lunes, 23 de abril de 2012

Camino de Papel


 El Codex Calixtinus – La primera Guía del Camino

Santiago.- El Codex Calixtinus o Códice Calixtino, tan nombrado desde su sustracción, en verano pasado, es un manuscrito iluminado de mediados del siglo XII conservado hasta el robo en la Catedral de Santiago de Compostela.
Consta de varios libros (concretamente 5 y dos apendices). El más interesante, desde el punto de vista del peregrino es el quinto, Iter pro peregrinis ad Compostellam, que constituye una especie de guía para los peregrinos que seguían el Camino de Santiago en su viaje a Santiago de Compostela, con consejos, descripciones de la ruta y de las obras de arte así como de las costumbres locales de las gentes que vivían a lo largo del Camino. También contiene sermones, milagros y textos litúrgicos relacionados con el Apóstol Santiago.
Aunque a veces se denomina al Codex Calixtinus como Liber Sancti Iacobi, conviene distinguir entre ambos conceptos. El Liber Sancti Iacobi representa el contenido del libro, del cual se gestaron varios manuscritos, el más notable de los cuales es el Codex Calixtinus custodiado en la catedral de Santiago de Compostela.
La compilación que conocemos como Liber Sancti Iacobi fue redactada en diversas épocas y de forma independiente y podría estar ya configurada hacia el año 1140.
Códice Calixtino
Una de las hojas del Códice Calixtino en la que aparece el Apóstol Santiago
Como ya se ha comentado el Codex Calixtinus consta de cinco libros y dos apéndices, con un total de 225 folios de pergamino escritos en las dos caras, con un tamaño de 295 x 214 mm. Salvo excepciones, el texto es siempre a una columna, con 34 líneas por página.
Una supuesta Carta del papa Calixto II constituye el comienzo del códice, ocupando sus dos primeros folios. El autor dice ser el papa Calixto II y relata cómo recogió numerosos testimonios de milagros realizados por el apóstol Santiago “recorriendo las crueles tierras y provincias durante 14 años”. También explica cómo el manuscrito sobrevivió a todos los peligros posibles, desde incendios a inundaciones. La carta va dirigida a “la muy santa asamblea de la basílica de Cluny” y a “Diego Gelmírez, arzobispo de Compostela”. Se cree que los copistas incluyeron esta carta al comienzo del manuscrito para dar más importancia a su trabajo, quedando la intervención directa del papa, quién ya había muerto en 1124, completamente descartada.
El Codex Calixtinus fue copiado por al menos cuatro manos, dos de ellas muy similares. Al autor principal se le conoce con el nombre de Scriptor I.
El manuscrito original constaba de 27 cuadernos: el primero era un quinión y el resto eran cuaterniones. Ya en época antigua se produjeron cambios en algunos cuadernos que alteraron la estructura del códice. Después, hacia el siglo XV se perdió el folio 220, que originariamente iría en blanco y pertenecería al último cuaderno. También debió perderse un folio, así mismo en blanco, que antecedía al actual folio 1. De ser esto cierto, el manuscrito llevaba, como era usual, el primer y el último folio en blanco sirviendo como guardas.
A esta estructura primitiva del códice se añadió, posiblemente en la encuadernación realizada a finales del siglo XII, un segundo apéndice (Apéndice II).
El libro IV fue separado del manuscrito en 1609, lo que suposo estropear los cuadernos 20, 21 y 24, siendo ambos volúmenes encuadernados por separado por Alonso Rodríguez León. Finalmente, el libro IV fue agregado de nuevo al manuscrito durante la restauración de 1966, lo que exigió varios arreglos al ser reencuadernado el códice. En la misma restauración se recortaron las hojas que eran más grandes y sobresalían del resto.
Las anotaciones marginales que los canónigos de Compostela dejaron en el manuscrito, demuestran que el códice fue usado y leído ininterrumpidamente, al menos, hasta mediados del siglo XVI. Sin embargo, parece que a principios del siglo XVII el manuscrito dejó de interesar, cayendo en el olvido durante muchos años.
En la segunda mitad del siglo XIX, el manuscrito fue redescubierto por el canónigo archivero de la Catedral de Compostela, Antonio López Ferreiro. Sin embargo, fue dado a conocer públicamente por el jesuita Fidel Fita y Aureliano Fernández Guerra. En 1879, se trasladaron a Santiago en un viaje de estudio y peregrinación. Al año siguiente, en 1880, publicaron un libro acerca de su viaje a Santiago (Recuerdos de un viaje a Santiago de Galicia), dedicando los capítulos X y posteriores a la descripción y estudio del Codex calixtinus. El libro incluía una fotografía del himno Dum Paterfamilias y una transcripción de su texto, así como varios versos del himno Ad honorem Regis summi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario