jueves, 22 de marzo de 2012

Camino de Papel

Libros ilustrados para recorrer el Camino desde casa


Madrid.- Es posible desde ahora, o al menos así lo estima el autor, recorrer el Camino de Santiago sin moverse de casa gracias al fantástico libro de ilustraciones de David Pintor, que ha plasmado los diez lugares más emblemáticos de la ruta.
La obra forma parte de una colección de libros de viajes ilustrados encargados por una editorial a ilustradores españoles. Se trata de una colección de libros ilustrados, sin palabras, en la que han quedado reflejados sitios tan emblemáticos como la Plaza de Cibeles, el Rastro, el Museo del Prado, el Thyssen, la Plaza de Oriente, el Retiro, la Puerta del Sol y la Gran Vía madrileña; la Maestranza de Sevilla, el Parque Güell, la Sagrada Familia y las Ramblas de Barcelona, y que seguirá sumando títulos como la Alhambra, Toledo o Palma de Mallorca.
Y siempre con los mejores ilustradores como Juan Berrio, Alfredo, Arturo Redondo, Javier Zabala, Enrique Flores, David Pintor, Sagar, o el Premio nacional del cómic Bartolomé Seguí.
David Pintor explica que “a mi me han encargado el del Camino de Santiago y lo más complicado ha sido seleccionar diez lugares del Camino (porque eran 10 las ilustraciones del libro) de un camino tan largo, de más de 800 kilómetros, con tantos lugares diferentes y preciosos. Esa fue la primera dificultad, la de elegir los diez lugares con más encanto, más característicos o más importantes”.
Por eso David dice que “volví a hacer el camino, yo conocía la parte de Galicia y Castilla León y sabía lo que iba a dibujar de esa zona, pero no conocía la otra parte, la zona que va desde Roncesvalles a Burgos y para mí fue un descubrimiento porque encontré lugares espectaculares como Puente de la Reina o Roncesvalles, fue un camino muy bonito porque todo lo que encuentras, los monumentos, las plazas, son muy diferentes entre sí”.
“Cogí los 10 lugares que más me atraían para una ilustración, como la principal vista de Puente de la Reina, que es la del otro lado del puente y es la que aparece también en el río. Es una postal preciosa que dio mucho juego”.
“También muchos sitios de León, Burgos… como Castrillo de los Polvazares que es un sitio más pequeñito que pasa casi inadvertido dentro del Camino pero que tiene un encanto especial porque es una localidad que está casi paralizada en el tiempo. Parece que podrías encontrarte a un caballero medieval saliendo de las callejuelas”, explica el dibujante.
“Por supuesto Santiago, la zona gallega, que es la que conozco mejor porque soy de allí. Y terminé en Finisterre, que es un poco el final verdadero del Camino. Aunque la gente termine en Santiago y gane la Compostelana, hay esa tradición de ir hasta Finisterre, que es dónde los peregrinos queman los zapatos en una especie de acto de purificación donde te liberas de todos los pecados desde el punto de vista religioso. Y es así como acabo el libro, con Finisterre, el fin del mundo”.
Pero no se trata solo de dibujar postales bonitas, sino de contar algo, como comenta David: “Intentas contar una historia, mediante las ilustraciones. Yo usé un personaje que es un peregrino ilustrador, una especie de alter ego, y el elemento conductor que unía todos los lugares, desde Roncesvalles a Finisterre, y narro cómo va conociendo todos esos lugares. Cómo se sube a los tejados para dibujar los pueblos desde arriba… vemos lo que él ve a lo largo del camino”.
“No hice los dibujos in situ hacía bocetos, apuntes rápidos, alguna idea que me surgía, porque este tipo de dibujos lo que pretenden es no ser una representación fotográfica sino dotar un poco de magia a los lugares, que los edificios cobren vida” -asegura David-.
“Me centré en los paisajes y las localidades, porque sólo hay un personaje en el libro que es el ilustrador, hay algún animal pero intento que el personaje sea el que recorra el camino y plasme la personalidad de los lugares en los dibujos".
David nos ha contado su forma de trabajar: “Saco muchas fotos y en casa es en donde en base a las fotos, los encuadres, los apuntes… es donde empiezo a elaborar la ilustración. Trabajo con un simple rotulador y papel, aunque luego añado el color con ordenador”.
“Celso es un poeta con mucha fuerza, mucha potencia, un poeta social que habla del capitalismo, de los curas… con mucha crudeza. Y eso me obligó a cambiar. Me pedía una cosa más expresionista, más dura, más negra… y he quedado muy contento con este trabajo tan diferente a los que he hecho hasta ahora. Saldrá en un mes y estoy deseando verlo”
David confiesa que le gustaría que el libro del Camino de Santiago sirviese para una cosa: “Espero que incite a la gente a hacer el Camino, sería un gran piropo. Dibujé hace dos años, Ciudades de papel (El patito editorial), que también era un cuaderno de viajes sobre varias ciudades europeas, y una de las personas que lo leyó me dijo que incitaba a viajar. Ese es el mejor piropo que me podían hacer del libro. A mi me encanta viajar y si soy capaz de transmitirlo, creo que he hecho bien mi trabajo”.
“Para mi próximo viaje dudo entre varios sitios pero quiero ir a África y desde luego material cogeré otra cosa es que luego haga un libro. Ya veremos”, explica David.

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