Símbolos del Peregrino
Para describir brevemente las insignias y símbolos de los peregrinos tales como el báculo, escarcela, esclavina o la concha, sirva un pasaje del precioso libro de Matílde Asensí titulado "IACOBUS" (Círculo de Lectores, 2000):
Para describir brevemente las insignias y símbolos de los peregrinos tales como el báculo, escarcela, esclavina o la concha, sirva un pasaje del precioso libro de Matílde Asensí titulado "IACOBUS" (Círculo de Lectores, 2000):
“Esa mañana, con mis últimas monedas, compré lienzos y ungüento para nuestras desolladuras, así como algo de pan de cebada y miel. Con una fina aguja de hueso pinché las ampollas de mis pies y las de los pies del muchacho, cuidando de no rasgar la piel muerta al extraer la serosidad, y luego apliqué meticulosamente la untura. Aunque teníamos muchas ganas de visitar el famoso cementerio de Ailiscampis -en el cual, según la leyenda, descansaban los diez mil guerreros del ejército de Carlomagno-, nuestros cuerpos nos lo impidieron, obligándonos a descansar junto a la fuente de una plazuela hasta que se hizo de noche. Regresamos entonces a la iglesia de San Honorato para maldormir y esperar el día siguiente -domingo-, en que tendría lugar el solemne acto religioso de bendición y despedida de los numerosos concheiros que nos habíamos reunido a tal efecto en Arlés durante las últimas semanas. Es costumbre que los peregrinos viajen en grupos para protegerse de los bandidos y los salteadores que infestan los caminos; sin embargo no era mi intención hacer el viaje con nadie (al menos, una vez que hubiéramos entrado en tierras de Aragón), pero resultaba más prudente empezar el largo recorrido con las viandas y los regalos que la ciudad entregaba a los viajeros con motivo de su marcha.
La muchedumbre se congregó a las puertas de la basílica desde primeras horas de la mañana. El ambiente era festivo y el tiempo acompañaba, pues hacía calor y el sol despuntaba con firmeza. Los canónigos de todas las iglesias de la ciudad concelebraron con gran fasto la Santa Misa, al término de la cual, unos a unos y otros a otros -pues varias hileras había-, nos fueron entregando los útiles de peregrino después de pronunciar la bendición para cada atributo o prenda; la escarcela para la comida:
-En nombre de nuestro Señor Jesucristo, recibe esta escarcela, habito de tu peregrinación, para que castigado y enmendado te apresures en llegar a los pies de Santiago, adonde ansías llegar, y para que después de haber hecho el viaje vuelvas al lado nuestro con gozo, con la ayuda de Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
El bordón para las caminatas y la defensa:
-Recibe este báculo que sea como sustento de la marcha y del trabajo, para el camino de tu peregrinación, para que puedas vencer las catervas del enemigo y llegar seguro a los pies de Santiago, y después de hecho el viaje, volver junto a nos con alegría, con la anuencia del mismo Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
La calabaza para el agua, el sombrero para el sol y la esclavina para el frío y el mal tiempo. La mayoría llevábamos, además, una caja de estaño colgada del hombro en la que guardábamos los documentos y salvoconductos necesarios para el viaje (los de Jonás y míos eran, obviamente, falsos). Luego, en la plaza, hubo comida y bebida para todos mientras los juglares cantaban versos atrevidos y actuaban los mimos y los magos. Jonás se atracó de almendras azucaradas y tuve que arrancarle de las manos, cuando ya la tenía en los labios, una copa rebosante de vino aromatizado.”
La muchedumbre se congregó a las puertas de la basílica desde primeras horas de la mañana. El ambiente era festivo y el tiempo acompañaba, pues hacía calor y el sol despuntaba con firmeza. Los canónigos de todas las iglesias de la ciudad concelebraron con gran fasto la Santa Misa, al término de la cual, unos a unos y otros a otros -pues varias hileras había-, nos fueron entregando los útiles de peregrino después de pronunciar la bendición para cada atributo o prenda; la escarcela para la comida:
-En nombre de nuestro Señor Jesucristo, recibe esta escarcela, habito de tu peregrinación, para que castigado y enmendado te apresures en llegar a los pies de Santiago, adonde ansías llegar, y para que después de haber hecho el viaje vuelvas al lado nuestro con gozo, con la ayuda de Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
El bordón para las caminatas y la defensa:
-Recibe este báculo que sea como sustento de la marcha y del trabajo, para el camino de tu peregrinación, para que puedas vencer las catervas del enemigo y llegar seguro a los pies de Santiago, y después de hecho el viaje, volver junto a nos con alegría, con la anuencia del mismo Dios, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
La calabaza para el agua, el sombrero para el sol y la esclavina para el frío y el mal tiempo. La mayoría llevábamos, además, una caja de estaño colgada del hombro en la que guardábamos los documentos y salvoconductos necesarios para el viaje (los de Jonás y míos eran, obviamente, falsos). Luego, en la plaza, hubo comida y bebida para todos mientras los juglares cantaban versos atrevidos y actuaban los mimos y los magos. Jonás se atracó de almendras azucaradas y tuve que arrancarle de las manos, cuando ya la tenía en los labios, una copa rebosante de vino aromatizado.”
El báculo o bordón sirve para el apoyo del peregrino en las largas marchas a pie y como defensa ante posibles fieras del camino. Además tiene una connotación mística en relación con la Santísima Trinidad.
La escarcela o morral es un saquito estrecho, hecho de la piel de una bestia muerta, siempre abierto por la boca, no atado con ligaduras. El hecho de que el morral sea un saquito estrecho significa que el peregrino, confiado en el Señor, debe llevar consigo una pequeña y módica despensa.
El que sea del cuero de una bestia muerta significa que el peregrino debe mortificar su carne con los vicios y concupiscencias, con hambre y sed, con muchos ayunos, con frío y desnudez, con penalidades y trabajos. El hecho de que no tenga ataduras, sino que esté abierto por la boca siempre, significa que el mismo (el peregrino) debe antes repartir sus propiedades con los pobres y por ello debe estar preparado para recibir y para dar.
La Concha se llevaba al regreso hacia su lugar de origen. Cosidas a la esclavina indicaban que el peregrino había conseguido llegar a Santiago.. vamos.. es el equivalente a la actual Compostela que se recibe al llegar a Santiago.
La escarcela o morral es un saquito estrecho, hecho de la piel de una bestia muerta, siempre abierto por la boca, no atado con ligaduras. El hecho de que el morral sea un saquito estrecho significa que el peregrino, confiado en el Señor, debe llevar consigo una pequeña y módica despensa.
El que sea del cuero de una bestia muerta significa que el peregrino debe mortificar su carne con los vicios y concupiscencias, con hambre y sed, con muchos ayunos, con frío y desnudez, con penalidades y trabajos. El hecho de que no tenga ataduras, sino que esté abierto por la boca siempre, significa que el mismo (el peregrino) debe antes repartir sus propiedades con los pobres y por ello debe estar preparado para recibir y para dar.
La Concha se llevaba al regreso hacia su lugar de origen. Cosidas a la esclavina indicaban que el peregrino había conseguido llegar a Santiago.. vamos.. es el equivalente a la actual Compostela que se recibe al llegar a Santiago.
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