LOS TEMPLARIOS Y MARIA MAGDALENA (y III)
La historia del mito de Rennes le Château empieza en 1969, cuando Henry Lincoln habiendo leído un libro de Gérard de Sède, titulado “Le trésor maudit” (El tesoro maldito), decide investigar la verdad por su cuenta.
En la historia ficticia del francés, el tesoro al que hace alusión el título había sido hallado alrededor de 1891 por un sacerdote de esta localidad, después de descifrar unos documentos antiguos escondidos en la iglesia local. Henry Lincoln destapa la caja de Pandora con un documental titulado “El tesoro de los templarios”, emitido en varias partes, y donde se hace eco del tesoro y de ciertos descubrimientos alrededor de un pergamino cifrado. Esta serie televisiva se amplió en el libro “El enigma sagrado”, escrito conjuntamente con Leigh y Baigent, y que sirvió de inspiración al “Código Da Vinci” de Dan Brown.
El abad de Rennes le Château fue Bérenger Saunière, desde 1885. Lo extraño de su vida y que trajo consigo uno de esos enigmas históricos, es que su iglesia está consagrada a María Magdalena. Nada anormal, salvo que cuando llegó Saunière, la iglesia estaba casi en ruinas comenzando su restauración cerca de 1887, gastándose una enorme fortuna en ello.
Según la leyenda, al mover una pesada piedra que servía como altar, Saunière encontró que un pilar que sostenía la losa estaba hueco y contenía cuatro pergaminos (que debieron ser escondidos por los templarios, después de escapar con este secreto de Jacques de Molay). Dos de ellos mostraban una genealogía, mientras los otros dos presentaban grafías enigmáticas que, una vez descifradas por expertos en París, permitieron a Saunière conocer el secreto templario del que hemos hablado en este texto.
Uno de los mensajes cifrados en el pergamino decía: A Dagobert II Roi et a Sion est ce tresor et il est là mort (“Al rey Dagoberto II y a Sion pertenece este tesoro, y él está muerto ahí”). El mensaje aparecía después de juntar entre sí una serie de letras que sobresalían del texto, respecto a todas las demás.
Al mismo tiempo, en París, el sacerdote compró reproducciones de unas cuantas pinturas, incluyendo la famosa “Los pastores de Arcadia”, de Nicholas Poussin.
La pintura, fechada en 1640, muestra a unas personas de pie cerca de un sarcófago con la inscripción: Et in Arcadia Ego (“Y en Arcadia, yo”). Según puede leerse en la Wikipedia: La frase latina ‘et in Arcadia ego’ parece incompleta, al no aparecer expresamente ningún verbo. En realidad, el latín, como otros idiomas, permite estructuras elípticas omitiendo formas del verbo ’ser’ que se encuentran sobreentendidas. Este supuesto defecto ha llevado a algunos historiadores, pseudohistoriadores y novelistas a creer que representa algún mensaje esotérico en un código posiblemente anagramático, dentro de teorías conspirativas sobre el supuesto Priorato de Sión. ‘Et in Arcadia ego’ sería el presunto lema de la familia Plantard y del Priorato de Sión, según una reivindicación aparecida por vez primera en 1964.
Cabe recordar que Plantard apareció en el libro de Henry Lincoln como el Gran Prior del Priorato de Sión, los cuales se consideran a sí mismos como la línea sucesora de Jesús de Nazaret y María Magdalena, y los custodios del Santo Grial.
Se dijo que el sarcófago existió en realidad cerca de Rennes-le-Château y fue identificado al comparar el perfil de la montaña de la pintura con la verdadera. De igual forma, el lema como tal, también apareció en una tumba que Saunière intentó borrar. La pregunta que se hacía Lincoln fue el porqué el sacerdote quiso deshacerse de esta pista tan evidente en en jardín de su iglesia. A la vez, continuando el trabajo, se encontró otra losa de piedra en el piso, pero sólo Saunière tenía acceso a ella para ver lo que había debajo. El sacerdote empezó algunas búsquedas en los alrededores, con fondos que parecían ilimitados. Este dinero sirvió también para comprar tierras y para hacer una serie de construcciones alrededor de su parroquia, incluyendo una grotesca “Torre de Magdala” que honraba a María Magdalena. También llenó la iglesia con estatuas misteriosas y puso varias inscripciones latinas por todo el lugar, incluyendo una a la entrada de la iglesia que señalaba: Terribilis est locus iste (“Este lugar es aterrador”).
Además, se ha especulado con que la frase completa Et in Arcadia ego sum (que puede leerse en uno de los pergaminos descubiertos y que, en la actualidad, se encuentra en la caja tildada como “Archivos secretos del Priorato de Sión”, que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Francia, y que tuve la oportunidad de ver) es un anagrama de Arcam dei tango Iesu, que significa “He tocado la tumba de Jesús”. Esto implicaría que la tumba contendría el osario de Jesús de Nazaret. Es más, según los documentos de los archivos secretos del Priorato de Sión, y para complicar más esta historia, Nicholas Poussin, fue uno de los grandes maestres del Priorato; de ahí que incluyera el lema de esta organización en uno de sus cuadros, con una revelación oculta.
Por supuesto, en mi viaje a París, no perdí la oportunidad de ver el cuadro “Los pastores de Arcadia”, más de cerca, y que actualmente se expone en el Museo del Louvre, donde cualquiera puede contemplarlo.
El sitio exacto donde se podía encontrar el sepulcro pintado por Poussin se podía visitar hasta 1988, momento en el que la tumba fue destruida, pues los aldeanos estaban cansados de los buscadores de tesoros y peregrinos. Ahora bien, es importante señalar que cuando Poussin creó su pintura corría el año 1640, y la realidad es que la tumba luego derruida fue construida en 1933.
Otros enigmas de Renne-le-Château tienen soluciones más simples. La inscripción que reza “Este lugar es aterrador” es en realidad una cita bíblica (Genesis 28: 17) que significa “Este lugar es maravilloso”. Otra inscripción que aparece en la base de un crucifijo, “Christus A.O.M.P.S. Defendit”, ha sido traducida por algunos como Christus Antiquus Ordo Mysticusque Prioratus Sionis Defendit (“Cristo defiende a la antigua orden mística del Priorato de Sión”). Pero en realidad se trata de una frase común usada en algunas inscripciones católicas, como la del obelisco del papa Sixto V en Roma: Christus Ab Omni Malo Plebem Suam Defendat (“Cristo defiende a su pueblo de toda maldad”). También es cierto que el sacerdote halló algunos artefactos valiosos durante las restauraciones de la iglesia. El abad anotó dicho descubrimiento en sus cuadernos y trató de mantenerlo en secreto para vender los objetos y juntar dinero. También realizó excavaciones en los alrededores de la iglesia, con la esperanza de encontrar más. Aunque no se sabe, a ciencia cierta, qué encontró después. Lo único cierto en la historia de Lincoln es que las iniciales P.S. de los pergaminos encontrados sí que parecen indicar una firma oculta, la del Priorato de Sión, pues la mayoría de documentos vienen firmados con esta rúbrica.
Todo lo anterior sirve para sembrar las dudas respecto a los descubrimientos realizados en la Biblioteca Nacional de Francia. Cuando parece que tienes un dato revelador, al siguiente hallazgo todo se viene abajo.
Me quedaba por preguntarle a J.A.R sobre todo ello. Estas fueran algunas de las respuestas que me dio el supuesto miembro de la orden del Priorato de Sión en España.
¿Existe el Priorato de Sión?
Sí, claro, sólo que ahora nuestra ubicación está en Suiza.
¿Es cierto que os consideráis los sucesores de Jesús de Nazaret?
Algo de cierto hay en todo ello, aunque yo sólo pertenezco a una parte de la orden que se encarga de ayudar a los grandes maestres, y no sé mucho más de ciertos datos.
¿Por dónde debería comenzar para averiguar si la historia del embarazo de María Magdalena es cierta?
J.A.R. me miró fijamente y me soltó una frase que no olvidaré jamás: “Todo empieza y acaba en París”. Hubo una conversación larga que no me atrevo a reproducir por la fábula de su relato. Prefiero dejar las cosas así, y tal vez algún día me decida a revelar esta información.
Recapitulando… Todo comienza con las señales inequívocas de un embarazo de María Magdalena, en algunos de los retablos pintados por artistas relacionados con la Orden del Temple en la zona occitana de Catalunya. Este embarazo ya aparece en las leyendas provenzales de la Edad Media, citando que la de Magdala huyó con su descendencia hacia tierras francesas. Un pueblo del sur de Francia, Rennes-le-Château acoge un secreto; en uno de los pilares de su antigua iglesia se encontró una serie de pergaminos reveladores, durante la reconstrucción de su ermita. Estos documentos, conocidos como los “Archivos secretos del Priorato de Sión” acaban sus días escondidos en la Biblioteca Nacional de Francia. Después de una visita a la misma, y habiendo afrontado todo tipo de vicisitudes para obtener un permiso que diera acceso a los manuscritos, el que esto escribe los encuentra en uno de los sótanos. Los datos son abrumadores. En la caja que tengo ocasión de ver se encuentra: 1) libros de temática reciente; 2) facsímiles de documentos antiguos; 3) un documento cifrado en latín que revela la existencia del Priorato de Sión; 4) los estatutos del Priorato como asociación constituida en el siglo XX; 5) un mapa con la genealogía de la línea sucesora real entre Jesús de Nazaret y María Magdalena, que pasa por los reyes merovingios y llega hasta Jean Cocteau; 6) unos documentos en latín (con su correspondiente traducción al latín), sellados por grandes maestres templarios, que narra la historia de un Jesús que sobrevive a la crucifixión y que huye a Francia, junto a su esposa María Magdalena; 7) un mapa detallado que ubica la supuesta tumba de Jesús y María, junto a otro mapa que refleja una cueva donde se oculta parte del tesoro de los templarios.
Aunque la historia puede parecer fantástica, a excepción de la salvación de Jesús, todo lo demás ya ha sido recogido en algunos libros de gran tirada. Preguntados por estos hechos, los sucesores de la Orden del Temple (según un acta notarial conocida como “La carta de Larmenius”), en una entrevista que les realizo, estipulan no creer en esta leyenda y mucho menos que exista una organización actual llamada El Priorato de Sión. Sin embargo, un masón que conozco (la simbología de su anillo le delata), argumenta pertenecer a la misma.
¿Dónde está la verdad? ¿Por qué hay tantas lagunas al respecto?
Esta investigación conduce hacia la supuesta tumba de Jesús y María que se encuentra en Rennes-le-Château, destruida en 1988, y que fue pintada por otro de los supuestos maestres del Priorato de Sión, Nicholas Poussin. La tumba se puede ver en la obra “Los pastores de Arcadia” que todavía se expone en el Museo del Louvre de París.
Para concluir esta historia, obra en mi poder, unos mapas, fotografiados a escondidas en la Biblioteca Nacional de Francia, aprovechando un descuido de los vigilantes del edificio. En estos mapas se observa el Pech Cardou, una montaña sita precisamente cinco kilómetros al Este de Rennes-le-Château. Hasta ahí la sepultura conocida, pero en el segundo mapa se aprecia la entrada a una cueva, donde se albergaría el tesoro templario, sea lo que sea.
Tengo mis serias dudas sobre la realidad de estos documentos, aunque sé a ciencia cierta que en el futuro tendré que pisar Rennes-le-Château y verificar la veracidad de estos planos por mí mismo. Pero esa es otra historia que todavía está por desvelar y que, algún día, espero poder abordar. Tal vez, la historia pueda ser retomada por otros investigadores que, con un poco más de suerte, logren hacerse con todos los “Archivos secretos del Priorato de Sión” ocultos en algún lugar de la Biblioteca Nacional, en París.
Bibliografía:
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