Contra la crisis, Xacobeo
Por Anxel Vence
Anuncia el presidente Feijóo que su gobierno va a volcarse en la organización del Xacobeo 2010 –antes Año Santo- con el muy razonable propósito de levantarle a Galicia la paletilla del Producto Interior Bruto, tan decaído tras el hundimiento del castillo de naipes de la construcción. Como de costumbre, va a ser el Apóstol Santiago quien nos saque de la crisis.Puede que la idea les parezca peregrina a algunos comecuras, pero nada está más lejos de la realidad. Es justamente la masiva afluencia de peregrinos –y turistas en general- la que acaso consiga llenar las arcas de este reino con divisas suficientes como para elevar en un 1 por ciento el PIB de Galicia, si no fallan los cálculos que hace el Gobierno autónomo.
Cuestión distinta es que el año apostólico atraiga a diez millones de viajeros, según las risueñas estimaciones adelantadas ayer por Feijóo. Pero aun en el caso de que sólo fuese la mitad, esa riada de visitantes bastaría para arreglarnos un poco a los gallegos el descosido de la depresión económica.
Gran invento de Fraga, que no en vano fue ministro de Turismo antes que rey de Galicia, el Xacobeo sigue siendo uno de los grandes activos turísticos de este reino tan perjudicado por la lluvia y por su situación excéntrica en el mapa de la Península. Gracias a él, la tradición de peregrinar a Compostela que se había perdido en la noche de los tiempos recuperó su vigor hasta el punto de convertirse –junto a las centollas, el contrabando y el románico- en una de las atracciones capaces de arrastrar millones de viajeros a esta remota esquina del noroeste.
Cierto es que la conversión del tradicional Año Santo en Xacobeo (Sociedad Anónima) no dejó de plantear problemas con la curia. En tiempos de Fraga, el entonces arzobispo santiagués monseñor Rouco Varela se las tuvo tiesas con su paisano Don Manuel y otro tanto parece suceder ahora con el mitrado compostelano Julián Barrio, que alerta sobre los peligros de desvirtuar el "contenido espiritual" del Año del Apóstol. Aunque Rouco y Don Manuel compartían ideas conservadoras y el común paisanaje de Villalba, la invención comercial del Xacobeo suscitó entonces las protestas del hoy cardenal de Madrid.
El éxito turístico de la iniciativa supuso, sin embargo, un incremento igualmente notable en el número de peregrinos, circunstancia que pronto aplacó el enfado del arzobispo de Compostela. Aquella "joint venture" de empresas entre el poder civil y el eclesial acabó beneficiando a las dos partes, de tal modo que la pendencia se resolvió en un plis plas: y aquí paz y después gloria.
Probablemente suceda lo mismo con Barrio si se cumplen –como es de esperar- los felices augurios de Feijoo sobre la millonaria afluencia de turistas a Galicia. Se ignora, eso sí, si el presidente Feijoo va a incluir como hizo el desprejuiciado Don Manuel a Sus Satánicas Majestades los Rolling Stones en el programa de actividades del Xacobeo. O si, ya puestos, va a darle al evento el mismo picante que el gobierno de Fraga con la contratación de los Red Hot Chili Peppers, Iggy Pop, Massive Attack, Chemical Brothers y algunas viejas glorias comparables en mitología (e incluso en edad) al Apóstol, tales que Bob Dylan, David Bowie o Peter Gabriel.
Como quiera que sea, un programa similar al de entonces garantizaría sin duda el éxito de público necesario para beneficiar imparcialmente a los hosteleros del país y a la Iglesia. Si los primeros ven como crece su volumen de negocio, la segunda tiene razones de sobra para alegrarse con el notable incremento de su cuota anual de fieles peregrinos.
El Xacobeo, que años atrás salvó ya a Galicia de los efectos del "Prestige", bien podría ser ahora una excelente arma para combatir la crisis. Por algo el Camino de Santiago fue el primer tour-operador del que se tiene noticia. A Dios rogando y con el turista dando.
(Publicado en El Faro de Vigo – Crónicas Galantes- de 30-5-2009)
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