jueves, 24 de febrero de 2011

Asociaciones Jacobeas


Los amigos del Camino burgaleses llevarán a los tribunales a su primer presidente


Burgos.- La polémica tiene su origen en la asamblea en la se eligió al actual presidente hace dos años y culminó con un artículo en el que se ponía en duda la transparencia de las cuentas.
«Existen -y me duele tener que decirlo- sospechas de una malversación de fondos en la asociación, que se arrastran demasiados años, incapacitada, por ello, a presentar cuentas aceptables hasta de las subvenciones que ha recibido». Semejante acusación, formulada hace justo una semana por Pablo Arribas Briones en un artículo publicado en prensa, ha provocado un terremoto en el seno de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago.
El que fuera su primer presidente, miembro del grupo fundador del colectivo en 1987, encendía la mecha apuntando en el escrito a una falta de transparencia económica que ha provocado la reacción de la actual Junta Directiva, presidida por Jesús Aguirre, que precisamente continúa en el cargo al haber sido reelegido por abrumadora mayoría en una asamblea celebrada el 27 de enero y de la que parte la polémica aireada por Arribas Briones.
En un duro comunicado, la junta directiva de la asociación califica de libelo el artículo del que fuera primer presidente de la entidad, niega que haya ningún tipo de irregularidades ni malversación de fondos y le acusa de intentar destruir «con mentiras» al colectivo jacobeo burgalés. Asimismo, se asegura que en la última asamblea Arribas Briones fue invitado por el presidente y la tesorera «a revisar detenidamente las cuentas y todos los documentos que él demandara», cosa que no hizo.
En este sentido, la directiva de la asociación burgalesa ha decidido «querellarse contra estos infundios y contra su autor, Pablo Arribas Briones, y no dar más pábulo a este tipo de trifulcas innecesarias y barriobajeras, que se publican por no sabemos qué intereses espurios».
El enfrentamiento abierto entre la que en el propio seno de la asociación se conoce como «la vieja guardia» y las personas que ahora la dirigen ha explotado a ojos de toda la ciudad después de dos años de tensiones internas que tienen su origen en la tristemente recordada asamblea de febrero del año 2009.
Ese día fue nombrado presidente Aguirre en el transcurso de una reunión salpicada de abucheos, aplausos, llamadas al orden y amenazas de avisar a la Policía. En teoría tendrían que haberse enfrentado dos candidaturas, la del propio Aguirre y la de Eduardo Francés (ex concejal del PP, ex presidente de Caja de Burgos y propietario de un negocio hostelero en Castrojeriz), pero este último decidió retirar su lista por considerar que no existían «garantías jurídicas» para la concurrencia electoral.
Francés contaba entre sus partidarios con Arribas Briones, que pocos días después escribió una primera carta crítica y entonces terminó de evidenciarse públicamente una ruptura entre distintas corrientes que llevaron al presidente saliente, Gregorio Martínez, a afirmar que se marchaba cansado «no del Camino sino de las personas, algunas de las cuales han realizado juegos malabares de egocentrismo».
Los problemas han seguido fuera del ámbito de la opinión pública pero casi sin descanso. Eduardo Francés llevó a los tribunales a la asociación y una sentencia del Juzgado de Primera Instancia, notificada a principios de abril de 2010, absolvió de todas las pretensiones a la parte demandada. La directiva nunca ha querido airear aquella decisión argumentando que lo mejor era no seguir haciendo ruido, pero el fallo judicial fue publicado en la revista Hito, órgano oficial de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago, en una sección llamativamente titulada Sofocos jacobeos.
Francés se ha dado de baja posteriormente en la asociación, pero su ausencia no ha bastado para apaciguar los ánimos a la vista de este último y llamativo episodio de enfrentamiento. Fuentes de la actual junta directiva, que subrayan su interés en no avivar la polémica y que se remiten a la nota pública, sostienen que las críticas provienen de personas «con el único ánimo de hacer daño a la Asociación» y aseguran que las cuentas están a disposición de los socios y fueron explicadas a través de una presentación en la propia asamblea.
Sin embargo Arribas Briones, en su artículo, recordaba que desde el mes de mayo, coincidiendo con el pasado Año Santo, los peregrinos que se alojan en el albergue del Cubo, que gestiona la propia asociación, deben pagar 4 euros en lugar de los 3 que se venían cobrando como donativo hasta ahora, cuestionaba el destino de esos ingresos extras («hablaba de «oscurantismo en el manejo de los cuantiosos fondos de la asociación sin ánimo de lucro») y afirmaba que «la misión principal de un hospitalero ha pasado a ser la de recaudador».
 Junto a la puesta en duda de la economía de la asociación, el ex presidente se refería también a una modificación de los estatutos que permitirá duplicar la duración de la permanencia en el cargo de las juntas directivas (pasarían de 2 a 4 años). Este cambio estatutario entraría en vigor a partir de la próxima elección, por tanto dentro de dos años.
Nadie, ni siquiera los propios Amigos del Camino, sabe cómo acabará esta peligrosa espiral de luchas internas. Por el momento la imagen de un colectivo cuyos objetivos deberían ser en teoría «la conservación, defensa y promoción» de la ruta jacobea ha quedado seriamente dañada y tardará tiempo en recuperarse.

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