Completaron su Camino corriendo los atletas de Villamalea
Santiago.- El gran reto del Club Atletismo Tres Leguas de Villamalea ha llegado a puerto. Todos los relevistas han llegado a la Plaza del Obradoiro después de ocho días corriendo medias maratones a relevos.
La intensa preparación de varios meses, el trabajo de más de 20 personas y el esfuerzo individual de cada uno han llevado al grupo hasta Santiago.
Ellos lo relatan así: «Tras ocho días vividos intensamente, haber atravesado 10 provincias españolas y recorridos 1.003 kilómetros zancada a zancada, hemos cons
eguido nuestro objetivo de completar el Gran Reto castellano-manchego de Villamalea a Santiago de Compostela.Músculos doloridos, convivencia en grupo, trabajo en equipo sensacional, experiencias de conocer nuevos lugares, paisajes muy dispares pasando por los campos de nuestra tierra manchega, las altas cotas de la Sierra de Gredos, la llanura de la meseta castellana, el Bierzo y la Galicia preciosa de sus verdes intensos y su vegetación; hemos atravesado decenas de ríos, recorrido carreteras, caminos y sendas. Finalmente la satisfacción personal y de grupo de haber conseguido, tal vez, la mayor proeza en nuestra extensa vida deportiva.La última etapa ha sido distinta a las demás, mucho más emotiva por lo que suponía llegar al final y conseguir nuestra meta, correr entre cientos y cientos de peregrinos que nos daban ánimos cuando les adelantábamos, guiándonos por el camino de Santiago y, que en sus 100 últimos kilómetros, nos iba indicando la distancia restante para llegar a la Plaza del Obradoiro. El momento más emotivo fue en el que nos juntamos todos los compañeros para recorrer el último tramo en compacto pelotón. Llegar al Monto do Gozo y recibir el aplauso de un centenar de peregrinos que ya conocían de nuestro reto. Así, y con todo ello, completamos los últimos kilómetros tranquilos, disfrutando intensamente de los últimos metros.El momento culminante de todas las experiencias vividas se completa entrando en la Plaza del Obradoiro todos cogidos de la mano y, en el centro de la misma, estaban esperándonos el grupo de andarinas (nuestras esposas, madres, hermanas, etcetera) que tanto apoyo moral y ayuda nos han prestado desde el principio, para fundirnos en un gran abrazo: besos, lágrimas y emociones difícilmente contenidas”.
Los corredores peregrinos han agradecido a su pueblo y a todos los patrocinadores, familias y amigos por el apoyo recibido.
La intensa preparación de varios meses, el trabajo de más de 20 personas y el esfuerzo individual de cada uno han llevado al grupo hasta Santiago.
Ellos lo relatan así: «Tras ocho días vividos intensamente, haber atravesado 10 provincias españolas y recorridos 1.003 kilómetros zancada a zancada, hemos cons
eguido nuestro objetivo de completar el Gran Reto castellano-manchego de Villamalea a Santiago de Compostela.Músculos doloridos, convivencia en grupo, trabajo en equipo sensacional, experiencias de conocer nuevos lugares, paisajes muy dispares pasando por los campos de nuestra tierra manchega, las altas cotas de la Sierra de Gredos, la llanura de la meseta castellana, el Bierzo y la Galicia preciosa de sus verdes intensos y su vegetación; hemos atravesado decenas de ríos, recorrido carreteras, caminos y sendas. Finalmente la satisfacción personal y de grupo de haber conseguido, tal vez, la mayor proeza en nuestra extensa vida deportiva.La última etapa ha sido distinta a las demás, mucho más emotiva por lo que suponía llegar al final y conseguir nuestra meta, correr entre cientos y cientos de peregrinos que nos daban ánimos cuando les adelantábamos, guiándonos por el camino de Santiago y, que en sus 100 últimos kilómetros, nos iba indicando la distancia restante para llegar a la Plaza del Obradoiro. El momento más emotivo fue en el que nos juntamos todos los compañeros para recorrer el último tramo en compacto pelotón. Llegar al Monto do Gozo y recibir el aplauso de un centenar de peregrinos que ya conocían de nuestro reto. Así, y con todo ello, completamos los últimos kilómetros tranquilos, disfrutando intensamente de los últimos metros.El momento culminante de todas las experiencias vividas se completa entrando en la Plaza del Obradoiro todos cogidos de la mano y, en el centro de la misma, estaban esperándonos el grupo de andarinas (nuestras esposas, madres, hermanas, etcetera) que tanto apoyo moral y ayuda nos han prestado desde el principio, para fundirnos en un gran abrazo: besos, lágrimas y emociones difícilmente contenidas”.Los corredores peregrinos han agradecido a su pueblo y a todos los patrocinadores, familias y amigos por el apoyo recibido.
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