Santiago tendrá un albergue de peregrinos provisional en Fontiñas
Santiago.- La Fundación Ad Sanctorum Iacobum Peregrinatio se ha buscado la vida y finalmente Compostela podrá contar con un total de 500 o 600 plazas para acoger a los cientos de miles de peregrinos que llegarán a visitar la Catedral en el año santo.
Unas 250 se ubicarán en el albergue provisional que se situará en el complejo parroquial de Santo Antonio, en el barrio de Fontiñas y en pleno Camino Francés.
«Es un bajo de unos 860 metros cuadrados donde en principio podríamos instalar el albergue para unas doscientas plazas, más otras 50 o 60 en el espacio exterior», calculó el vicepresidente de esta fundación, Agustín Dosil. Además, se habilitarán otros espacios de la ciudad para llegar a esa cifra de 600 peregrinos por día.
La red de acogida que se ha montado en la capital de Galicia de cara al 2010 llega después de que, según explicó Dosil, el Concello diese la callada por respuesta a la hora de modificar primero el Plan Xeral «y ahora el Plan parcial» para permitir la construcción del ya conocido como albergue del fin del Camino en Belvís.
«El alcalde se había comprometido a tenerlo listo en primavera del año pasado», recordó el vicepresidente de la fundación, para después afirmar que ahora carecen de recursos. Habían conseguido más del 50% de la financiación necesaria gracias a las archicofradías y organizaciones vinculadas a la peregrinación de todo el mundo pero «la crisis afecta» y esas partidas económicas han volado. Aún así, las organizaciones ya se han comprometido a aportar dinero en un futuro, por ahora incierto, para la construcción de un albergue «de todos los europeos».
Sin embargo, las instituciones eclesiásticas no solo se han centrado en Santiago a la hora de acondicionar locales para la acogida de caminantes. Se ha creado toda una red a lo largo de diferentes rutas de peregrinación y la Archidiócesis de Santiago ha puesto a disposición de la fundación hasta varias docenas de casas rectorales para ser rehabilitadas. Tres ya están casi preparadas para entrar en funcionamiento: Melide, Bando y Pontevedra. Además, han pedido a los diferentes obispados que cedan edificios para que funcionen como albergue, con capacidades que oscilan entre las 20 y las 50 plazas, lo que contribuirá a engrosar una red de albergues donde «casi el 70% son de iniciativa particular», aseguró Dosil.
El precio de la estancia será «según las posibilidades de cada peregrino» y oscilaría entre los 4 y los 6 euros, que se dedicarán a los gastos de electricidad, limpieza o agua caliente. Se tratará, en todo caso, de «pequeñas donaciones».
Pero los albergues, además de habilitarlos, habrá que gestionarlos. Para eso, Agustín Dosil confió en conseguir un nutrido grupo de voluntarios, preferentemente universitarios, que bajo la denominación de «hospitalarios» dediquen el verano a atender los puntos de acogida de los peregrinos. «Tenemos personas que quieren arrimar el hombro de toda Europa, son más de fuera que de aquí, pero es habitual».
Unas 250 se ubicarán en el albergue provisional que se situará en el complejo parroquial de Santo Antonio, en el barrio de Fontiñas y en pleno Camino Francés.
«Es un bajo de unos 860 metros cuadrados donde en principio podríamos instalar el albergue para unas doscientas plazas, más otras 50 o 60 en el espacio exterior», calculó el vicepresidente de esta fundación, Agustín Dosil. Además, se habilitarán otros espacios de la ciudad para llegar a esa cifra de 600 peregrinos por día.
La red de acogida que se ha montado en la capital de Galicia de cara al 2010 llega después de que, según explicó Dosil, el Concello diese la callada por respuesta a la hora de modificar primero el Plan Xeral «y ahora el Plan parcial» para permitir la construcción del ya conocido como albergue del fin del Camino en Belvís.
«El alcalde se había comprometido a tenerlo listo en primavera del año pasado», recordó el vicepresidente de la fundación, para después afirmar que ahora carecen de recursos. Habían conseguido más del 50% de la financiación necesaria gracias a las archicofradías y organizaciones vinculadas a la peregrinación de todo el mundo pero «la crisis afecta» y esas partidas económicas han volado. Aún así, las organizaciones ya se han comprometido a aportar dinero en un futuro, por ahora incierto, para la construcción de un albergue «de todos los europeos».
Sin embargo, las instituciones eclesiásticas no solo se han centrado en Santiago a la hora de acondicionar locales para la acogida de caminantes. Se ha creado toda una red a lo largo de diferentes rutas de peregrinación y la Archidiócesis de Santiago ha puesto a disposición de la fundación hasta varias docenas de casas rectorales para ser rehabilitadas. Tres ya están casi preparadas para entrar en funcionamiento: Melide, Bando y Pontevedra. Además, han pedido a los diferentes obispados que cedan edificios para que funcionen como albergue, con capacidades que oscilan entre las 20 y las 50 plazas, lo que contribuirá a engrosar una red de albergues donde «casi el 70% son de iniciativa particular», aseguró Dosil.
El precio de la estancia será «según las posibilidades de cada peregrino» y oscilaría entre los 4 y los 6 euros, que se dedicarán a los gastos de electricidad, limpieza o agua caliente. Se tratará, en todo caso, de «pequeñas donaciones».
Pero los albergues, además de habilitarlos, habrá que gestionarlos. Para eso, Agustín Dosil confió en conseguir un nutrido grupo de voluntarios, preferentemente universitarios, que bajo la denominación de «hospitalarios» dediquen el verano a atender los puntos de acogida de los peregrinos. «Tenemos personas que quieren arrimar el hombro de toda Europa, son más de fuera que de aquí, pero es habitual».
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