Muxía.- El santuario de la Virgen de la Barca es una de los templos más visitados de la Costa da Morte, una ermita clave en la cultura religiosa gallega que, con el paso de los años y la cercanía del mar, se ha ido deteriorando. Ahora volverá a lucir como hace siglos, gracias a una intervención mediante la cual se eliminarán las humedades existentes y se corregirán problemas constructivos.
El rejuvenecimiento del templo costará casi medio millón de euros, cantidad que aportará, íntegramente, el Ministerio de Cultura. A la inversión se llegó, según el alcalde, Félix Porto gracias a la intermediación, en su día, de Antón Castro, entonces secretario de Patrimonio del Estado.
Las obras arrancarán, explicó el alcalde, cuando la climatología lo permita. Las llevará a cabo una empresa especializada de Castellón bajo la dirección de obra del arquitecto José Ramón Estévez y Javier Martínez, autores del proyecto.
Las actuaciones consisten en eliminar todo el encintado exterior de hormigón de la piedra, que será sustituido por uno de mortero de cal. El actual impide la transpiración y daña la piedra. El de cal eliminará ese problema. Además, cambiarán todas las carpinterías y quitará, en el interior, el suelo de terrazo, sustituyéndolo por uno de piedra. Construirán un forjado sanitario para aislar el edificio de la humedad del suelo. Explica Estévez que también se actuará en la espadaña para consolidarla y que se sustituirán todos los morteros de cementos existentes, que serán sustituidos por otros de cal.
Lo que todavía no tiene fecha para su finalización es la obra de recuperación de la casa rectoral. Hace aproximadamente un año se invirtieron allí unos 200.000 euros para salvar su estructura, afectada por los daños del Klaus. El Ayuntamiento quiere restaurar completamente el inmueble y destinarlo a museo de los naufragios, dejando una parte para uso de la Iglesia.
Hace un año, recuerda el regidor, se pusieron en contacto con el Arzobispado para explicarles el plan, pero hasta el momento no han obtenido una respuesta, por lo que no podrán hacerse unos trabajos cuya financiación podría buscarse, dice Porto, en los fondos de los GAC.
Ya hay solución para el templo de la Barca, pero en Muxía una de las joyas del románico de la comarca sigue esperando su turno. El templo de Moraime necesita una actuación urgente, no tanto por el edificio, explica Félix Porto, sino por su contenido. La iglesia es una de las pocas que conserva restos de policromía original, pinturas murales que llevan años deteriorándose. Porto explicó que hace unos seis meses se expuso a Patrimonio el problema. Entonces se les dijo que la Xunta enviaría un equipo de técnicos para estudiar posibles medidas. El alcalde explica que los técnicos no han aparecido y que Moraime sigue esperando su turno.
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