alimento de la
vida eterna, que le había sido antes prometido por el Señor de
esta manera: "Ciertamente beberéis mi cáliz"".
Pero primero San
Jerónimo, en el martirologio que escribió para los santos
obispos Cromacio y Heliodoro, dice que su muerte ha de
celebrarse el día octavo de las calendas de agosto; después el
bienaventurado Papa Alejandro mandó celebrarla ese mismo día,
cuando estableció también la festividad de San Pedro ad Vincula
el día primero de agosto. Porque en este día ciertamente, como
se dice en las historias romanas, el mismo papa guardó las
cadenas de San Pedro, que mucho antes habían sido llevadas de
Jerusalén a Roma por la emperatriz Eudoxia, en la basílica del
propio santo, tras haberlas rociado con agua bendita y óleo
santo, y ordenó celebrar en honor de San Pedro y en sustitución
de ellas las solemnidades que, según su costumbre, celebraban
antes los gentiles en honor de César Augusto, porque el mismo
César había vencido en las calendas del mes sextil , es decir,
el 1º de agosto, a Antonio y Cleopatra mordida por el áspid.
Asimismo en tal día la hija de cierto príncipe romano llamado
Quirino, por consejo del referido Papa, que estaba encarcelado
por el mismo Quirinio, besó las cadenas de San Pedro y se curó
de la grave enfermedad que padecía; y el santo papa salió de la
cárcel, dándole satisfacciones el mismo Quirino. Finalmente,
Beda el Venerable, elocuente doctor de la Santa Iglesia,
corroboró que la muerte de Santiago debe celebrarse en dicho
día, al escribir y decir en su Martirologio:
Julio se alegra
llevando en las dos veces cuartas calendas a Santiago el hermano
de Juan con su fiesta obligada.
Así, pues, padeció
martirio el día 25 de marzo, el 25 de julio fue llevado desde
Iria a Compostela y fue sepultado el 30 de diciembre. Porque la
obra de su sepulcro duró desde el mes de agosto hasta el de
diciembre.
Con razón, pues,
la Santa Iglesia acostumbró a celebrar en los citados días las
solemnidades de la muerte de Santiago y de San Pedro ad Vincula,
pues si celebrase estas fiestas alrededor de Pascua, los
establecidos oficios pascuales o cuaresmales del día que
coincidieran aquellas solemnidades, se abandonarían sin razón.
Muchas veces la Anunciación de la bienaventurada Virgen María,
que debe celebrarse el día veinticinco de marzo, cayó entre el
Domingo de Ramos y Pascua o en la semana de Resurrección y no
pudo en modo alguno celebrarse del todo."
Buen Camino.
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