John Colley: Peregrinar y ayudar a niños necesitados
Valladolid.- Lleva año y medio recorriendo las rutas jacobeas menos conocidas y de paso ayudando a niños necesitados. A sus 43 años, John Colley, harto de trabajar doce horas diarias, decidió cambiar de vida, salió de Londres y llegó a España.
Unos amigos de lo ajeno han alterado sus planes. Está en Valladolid contra lo previsto y explica así lo sucedido: “Estaré aquí una semana. Me robaron el pasaporte en Barcelona y voy hacia Madrid a que me lo hagan otra vez”.
También dice que “es importante tener tiempo para compartir con la familia y mis amigos».
John era publicista y ahora vive de los donativos de quienes le ven pintar la plaza o el centro de las poblaciones por donde pasa.
“A veces hasta me los compran por 40 euros, como en Pamplona que me encargaron diez”, asegura.
Otros dibujos los guardará y la empresa para la que trabajaba hará una exposición en Barcelona este verano.
“Se han comprometido a donar a asociaciones de niños desfavorecidos 10.000 euros. A cambio utilizarán mis dibujos y mi historia para hacerse publicidad positiva”, dice John chapurreando español.
“¿Qué hasta cuándo voy a estar en España? Para siempre (for ever)”, dice más que convencido.
Y añade que “en septiembre, que es cuando quiero concluir mi aventura, elegiré una ciudad para vivir. De momento me gustan Granada, Santiago, Salamanca... quiero seguir conociendo”.
Lo que si tiene claro es que, tan pronto tenga nuevo pasaporte, reemprenderá su marcha por el Camino de Santiago.
Pero no por el Camino Francés, “que es por la que va todo el mundo”, insiste.
Valladolid.- Lleva año y medio recorriendo las rutas jacobeas menos conocidas y de paso ayudando a niños necesitados. A sus 43 años, John Colley, harto de trabajar doce horas diarias, decidió cambiar de vida, salió de Londres y llegó a España.
Unos amigos de lo ajeno han alterado sus planes. Está en Valladolid contra lo previsto y explica así lo sucedido: “Estaré aquí una semana. Me robaron el pasaporte en Barcelona y voy hacia Madrid a que me lo hagan otra vez”.
También dice que “es importante tener tiempo para compartir con la familia y mis amigos».
John era publicista y ahora vive de los donativos de quienes le ven pintar la plaza o el centro de las poblaciones por donde pasa.
“A veces hasta me los compran por 40 euros, como en Pamplona que me encargaron diez”, asegura.
Otros dibujos los guardará y la empresa para la que trabajaba hará una exposición en Barcelona este verano.
“Se han comprometido a donar a asociaciones de niños desfavorecidos 10.000 euros. A cambio utilizarán mis dibujos y mi historia para hacerse publicidad positiva”, dice John chapurreando español.
“¿Qué hasta cuándo voy a estar en España? Para siempre (for ever)”, dice más que convencido.
Y añade que “en septiembre, que es cuando quiero concluir mi aventura, elegiré una ciudad para vivir. De momento me gustan Granada, Santiago, Salamanca... quiero seguir conociendo”.
Lo que si tiene claro es que, tan pronto tenga nuevo pasaporte, reemprenderá su marcha por el Camino de Santiago.
Pero no por el Camino Francés, “que es por la que va todo el mundo”, insiste.
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