El orujo, licor del peregrino
Villafranca.- El licor de orujo ha sido una bebida tradicionalmente asociada a los peregrinos a Santiago. Sus efectos sobre el caminante son de arrojo y valentía, haciendo el camino más ligero y menos penoso.
Su origen es incierto y parece ser que fue introducido en la península a través del Camino de Santiago desde Centroeuropa. Según algunos, en los siglos XI y XII, coincidiendo con la construcción de la catedral de Santiago, ya era parte esencial en la elaboración de la queimada gallega.
Lo cierto es que el consumo de orujo pronto fue común entre canteros, señores, labriegos, marineros y peregrinos, debido a su fácil destilación y a su económico coste.
El aguardiente de orujo se obtiene a partir de la fermentación y destilación de los orujos de uva, es decir, las partes sólidas de la vendimia que no tienen aprovechamiento en la previa elaboración del vino.
Hoy día hay una gran variedad de orujos, mejor elaborados que antaño y de mayor calidad. Los más conocidos son el orujo blanco o seco (transparente), el orujo de hierbas, el orujo de miel y el orujo de café, conseguidos estos mediante la maceración de tales ingredientes en orujo blanco.
Debe servirse en copa de cristal o vidrio, a una temperatura adecuada: el joven a 13º C y el envejecido en madera algo superior, siendo desaconsejable superarlos 17-18º C.
Hasta no hace mucho tiempo, era normal tomar una copita de orujo por la mañana temprano para matar el "gusanillo" y coger fuerza durante toda la jornada.
Dicen que el orujo: "en el calor, refresca, y en el frío, calienta, mata tristezas y mejora la voz". Posee otras virtudes terapéuticas conocidas desde antiguo en medicina popular.
Existen muchas recetas de aguardentoterapia: se recomienda contra dolores de cabeza, aplicando en compresas; contra la gripe y el catarro, quemado con una hoja de laurel y azúcar, y también en vahos; se usa en friegas contra enfriamientos, torceduras y reuma; es eficacísimo contra el dolor de muelas. También se utilizaba para lavados vaginales, lógicamente rebajado.
En veterinaria se friegan las ubres de las vacas con aguardiente, cuando no dan leche. También se utilizaba para dar friegas en el pescuezo de los bueyes para que tiraran mejor del carro o del arado.
El peregrino a Santiago puede encontrar en el orujo un eficaz aliado contra el desánimo, las incidencias del tiempo y los padecimientos físicos, por lo que no estaría fuera de lugar introducir en la mochila un frasquito de orujo como remedio o antídoto de posibles dificultades.
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