sábado, 30 de marzo de 2013

Historias del Camino

LA IMPRONTA DE SANTIAGO EN MADRID

LAS RELIQUIAS DEL APÓSTOL SANTIAGO EN MADRID

Reliquia de la Parroquia
de Santiago  y
San Juan Bautista
En Madrid existen por lo menos tres reliquias del Apóstol Santiago supuestamente verdaderas, la más conocida es la que atesora la Parroquia de Santiago y San Juan Bautista, como también la existente en el Convento de las Comendadoras de la Orden de Santiago, ambas son dadas a besar en la Misa Mayor del día del Apóstol Santiago. La mayor y más importante la posee una familia particular, heredera del canónigo doctoral de la Catedral de Santiago de Compostela don José María  Labín Cabello, quién encontrara los restos del Apóstol en 1879, y al que según la tradición se le regaló por el mérito del hallazgo.
Como todo lo que rodea al citado encuentro ha estado siempre rodeado de un halo de misterio, es quizás por lo que nadie sabe responder cuando se pregunta sobre el origen de éstas reliquias, por lo que al indagar se tiene que hacer mayoritariamente un ejercicio de imaginación  para deducir cómo pudieron llegar hasta nosotros.
La Bula Deus Omnipotens dictada por el Papa León XIII tras el reencuentro, especifica muy claramente la pena de excomunión para aquellos que separen la mínima partícula de la reliquía de Santiago y sus dos discípulos Atanasio y Teodoro que están enterrados con él. Algo así como "la maldición de la Tumba del Faraón". Los restos fueron divididos en tres colecciones de huesos y puestos en una bandeja de caoba en departamentos independientes, tras introducirlos en la urna de plata realizada ex profeso, ésta fue sellada por el Cardenal Rico Paya. No obstante quedaron fuera las pequeñas partículas que no pudieron ser identificadas por su diminuto tamaño y que se situaron en otra urna de plata, algo más, sencilla en el trascoro.
Deducimos por tanto que las únicas reliquias disponibles serían estas partículas, pues el selló del cardenal Paya está intacto. También se deduce que tiene que ser con posterioridad a 1879 porque anteriormente se encontraban en paradero desconocido, y desde los tiempos del Arzobispo Gelmirez no se tenía acceso a la cripta.
La Bula nos dice textualmente: "Nos queremos y ordenamos que a nadie le sea permitido, bajo pena de excomunión latae sententiae y de la que Nos reservamos, del modo más firme, la absolución a Nos y a Nuestros sucesores, separar, quitar o trasladar las santas reliquias que han vuelto a ser depositadas en el antiguo receptáculo y que yacen bajo sello, así como tampoco ninguna de sus partículas."
Este redacción papal deja abierta una puerta de atrás. Si por ejemplo un cardenal, por tener una comunicación más directa con el Santo Padre, previo permiso, dispone de una reliquia, y tras su confesión con el Papa es absuelto, es factible entonces que pueda donar abiertamente una de estas partículas como sabemos hizo el cardenal Martín Herrera con la Iglesia de Santiago de Padrón.
Martín Herrera intervino en dos cónclaves: 1903 y 1914, para elegir a los Papas Pio X y Benedicto XIV. de igual forma queda pública constancia de que había regalado con anterioridad a 1909 una reliquia de Santiago al también cardenal elector y arzobispo de Westmister Francis Bourne.
Coincidiendo con el periodo en que fue arzobispo compostelano el cardenal Herrera, conocemos la presencia de una peregrinación madrileña en el Año Santo de 1915 por el programa titulado Grandes Fiestas en Honor al Apóstol Santiago, confeccionado en Compostela con anterioridad a las celebraciones, tiene la previsión de incluir en él, el día 23 de junio, un acto especial que no se ha vuelto a hacer en estos años a ninguna otra peregrinación: "Por la noche y en obsequio a la Peregrinación madrileña, Iluminación Eléctrica, en la Alameda." Entendemos que en este singular Año Santo de 1915, entre el día 23 y el 25 de julio que permaneció en Compostela la peregrinación madrileña, se diera el caso de la donación por parte del cardenal Martín Herrera de las dos reliquias que atesoran las dos parroquias dedicadas al Apóstol Santiago en Madrid. No obstante seguimos mantenemos la investigación abierta.
La reliquia de Labín,
se trata del hueso metacarpiano 
En cuanto a la reliquia  de Labín hay serias dudas de que pueda tratarse de un Pío Latrocinio,  aunque el también canónigo López Ferreiro con el que formaba equipo en la búsqueda del cuerpo de Santiago, no ocultaba, en tiempos del Cardenal Herrera, la posesión de otra reliquia del Apóstol en una urna de plata, replica en miniatura de la que está en la cripta de la catedral y que él mandó construir. Ambas se vienen a justificar como "tradición el regalo del Papa", aunque en su bula muy historiada y detallada del encuentro no menciona para nada a los artífices del hallazgo, y el proceso Vaticano se dilató muchos años frente a serias dudas, de las que no tenemos constancia porque el Informe Fiscal se extravió en los Archivos Vaticanos, como así se o comunicaron al monseñor Guerra Campos cuando indagaba sobre el tema.
Al fallecimiento del Canónigo Labín Cabello, sus herederos la depositaron en Lierganes, Cantabria, en la capilla de San José que mandará construir el canónigo electoral. Esta posesión ha sido mantenida de forma discreta hasta el 25 de julio de 1982.
El frontis de la pequeña urna hace una alegórica alusión a:
"No prevaleceran contra ella las puertas del averno"
No obstante y por motivos de seguridad la reliquia, metida en una cajita de metacrilato dentro de una pequeña urna de plata, permanece en el lugar de residencia de la familia F. R. y de la Gándara Labín, radicada en Madrid, desplazándose a Lierganes en la temporada de estancia de la familia en esta localidad cántabra. Al ser una propiedad privada su visita no está al alcance del público en general a no ser que se coincida un 25 de julio con la presencia en Lierganes de la reliquia viajera y se celebre una ceremonia en la citada capilla de San José.
 

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