La canícula llega al Camino de Santiago
Si caminar a pleno sol con una temperatura oficial por encima de los 28 grados es duro, ya no digamos con temperaturas por encima de los 35 grados. Con este calor no queda otra opción que modificar algunos hábitos, para conseguir lo que los peregrinos mejor hacemos: Adaptarnos a las circunstancias, sean cuales sean.
Lo más importante es evitar la deshidratación, que puede provocar el conocido como “golpe de calor por esfuerzo”, de consecuencias extremadamente graves. El golpe de calor se produce por un colapso del mecanismo corporal que regula la temperatura.
Los consejos, de sentido común para la mayoría, son:
- No te fíes de la sensación de sed; bebe agua cada 15-20 minutos mientras caminas.
- Camina durante las primera o últimas horas del día; evita las horas de máximo calor.
- Haz etapas cortas según tu propio baremo.
- Descansa regularmente en lugares con sombra y frescos.
- Lleva un sombrero o gorra que te proteja toda la cabeza del sol. Y no olvides ponerte crema solar.
- Evita las bebidas alcohólicas; tienen un efecto diurético, deshidratan y aumentan la temperatura corporal.
- Además de agua, toma zumos, infusiones o refrescos… y come sopas u otras comidas con alto contenido de líquidos.
- Evita las comidas copiosas; si se da el caso, descansa al menos dos horas.
Los síntomas de la deshidratación son:
- Mareos.
- Fatiga.
- Dolor de cabeza.
- Fiebre.
- Sed intensa.
- Aturdimiento.
- Pérdida de conocimiento.
En caso de que aparezca alguno de estos síntomas, la persona debe descansar en una zona con sombra, beber agua y no debe quedarse sola.
Recordad: Nuestro querido cuerpo se compone de agua en un 70% aproximadamente.
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