El arzobispo de Santiago rechaza la prolongación del Año Santo
Santiago.- Al final parece que la lógica se ha impuesto y la idea más descabellada que ha surgido de las filas de los mercaderes que rigen el Xacobeo se va a quedar en eso, en intención.
Como parece que los ingresos por turismo van viento en popa, a los “genios” de la Xunta gallega no se les había ocurrido nada mejor que pedir que se prolongase el actual, una circunstancia que es poco común, aunque haya algún caso histórico.
El globo sonda lo había dejado caer en Madrid nada menos que Alfonso Rueda, el consejero de Presidencia, es decir la mano derecha de Alberto Núñez Feijoo. Luego, con el terreno abonado, sería el propio presidente el que se despachase con la idea de marras.
La conmoción cundió por las filas del universo jacobeo. Una idea así sólo podía venir de gentes de mentalidad de comerciante, ajenas al espíritu de los peregrinos, del Camino de Santiago y hasta de lo que representa un Año Jubilar.
Pero esta vez la Iglesia no se ha plegado a los intereses crematísticos del poder político, únicamente interesado en los ingresos económicos, en vez de en la auténtica defensa del Camino.
Monseñor Julián Barrio ha sido claro: “"El Año Santo es uno (cuando el 25 de julio cae en domingo) y tiene por objetivo aspectos religiosos", ha sentenciado el prelado. Pese a todo, el máximo responsable del Arzobispado de Santiago se felicita, de que la cita jubilar "sea un éxito a todos los niveles", no solo en el espiritual, sino también en el turístico y el económico.
Respetando las normas de la Iglesia a pies juntillas, resultaría a todas luces imposible -a juicio de monseñor Barrio- mantener abierta la Puerta Santa durante 2011. Aunque existen precedentes, con carácter verdaderamente excepcional.
La última vez que la Santa Sede se saltó su propio protocolo fue después de la Guerra Civil. A diferencia de la actual coyuntura económica, el de 1939 era un caso excepcional con suficiente peso. Entonces el Vaticano optó por prolongar el Año Santo a fin de que los fieles que habían participado en el conflicto tuviesen la oportunidad de ganar el jubileo.
José Fernández Lago, portavoz del Cabildo, explicaba que "en 1939 se amplió el Año Santo para que los fieles pudiesen ganar el Jubileo, lo que les fue imposible hacer durante la guerra". Pío XII, accedió "porque la religiosidad era muy intensa en aquel momento", señala.
Ahora, sin embargo, "no hay una razón clara, salvo la de aprovecharse de la circunstancia del centenario de la consagración de la Catedral", dice. "Este Año Santo ya ha sido muy intenso, y todos los fieles que han querido han podido acercarse a Santiago", añade.
Así que "aunque nos gustaría que continuara, desde el punto de vista espiritual, no estaría requerido", indica. Finalmente, Lago recuerda que también en el siglo XIX, con el Papa León XIII se prolongó el Año Santo. En 1878, el arzobispo de Santiago Miguel Payá y Rico ordenó buscar las reliquias del Apóstol Santiago, escondidas tres siglos antes por temor a la invasión inglesa de Francis Drake. Se encontraron el 28 de enero de 1879, y León XIII "las declaró auténticas por la bula Deus Omnipotens el 2 de noviembre de 1884".
Pero los políticos se habían hecho otras consideraciones mucho más pedrestres. El objeto de la propuesta no era otro que "conseguir posponer los efectos económicos" del Xacobeo. Esta sería una de las "líneas estratégicas" de la Xunta para incrementar el PIB gallego y afrontar el recorte del 12% que se va a producir en los presupuestos autonómicos. "Hay que invertir en turismo, en cultura y en volver a hacer de Galicia una tierra de acogida", decía Feijoo.
Además, el presupuesto para sufragar la visita del Papa sigue en el eje de la polémica. "Nadie puede hablar a día de hoy del gasto exacto", aseguró ayer en el Parlamento el director general de Relaciones Institucionales, Roberto Castro. Después del 6-N se podrá concretar el desembolso y si ha generado "retornos" a la economía a través de un informe "independiente".
La previsión del Gobierno autonómico es que el viaje se autofinancie y genere excedentes. "Hay que recordar que Benedicto XVI es jefe de Estado y líder de la Iglesia Católica, por lo que su mensaje y las imágenes llegarán a 150 millones de espectadores repartidos por el mundo", subrayó.
Por lo pronto, el gobierno gallego ya ha empezado a plegar velas. El propio Alfonso Rueda, ha insistido en que la decisión de ampliar el Xacobeo es "eclesiástica" y ha precisado que la "competencia" de la Administración autonómica es aprovechar sus efectos.Pero ha añadido que a partir del 1 de enero, el Ejecutivo gallego tendrá que seguir trabajando para que los efectos del Xacobeo "tengan el máximo rendimiento posible" y también para que "se prolonguen", ha añadido al referirse a iniciativas que promocionen Galicia.
Santiago.- Al final parece que la lógica se ha impuesto y la idea más descabellada que ha surgido de las filas de los mercaderes que rigen el Xacobeo se va a quedar en eso, en intención.
Como parece que los ingresos por turismo van viento en popa, a los “genios” de la Xunta gallega no se les había ocurrido nada mejor que pedir que se prolongase el actual, una circunstancia que es poco común, aunque haya algún caso histórico.
El globo sonda lo había dejado caer en Madrid nada menos que Alfonso Rueda, el consejero de Presidencia, es decir la mano derecha de Alberto Núñez Feijoo. Luego, con el terreno abonado, sería el propio presidente el que se despachase con la idea de marras.
La conmoción cundió por las filas del universo jacobeo. Una idea así sólo podía venir de gentes de mentalidad de comerciante, ajenas al espíritu de los peregrinos, del Camino de Santiago y hasta de lo que representa un Año Jubilar.
Pero esta vez la Iglesia no se ha plegado a los intereses crematísticos del poder político, únicamente interesado en los ingresos económicos, en vez de en la auténtica defensa del Camino.
Monseñor Julián Barrio ha sido claro: “"El Año Santo es uno (cuando el 25 de julio cae en domingo) y tiene por objetivo aspectos religiosos", ha sentenciado el prelado. Pese a todo, el máximo responsable del Arzobispado de Santiago se felicita, de que la cita jubilar "sea un éxito a todos los niveles", no solo en el espiritual, sino también en el turístico y el económico.
Respetando las normas de la Iglesia a pies juntillas, resultaría a todas luces imposible -a juicio de monseñor Barrio- mantener abierta la Puerta Santa durante 2011. Aunque existen precedentes, con carácter verdaderamente excepcional.
La última vez que la Santa Sede se saltó su propio protocolo fue después de la Guerra Civil. A diferencia de la actual coyuntura económica, el de 1939 era un caso excepcional con suficiente peso. Entonces el Vaticano optó por prolongar el Año Santo a fin de que los fieles que habían participado en el conflicto tuviesen la oportunidad de ganar el jubileo.
José Fernández Lago, portavoz del Cabildo, explicaba que "en 1939 se amplió el Año Santo para que los fieles pudiesen ganar el Jubileo, lo que les fue imposible hacer durante la guerra". Pío XII, accedió "porque la religiosidad era muy intensa en aquel momento", señala.
Ahora, sin embargo, "no hay una razón clara, salvo la de aprovecharse de la circunstancia del centenario de la consagración de la Catedral", dice. "Este Año Santo ya ha sido muy intenso, y todos los fieles que han querido han podido acercarse a Santiago", añade.
Así que "aunque nos gustaría que continuara, desde el punto de vista espiritual, no estaría requerido", indica. Finalmente, Lago recuerda que también en el siglo XIX, con el Papa León XIII se prolongó el Año Santo. En 1878, el arzobispo de Santiago Miguel Payá y Rico ordenó buscar las reliquias del Apóstol Santiago, escondidas tres siglos antes por temor a la invasión inglesa de Francis Drake. Se encontraron el 28 de enero de 1879, y León XIII "las declaró auténticas por la bula Deus Omnipotens el 2 de noviembre de 1884".
Pero los políticos se habían hecho otras consideraciones mucho más pedrestres. El objeto de la propuesta no era otro que "conseguir posponer los efectos económicos" del Xacobeo. Esta sería una de las "líneas estratégicas" de la Xunta para incrementar el PIB gallego y afrontar el recorte del 12% que se va a producir en los presupuestos autonómicos. "Hay que invertir en turismo, en cultura y en volver a hacer de Galicia una tierra de acogida", decía Feijoo.
Además, el presupuesto para sufragar la visita del Papa sigue en el eje de la polémica. "Nadie puede hablar a día de hoy del gasto exacto", aseguró ayer en el Parlamento el director general de Relaciones Institucionales, Roberto Castro. Después del 6-N se podrá concretar el desembolso y si ha generado "retornos" a la economía a través de un informe "independiente".
La previsión del Gobierno autonómico es que el viaje se autofinancie y genere excedentes. "Hay que recordar que Benedicto XVI es jefe de Estado y líder de la Iglesia Católica, por lo que su mensaje y las imágenes llegarán a 150 millones de espectadores repartidos por el mundo", subrayó.
Por lo pronto, el gobierno gallego ya ha empezado a plegar velas. El propio Alfonso Rueda, ha insistido en que la decisión de ampliar el Xacobeo es "eclesiástica" y ha precisado que la "competencia" de la Administración autonómica es aprovechar sus efectos.Pero ha añadido que a partir del 1 de enero, el Ejecutivo gallego tendrá que seguir trabajando para que los efectos del Xacobeo "tengan el máximo rendimiento posible" y también para que "se prolonguen", ha añadido al referirse a iniciativas que promocionen Galicia.
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