martes, 22 de septiembre de 2009

Oración del Peregrino


¡Grande eres, Señor, y muy digno de alabanza!¡grande es tu poder, y tu sabiduría no tiene medida!.Y pretende alabarte un hombre, pequeña migaja de tu creación. Precisamente un hombre que lleva entorno suyo la mortalidad, que lleva a flor de piel la etiqueta de su pecado y el testimonio de tu resistencia a los soberbios.
A pesar de todo, pretende alabarte un hombre, pequeña migaja de tu creación. Y eres tu mismo quien le estimula a que halle satisfacción alabándote, por que nos has hecho para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti.
(Confesiones 1,1,1)

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