Jose y Bruno son dos amigos que se han conocido en el Camino: “Cuatro años caminando y seguiremos haciéndolo”
+Jose y Bruno se reencuentran cada año en la misma esquinita de la Quintana.
La historia de Jose y Bruno es la
de dos caminantes que por vicisitudes de la vida caminan y caminan y
siempre se vuelven a ver en el Obradoiro. "Uf, llevamos cuatro años
andando y nos encontramos siempre en Santiago", reconocen al unísono.
Los motivos que llevaron a Jose, granadino de
nacimiento, a partir fueron el repetir el Camino que ya antes hiciera su
madre, la cual había partido de Roma y muerto en Portugal, así que la
primera vez salió desde el país luso para no dejar ya el Camino,
acompañado de su perro Peregrino, una mezcla de zorro de la selva
boliviana y de dingo australiano. Por su parte, la razón que llevó al
uruguayo Bruno a peregrinar desde Alemania fue el de una separación, y
"vamos y venimos y siempre nos encontramos aquí", comentan los dos en
esa esquina de la Quintana en la que se encuentran cada vez que vienen.
Jose, el más hablador de los dos, dice que "el Camino se hace por muchas
razones: unos por experimento, otros por promesa", pero "te encuentras a
gente muy interesante e incluso poderosa que , tras la ruta, cambia sus
pareceres con respecto a la vida y la existencia". Al llegar a
Santiago, y tras estos cuatro años de andanzas, los dos afirman con una
sonrisa en la boca que "vamos a seguir caminando mientras podamos". Para
Jose ya son 48.000 quilómetros los recorridos por el mundo, pasando por
Turquía, Roma o Jerusalén, pero confluyendo en el Apóstol. "Esa idea de
que todos los caminos llevan a Roma ya está caduca, ahora dan en
Santiago", bromea.
Bruno habla de que el Camino es uno solo y sirve para
integrarse con la gente, "es algo cultural". Sobre ese conocimiento de
personas maravillosas, Jose fue recogiendo diversas anécdotas a lo largo
de estos años. En un comienzo portaba con él una cámara y un móvil pero
un día decidió prender la hoguera para deshacerse de lo insustancial y
centrarse en las personas que iba encontrando a su paso. A quien
recuerda con más cariño este granadino es a una señora de 127 años, que
vive en una cueva del ayuntamiento lucense de A Fonsagrada y a la que
siempre visita cuando entra en Galicia. De hecho, hace tan sólo cuatro
meses la anciana le regaló un colgante con un ‘Ojo de Dios’, una especie
de amuleto sagrado para observar la vida desde otra óptica. Otra
experiencia que le viene a la mente es la de una niña que encontró en un
pueblo de Castilla y que le señaló la dirección de Santiago, además de
obsequiarlo con un conejito porque "este animal veía por la noche y era
para que no me perdiese". Cuatro años dan para mucho y Jose reconoce que
adora a las señoras gallegas a las que ayuda siempre que viene a
"ordeñar las vacas y diversas labores del campo".
Estos dos amigos hablan de la vida simple y de la
inexistenciadel azar. "Nos encontramos a través del pensamiento, ya que
lo que deseamos mucho se cumple", relataJose, que mira con amor hacia su
perrito, gracias al cual ha conseguido seguir el trote. Después de
pasar la semana en Santiago, la próxima parada de estos dos amigos será
el Festival de Ortigueira y de ahí partirán de nuevo por el mundo para
regresar a Compostela. Jose tiene ganas de hacer la Ruta de la Plata
pasando por el valle del Jerte (Extremadura) y por ahí seguirá.
Los amigos reconocen que la experiencia los ha
ayudado como personas y, tras señalar la Ruta de Covadonga como la más
bonita, siguen recordando que "sin planearlo, siempre nos reencontramos
aquí". Y hablan de Santiago como el punto de inicio de su amistad, y más
en concreto, de esa esquina de la Quintana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario