martes, 17 de abril de 2012

Camino de Papel


La Universidad de Granada publica un libro sobre historia y leyenda del Camino


La Editorial Universidad de Granada (eug) publica un libro del profesor Jesús J. Nebreda sobre historia y leyenda del Camino de Santiago en el que el autor relaciona dos extremos del mundo, y dos reyes, Alfonso II el Casto de Oviedo y el sultán Mehmet II de Estambul, como estandartes de las peregrinaciones: el mausoleo del Sultán Eyüp, el portaestandarte de Mahoma, santuario que hace de Estambul uno de los lugares de peregrinación más preciados del Islam, y el sepulcro del Apóstol Santiago, en Occidente.
Dice el autor que, “en momentos de precario triunfo de sus respectivas monarquías y reinados, con la proyección legendaria y religiosa de sus posiciones, Alfonso II fomenta las peregrinaciones al sepulcro del Apóstol Santiago y Mehmet II da con la tumba del portaestandarte de Mahoma y hace levantar un santuario que se convierte en centro de peregrinaciones”.
En 1453 Mehmet Fatih descubrió la tumba de Eyüp y mandó construir un complejo compuesto de una mezquita, un mausoleo para conservar los restos mortales del santo, una escuela coránica, un baño turco (hammam), un comedor de pobres, un albergue y un mercado cubierto. El nombre Eyüp proviene de Abu Ayyub al-Ansari, compañero y adalid del profeta Mahoma. Llegó a Constantinopla con el ejército árabe durante el primer intento de conquista musulmana de la ciudad, donde murió y fue enterrado. Siete siglos más tarde, durante la conquista de Constantinopla, la tumba fue descubierta por el jeque de Mehmet II. Una vez conquistada la ciudad, el sultán Mehmet ordenó la construcción de una tumba (türbe) en el lugar donde descansaban los restos de Abu Ayyub y una mezquita en su honor. Se trata de la primera gran mezquita que se construyó en Estambul, y estaba rodeada de las tradicionales fuentes y la escuela. Desde este momento, Eyüp se convirtió en una especie de lugar sagrado. La mezquita contenía una piedra en la que se decía que allí estaba la huella de Mahoma.
En Occidente, por otra parte, hacia el año 813, un ermitaño llamado Payo comunicó a Teodomiro, obispo de Iria Flavia, que en el bosque de su diócesis llamado Libredón se veían unas luces extrañas. El obispo indicó después al rey Alfonso II el Casto que buscando el origen de las luces halló un sepulcro del que no dudaba que era el del apóstol Santiago.
La estructura narrativa de este volumen se basa en cuatro personajes: los cuatro yoes o encarnaciones del narrador que corresponden a las cuatro veces en que el autor ha hecho el Camino. Los cuatro yoes conversan entre ellos sobre las distintas modulaciones de su experiencia, asumiendo cada uno una de las cuatro perspectivas o miradas.
La primera mirada pretende reflejar la experiencia de un peregrino o caminante cultural que ha recorrido el llamado camino francés varias veces, al igual que el tramo llamado camino aragonés, así como el camino portugués.
La segunda perspectiva es la mirada de un pretendido antropólogo aficionado a la historia, que busca las leyendas y los lugares a ellas asignados así como las diversas capas significativas tanto culturales como religiosas o esotéricas y la comparación de la experiencia actual con las narraciones del Codex Calixtinus.
La tercera recoge las reflexiones de un supuesto filósofo acerca de los avatares del Camino, de las sugerencias que la ruta va ofreciendo, las interpretaciones racionales de algunos aspectos extraños y la exposición de los tesoros históricos y artísticos de los diversos pueblos y ciudades a su paso.
La cuarta mirada expresa, finalmente, la contemplación de un escritor un tanto aficionado a la sociología que dialoga y reflexiona sobre las ocurrencias de la ruta y los lugares que visita.
Jesús J. Nebreda construye, así, un relato ameno y variado en el que se van desgranando las diferentes facetas de un camino secular que fue crucial para la conformación medieval de Europa.

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