viernes, 8 de mayo de 2009

Camino Francés

Un peregrino sudafricano lanza una campaña para limpiar el Camino
Viloria de Rioja.- Piensa en verde, piensa en el Camino. Éste podría ser el lema de la campaña que llevará a cabo durante las próximas semanas Gordon Bell, un surafricano que hace cuatro años decidió instalarse en Paradela —donde abrirá un albergue— tras realizar la ruta jacobea y quedarse maravillado de estas tierras.
Bell destaca la belleza de los paisajes que atraviesa el Camino de Santiago y para conservarlos ha puesto en marcha un singular proyecto a través del que repartirá 10.000 bolsas entre los peregrinos que realicen el Camino Francés.
La finalidad de esta iniciativa pionera es concienciar a los peregrinos de la importancia de mantener en buen estado este bien Patrimonio de la Humanidad. La idea partió de Bell al conocer el estado de la ruta durante sus cuatro peregrinaciones.
"Te encuentras con botes de refrescos, bolsas de patatas fritas..., lo dejan todo en el suelo. A lo largo del Camino encuentras un gran número de papeleras y pedimos que en vez de tirar la basura la echen en ellas", dice. Además, manifiesta que en Suráfrica la población está mucho más concienciada y no tira los desperdicios al suelo al existir en el país un gran número de parques naturales.
La aventura de convertir a los caminantes en verdes comenzará el próximo día 21 en Sant Jean Pied de Port. Durante diez días Gordon Bell, junto a otro surafricano, recorrerá en coche los más de 800 kilómetros que separan esta localidad francesa de Compostela repartiendo los más de cien paquetes con bolsas en cada uno de los albergues que se encuentran a lo largo del Camino Francés, además de una carta en la que solicitan a los hospitaleros su colaboración para entregar los recipientes a los peregrinos.
En las bolsas puede leerse en varios idiomas un mensaje en el que insta al caminante a mantener limpia la ruta y tirar los desperdicios en papeleras. El surafricano solicita la ayuda de alguna entidad para poder llevar a cabo esta tarea ante su alto coste.
El proyecto fue puesto en marcha a través de la Confraternidad de Santiago en Suráfrica —de la que él es miembro—, organización que se encargó de la realización de las bolsas y de enviarlas a Galicia para su posterior reparto. Dos empresas participan en esta iniciativa, Tours&Events, que fabricó las bolsas, e Iberia, que las transportó desde África.
Diez mil bolsas y la intención son suficientes para conservar esta ruta milenaria y permitir que el mundo pueda seguir disfrutando de su belleza.

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